Lydia Sullivan
Me duché rápidamente, me coloqué un vestido floreado de tirantes, ceñido a mi cuerpo excepto por la falda, y bajé refunfuñando tras Nick. Ayer estuve tan cansada que no llamé a Tyler, y ahora que tenía la energía suficiente para hacerlo, mamá nos llamaba para que bajáramos a conocer a los vecinos. Como si me importara conocer más viejitos.
—Los abuelos invitaron a desayunar a sus vecinos, así que aquí están y quieren conocerlos —nos contó mamá en voz baja—. Compórtense bien, por favor.
—¿Vamos a tener que escuchar una charla de ancianos? —protestó Nick.
—No son ancianos, son dos chicos de su edad.
—¿Qué? —La miré con curiosidad.
—Sí, dicen que son primos. Aún no viene el chico, pero la chica está aquí... Oh, ahí está.
Nos tocó conocer a la vecina. Una chica rubia entró tranquilamente, saludando a todos con un beso en la mejilla. Tenía una sonrisa amable, traía puesto un conjunto de dos piezas que dejaba al descubierto sus hombros desnudos y unos impresionantes ojos verdes que me parecieron casi familiares. El cabello rubio le caía lacio hasta la cintura.
—¡Hola! —Se acercó a nosotros y nos dio un beso en la mejilla—. Estaba esperando conocerlos, ustedes deben ser los nietos. Soy Laura, vivo al frente, aunque eso creo que ya lo saben. —Soltó una risita nerviosa—. Mi primo ya viene, en serio, quiere conocerlos.
—Hola, Laura. —Nick le sonrió divertido. En su sonrisa había un toque de coquetería, pero Laura no sabía que así le sonreía a todos, así que se sonrojó—. Ella es Lydia, mi hermana, y yo soy Nick.
—Es un placer conocerlos. ¿De dónde vienen?
—Desde California. —Le sonreí. Era muy bonita—. Solo nos quedaremos un par de semanas.
—¡Eso es fantástico! No hay muchos chicos de nuestra edad por acá, sería bueno conocerlos y salir entre los cuatro.
Puso las manos en su cintura cuando intercambió una mirada con mi hermano, que se movió a mi lado, nervioso.
—Hay un club buenísimo al que podríamos ir —añadió.
Aquello atrajo la atención de ambos.
—¿En serio?
—Sí, claro.
—Uf, pensé que lo único que haría en Liverpool sería ver al abuelo dormirse. —Nick suspiró aliviado—. Iremos.
Laura asintió, sonriendo. Le echó una mirada de reojo a mi hermano, estaba más que claro que había quedado encantada con él. No la culpo, Nick era bastante atractivo, pero torpe porque no se había dado cuenta de las miraditas curiosas que le estaba echando. Se puso a hablar con ella de lo más tranquilo. A veces me pregunto si los chicos son ciegos o se hacen cuando se trata de gustarle a una chica.
El timbre sonó de pronto y mi mamá corrió a abrir la puerta.
—Ese debe ser mi primo —nos comunicó Laura, entusiasmada.
En cuanto el primo de Laura hizo acto de presencia en la sala principal, con el cabello castaño despeinado y su casco verde con negro de moto en una de sus manos, la respiración se me cortó.
La sala quedó en completo silencio.
Todos mis pensamientos se bloquearon unos a otros y mis pulmones parecieron vaciarse, como si de pronto el aire se hubiera esfumado de la casa. Cada centímetro de mi piel se tensó mientras los recuerdos me atacaron sin piedad uno tras otro para recordarme todo lo que había ocultado tras la fachada falsa que construí.
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Inevitable Destrucción
Teen FictionLydia tiene prohibido causar más problemas, pero cuando el rompecorazones que reina en su nuevo instituto fija su objetivo en ella, todo se complica. Tyler Levin, el chico de ojos cafés y sonrisa encantadora, perfecto para muchas, tiene un error: Cr...