No puedo dejar de pensar en ti.
Te recuerdo... Por supuesto que te recuerdo. Jamás podría olvidarte. No es posible olvidar a quien amas. Cada noche te recuerdo, cada puto minuto de cada puto día de cada puta semana te recuerdo. Sal de mi cabeza. ¿Es que no puedes desaparecer de mi mente? ¿No puedes hacer todo esto más fácil?
¿Por qué siempre tienes que estar ahí, en mis sueños y pesadillas?
¿Por qué...? ¿Por qué no puedes acabar de una vez conmigo? ¿No sería más fácil en vez de tener que vivir una tortura cada día? Tú y tu lindo rostro me atormentan, me hacen querer correr hasta llegar a ti y abrazarte, darte uno de esos abrazos que te hacen saber lo mucho que una persona te puede querer.
Pero te perdí. Fui tan tonto que te perdí.
Dicen que uno aprende a valorar lo que tiene cuando lo pierde. Mierda, sí que tienen razón. Tú eras lo único que tenía, pero nunca pensé que te iba a perder.
Debieron advertirme que no podía dar tu amor por sentado, que nada es eterno sin esfuerzo y que los malditos cuentos de hadas no existen. Busqué mi propio final feliz a tu lado, pero solo nos hicimos demasiado daño. Mejoré, sí, pero no lo suficiente para merecerte. Ahora que tú no estás conmigo me siento perdido.
Sé que con los años este maldito dolor pasará. Se irá y no volverá. Pero mientras tanto ¿qué? ¿Debo soportar saber que te perdí? ¿Seremos solo un recuerdo que no pudo ser?
Han pasado meses. Te escribo esto porque ya no soporto verte caminar como si no tuvieras el corazón roto. Pretendes que todo está bien cuando estás con alguien más, pero más de una vez te vi derramar una lágrima al mirarme. Paso por tu lado y es como si fuera un desconocido. Me duele. Me duele en el alma no poder correr hacia ti y retenerte en mis brazos por temor a que te vayas a ir. Por temor a que me rechaces. Por temor a que ya no sientas lo mismo por mí.
No soporto hacerte llorar. Por favor, ya no llores por mí.
Te reclamo como un idiota porque mis sentimientos no han cambiado. Aún te amo, pero incluso cuando no estamos juntos, nos seguimos haciendo daño. Creo que tenías razón, Ly. Yo tampoco quiero un amor que me destruya y tú eres mi destrucción favorita. Eso significa que por mucho que te ame, no podemos volver a estar juntos.
Mañana desapareceré de tu vida.
Y esta vez, será para siempre.
Tomaré un vuelo a Latinoamérica. Espero comenzar de nuevo, ya solicité mi traslado. No será lo mismo sin ti, pero te llevaré conmigo. Siempre. No. No llores. Sé que estarás llorando para cuando leas esto, pero ya es demasiado tarde. Es lo mejor para los dos. Tú no puedes sanar si me ves todos los días y yo no puedo olvidarte si cada día me enamoro más.
Este será el último recuerdo que tendrás de mí.
Tal vez nos volvamos a encontrar en otra vida.
Y te amaré tanto como te amé en esta.
Espero que en otro universo podamos ser felices juntos porque en este no pudimos salvarnos.
Ahora es mi turno de decirlo: Gracias. Tu amor me dio mis mejores días y mis peores tormentos. Me cambiaste. Me enseñaste lo mucho que duele amar a alguien y quebraste cada una de mis barreras. Te hiciste paso en mí sin que me diera cuenta y me dejaste sin salida. Me enamoraste completamente con tu mal humor y tu espíritu rebelde.
Sé fuerte, tienes un mundo por conquistar. Aunque me duela, conocerás a alguien mejor que yo y te enamorarás. Serás feliz y espero poder estar ahí para verte sonreír, incluso si tú no me ves a mí.
No sé si el tiempo sea capaz de borrarte de mi memoria, pero te prometo que jamás te borrará de mi corazón.
Jamás.
Hasta siempre, Lydia Sullivan.
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Inevitable Destrucción
Dla nastolatkówLydia tiene prohibido causar más problemas, pero cuando el rompecorazones que reina en su nuevo instituto fija su objetivo en ella, todo se complica. Tyler Levin, el chico de ojos cafés y sonrisa encantadora, perfecto para muchas, tiene un error: Cr...