Dangerously | Ethan Dolan (terminada)

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Maratón 2/4.

Narra Ethan.

El cansancio me venció, cerré los ojos y eché un suspiro.
Al abrirlos otra vez ya era de mañana, mierda, por eso no quería cerrarlos.
Me giré parar comprobar que nada había sido un sueño. Y no. Jade seguía a un lado de mí. Tenía el cabello enmarañado el cual le cubría la cara y una de sus largas y delgadas piernas estaba sobre las mías.
Traté de no imaginarme nada malo, ¿qué hago además de portarme como un pervertido?.

No quise moverme, quería quedarme así todo el día.
La observé. Observé las facciones de su rostro lentamente, hasta que sentí como se movió. Cerré los ojos inmediatamente fingiendo estar dormido.

—Sé que estas despierto —dijo con la típica voz ronca de las mañanas. Eso la hacía mas sexy.

—Perdón. Lo estuve toda la noche por tu culpa, te mueves demasiado —señalé su pierna, que estaba encima de las mías. Ella se sonrojó y las quito al instante.

Yo solté una risita y me tallé la cara.

—¿Tienes hambre? —le pregunté.

—No mucha...

—No me importa, vamos a desayunar —me levanté de la cama y esperé a que ella hiciera lo mismo.

Narra jade.
Logré levantarme de la cama, caminé hacia él y juntos salimos de la habitación.
La casa estaba en silencio, al parecer todos seguían dormidos. Llegamos a la cocina y Ethan buscó en la nevera. Mientras que yo caminé hasta una ventana que daba vista al jardín trasero.

—No sabía que tenias piscina.

—Sí, casi nunca la usamos.

Volví a caminar hacia él, y observé todos sus movimientos.

—¿Y qué se supone que haremos hoy? —me crucé de brazos.

—Quiero enseñarte algo más tarde —caminó hacia mí con una ceja alzada y me extendió la mano con una manzana. —¿quieres? —preguntó, a lo que yo negué con la cabeza, y él levantó los hombros para darle una mordida.

—Amm... ¿Puedo darme una ducha? —pregunté acariciando mi brazo.

—Sí, ven —asintió y caminó para subir las escaleras y subir a su habitación. Lo seguí.

Entré al baño junto con él.

—Ahí hay toallas y todo lo que necesites... —me sonrió sin dejar de morder su manzana.

—Gracias —solté y esperé a que saliera del baño.

Justo cuando lo hizo, cerré la puerta y le puse seguro. Toqué el agua y estaba perfecta, así que empecé a quitarme la ropa y dejarla en el piso.
Cuando sólo una capa de sudor cubría mi cuerpo, me metí a la regadera. Me enjaboné el cabello y el cuerpo y me enjuagué. No duré mucho, soy rápida duchándome.
Salí y enrollé mi cuerpo en una toalla.

Busqué mi ropa y... mierda. No preparé mi ropa, esta afuera en mi maleta.
No tengo otra opción más que salir, y no veía problema en eso.
Caminé hasta la puerta y la abrí un poco. Asomé mi cabeza, vi que la habitación estaba vacía. Era ahora o nunca.