Dangerously | Ethan Dolan (terminada)

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Maratón 1/5.

—¡¿Qué mierda haces aquí? —lo miré más que molesta estableciendo cierta distancia.

No quería estar cerca de él ya que no me sentía capaz de dominar la situación.
Aún con esa distancia, mi atención era toda suya, y mi corazón comenzó a acelerar desde el segundo que lo vi ahí.

—Escúchame —se acercó a mí y me sujetó del brazo.

—Ethan, no tienes que darme explicaciones, hablo en serio. Así que vuelve a tu departamento y finjamos que las palabras que te dije ayer por la noche nunca salieron de mi boca.

—Vas a escuchar mis explicaciones quieras o no —me toma de la barbilla y me obliga a mirarlo a los ojos. —no arruinaría las cosas de esa manera cuando sé que por fin te tengo —su fija mirada me hizo sentir algo intimidada, así que gire un poco mi cabeza. —no sé cómo Megan despertó en mi cama.

—Esto es estúpido —quité su mano de mi barbilla y me alejé un poco. En serio necesitaba distancia.

—Te estoy diciendo la verdad.

—Tampoco sabes por qué estaba semidesnuda.

—Pues no... tampoco lo sé —defiende y suelto una carcajada.

—Mejor déjalo así.

—Jade, puedes preguntarle a Grayson. Ayer me fui a dormir, no hice nada con Megan. No sé quién le dio permiso de entrar y dormir en mi habitación. Esta mañana estaba igual de molesto y confundido que tú. —dio un paso hacia mí. —me importas, y hubiera deseado que la que estaba durmiendo a lado de mí fueras tú y no Megan. Lo sabes bien.

Me quedo unos segundos pensando, sin dejar de mirarlo y muerdo mi labio inferior.
No quiero verme estúpida, pero creo que tiene razón. Ahora es cuando parezco entender todo. Me veo obligada a creerle, aunque no quisiera, es uno de los muchos efectos que Ethan causa en mí.

—De acuerdo... —asiento por fin y él sonríe para después acercarse a mí. —te creo... —esta vez no necesito distancia.

De hecho, no me muevo para nada, sólo observo sus movimientos. Esta demasiado cerca de mí, y lo peor es que no me molesta, me hace sentir bien.

—¿Puedo besarte? —susurra cerca mío, aún no sé por qué no lo ha hecho.

—No tienes que pedir permiso —lo tomé de la mejilla y me empujé para hacerlo yo misma.

Empezó con un beso tierno, delicado y lento, pero al segundo lo sentí ansioso y desesperado.
Su mano bajó por mi espalda y se detuvo en mi cadera, donde me pegó más a él, interrumpiendo la única corriente de aire que pasaba entre nosotros.

Pensé que las cosas acabarían ahí, pero no, error mío.
Sus labios buscaban algo más. Depositó besos en mi mejilla y de ahí llegó a mi cuello, el cual mordió y succionó.

No evité sentirme nerviosa, no me veía capaz de controlar mis impulsos, tenía que parar. Mamá estaba en casa y también Jessica. La puerta de la habitación estaba abierta y alguna de las dos podía pasar en cualquier momento.

—Ethan... —jadeé y lo toqué del pecho. —ahora no...

Él se separo y me miró un poco apenado.

—Lo siento —frunció el ceño. —no quería presionarte.

—No, es que... —bajé la mirada. —mi mamá y Jessica están aquí.

—Entiendo —asintió. —creo que es algo tarde, tengo que irme. ¿Te veo en la escuela? —me sonrió haciendo que la incomodidad de hace unos segundos desapareciera.

—Seguro —imité su sonrisa y salió de la habitación. —¿no hay beso de despedida? —solté antes de que bajara las escaleras.

Este soltó una risita y se acercó nuevamente a mí depositando un corto beso en los labios. No sé si eran alucinaciones mías (como siempre) pero lo sentí diferente.