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Porque las amo...
Maratón 1/3

Entré a la cafetería y busqué con la mirada a mi mejor amiga. Era imposible encontrarla, era un lugar grande y con mucha gente. Demasiada.
Comencé a caminar entre las mesas, casi choco con un tipo de 1 metro que pasó delante de mí corriendo. Espero que nadie haya visto eso, habría sido muy vergonzoso.

Estaba tan concentrada en encontrar a mi amiga, que no me di cuenta que alguien me tomó del brazo. Rápidamente me giré para ver de quién se trataba. Era Jessica. Estaba en su mesa con su grupo de amigos.

—¿No te sientas con nosotros? —me preguntó sonriente y todos sus amigos me miraron al instante.

Antes de contestarle, miré a Ethan, este estaba a un lado de ella. Me sonrió de oreja a oreja.

—No gracias... —fingí una sonrisa y seguí mi camino.

—¡Jade! —me llamaron y reconocí esa voz, era Emily.

La vi en una mesa hasta el fondo de la cafetería. Sonreí y me acerqué para sentarme en frente de ella.

—Te estaba buscando... —le dije pero me ignoró. Ella estaba bastante concentrada mirando algo detrás de mí. —¿Emily? —reí. —¿qué miras?.

—Perdón —por fin nuestros ojos conectaron. —ese chico no te deja de ver... —comenzó a reír y yo voltee disimuladamente.

—¿Qué chico? —volví a mirarla.

—El de la playera negra... el que esta a lado de tu hermana.

Volví a voltear. Mierda, era Ethan. Me giré inmediatamente, apenada. Creo que estaba roja.

—No creo que sea a mí —excusé y ella dejó de reir.

—No hay nadie más en esta mesa...

—Quizás te ve a ti —aseguré nerviosa.

—No lo creo, no ha dejado de verte desde que entraste a la cafetería.

—¿Qué? ¿Me viste entrar? —elevé el tono de mi voz. —Te estuve buscando como loca, ¿no pudiste llamarme?.

—Lo hice, pero al parecer no me escuchaste —se encogió de hombros.

—¿Ya no me esta mirando? —cambié el tema. No me atrevía a voltear.

—No, ya se fueron —soltó una carcajada.

Voltee, y Emily decía la verdad. Ya no estaban.
Solté un suspiro y ella me empezó a hablar de otra cosa, así comenzamos una nueva y mucho mejor conversación.

El día transcurrió normal. Entré a todas mis clases y puse atención en más de una. El levantarse tarde tiene sus ventajas, duermes más, y así tienes más energía.

Vi la hora, Jessica ya tenía que estar esperándome afuera para irnos a casa.
Salí y la busqué, pero no estaba. Normalmente siempre sale antes que yo.
Saqué el movil de mi bolsillo para llamarle, estaba apunto de hacerlo pero una voz me lo impidió.

—¿Buscas a alguien? —Alcé la mirada y vi a Ethan recargado en su auto.

—No —traté de ignorarlo y volví a mirar mi celular, para seguir en lo que estaba.

—Lamento decirte que tu hermana ya se fue...

—Eso no es posible, nunca se va sin mí —lo miré desafiante.

—Te iras conmigo —sonrió y abrió la puerta de su auto.

—¿Estas loco? —solté una carcajada. —no voy a subirme al auto de un desconocido e irme con él a quién sabe dónde.

—No soy un desconocido, soy amigo de tu hermana y ella me pidió que te llevara casa.

—¿Por qué te pediría algo así? —me crucé de brazos. —no subiré a tu auto...

—No tienes otra opción... —alzó los hombros.

Miré a mis lados, con la esperanza de que Jessica apareciera mágicamente y este idiota estuviera jugándome una broma. Pero no. Tenía que subir a su auto o irme caminando. Mi casa no estaba muy cerca así que no tenía otra opción.
Caminé de mala gana hacia él, el cual sonrió. Me senté en la parte del copiloto y me crucé nuevamente de brazos. Me cerró la puerta y rodeó el auto para sentarse a un lado de mí.

En todo el camino me dediqué a mirar por la ventanilla, suplicando llegar. Pero era tan eterno, que sentía que no llegaríamos nunca.

Ademas de eterno, era incomodo, no sólo el silencio, si no que cada 7 segundos sentía su mirada en mí.

—Me gusta tu... tu chaqueta —dijo rompiendo el silencio.

—Gracias... —solté seria.

Hubo una pausa y volvió a hablar.

—Veo que Jessica no te dijo...

—¿Decirme qué? —lo miré atenta.

—Pasaremos la tarde en tu casa...

—¿Quiénes? —mis ojos se abrieron un poco.

—Yo y unos amigos...

—¿Y cómo por qué?.

—Porque Jessica nos invitó —volvió a sonreír. Era de esas sonrisas que pones cuando ves sufrir a alguien que odias.

Mi giré lentamente para seguir viendo por la ventanilla y tragué saliva. ¿Por qué me ponía nerviosa?.

—Espero que no te moleste —comentó.

Oh no, claro que no me molesta. ¿A quién le importa tener un grupo de desconocidos en su casa?.

No quise contestarle ni reflejar alguna emoción en mi rostro.

No quise contestarle ni reflejar alguna emoción en mi rostro

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Dangerously | Ethan Dolan (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora