Alén había disparado a dos de ellos. En un golpe seco sus cuerpos cayeron al suelo, otros dos hombres giraron a mirarlos y supe que era el momento.
—Sal de aquí —susurré a Scarleth.
Me acerqué a uno de los hombres y en un movimiento rápido había sacado mi navaja de la chaqueta y ésta se incrustó en su muslo derecho.
Mi codo impacto con su nariz, al parecer hoy quería dejar inconsciente a todo mundo. Cuando él cayó me acerqué y saqué la fina hoja de su cuerpo. Cuando giré para mirar a Alén otro tipo ya estaba en el suelo. ¿Vivo? No lo sabía. Lo más seguro era que no.
—Vete —me dijo—. Ve con ella.
Yo lo miré dudosa durante unos segundos hasta que me cuestioné el por qué estaba dudando el poder salvar mi vida y abandonarlo. Quizá porque me ayudo, no sabía, pero era lo que hacia.
—Alice, vete —repitió.
Apenas y reaccioné. Salí corriendo del lugar mientras me repetía que tenía que hacerlo por Scarleth. Antes de ir al auto fui a donde estaba la camioneta, exploté cada una de las llantas con la navaja. Cuando terminé seguí con mi camino al auto. Scarleth tenía el automóvil encendido, rápidamente me encontraba en el asiento del copiloto. Jadeaba una y otra vez intentando atrapar más aire, mi pecho subía y baja con rapidez.
—¿Estás bien? —escuché preguntar Scar.
Asentí, incapaz de decir una sola palabra, aunque no lo estaba. No estaba bien. Nada esta bien. La navaja de en mi mano se sentía húmeda, un liquido espeso, al instante supe que era sangre. La arrojé a mis pies como si esta fuera capaz de quemar mis manos. Cerré los ojos intentando calmar todo lo que sentía, respiré profundo una y otra vez con intenciones de controlar mi respiración, pero era inútil.
—¿Ya salieron de ahí?
Solté un grito y abrí los ojos asustada al escuchar la voz de Scott. Scarleth me miró desconcertada y a la vez asustada Toqué mi oreja recordando que no me había quitado el auricular.
—No vuelvas a hacer eso —le dije, mientras apretaba el microscópico boton para que él me escuchara.
—Lo siento, sólo quería saber si se encontraban bien.
—¿Con quién hablas? —quiso saber la chica a mi lado.
—Scott —respondí. Después me dirigí de nuevo al chico que esperaba mi respuesta—. Estoy... no sé. No sé cómo diablos estoy. Probablemente me dé un ataque de nervios o me vuelva loca... Que incoherente: la psicóloga loca.
—Ya estás diciendo incoherencias —él rió. Para nosotros tres años atrás esto era todo una aventura, de lo más genial—, como siempre que corres peligro.
Me quedé un momento callada. No sabía que decir o tal vez no había nada por decir.
—Ya han pasado los diez minutos, quizá más —dijo Scar—. Él no ha vuelto, Alice.
—Tenemos que irnos.
—No podemos —se alteró—. Él te ayudó para que yo pudiera salir. No podemos simplemente salir de aquí sin él.
La miré expectante unos segundos y negue.
Ella no está pensando las cosas.
—A ti te molesto que René dejara a Connor tirado aquella noche —me removí inquieta por sus palabras—, ¿no crees que él también tiene una familia, hermana, papá, que lo esperan? ¿Quieres que alguien más sienta lo que tú aquella vez?
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Hermoso Peligro
ActionDespués de años de entrenamiento para ser la mejor asesina de Nueva York, Alice huye con su madre. Ambas odiando aquel mundo por completo, queriendo olvidar un horrible pasado; las torturas, los asesinatos, las drogas, las armas y todo aquello ilega...