Sé que le prometí en maratón de cuatro que tenían bien merecido, pero... yo qué sabía que el Internet se iba a ir. Pero aquí está, lo prometido es deuda.
📖📚📖📚📖
Me quedé atónita.
—Tú... —susurré. La sonrisa se borró de sus labios.
—Nos están siguiendo —repitió—. Cállate, Alice.
—¡No me pidas que me calle! —exclamé histérica.
Él posó su mano en mi boca para impedir que hablara.
—¿Cómo es que la pierden de vista tan fácil? —escuché decir a alguien fuera del callejón.
Él volvió a abrazarme y caminó dentro del callejón sin soltarme. Miré fuera y sólo logré ver las sombras de sus cuerpos caminar de un lado a otro.
—Simplemente la perdimos de vista —replicó una segunda voz. Qué estúpido. Mi respiración se volvió acelerada, intenté mirar fuera pero él no me dejó.
—Alice, mírame —Acunó mi rostro con sus manos y elevé la vista a sus ojos. Era más alto que yo—. Vas a subir esa barda y correr por sobre los tejados hasta que encuentres una manera de bajar.
Miré al final del callejón donde había un gran contenedor de basura. Comencé a negar de manera frenética, no podía dejarlo, no a él.
Él asintió comprendiendo.
—Lo vas a hacer. Yo te voy a ayudar.
—No te puedo dejar... —murmuré—. No otra vez.
Él besó mi frente y me empujó hacia el contenedor. Cuando estuvimos frente a él me tomó por la cintura y me elevó para que subiera, como si yo no pesara nada para él.
Se subió al contenerdor.
—Te veo en el departamento —dijo y besó mi frente de nuevo. Unió sus manos para que pisará en ellas y trepara esa pared.
Asentí y le di una última mirada.
—¡Ahí! —exclamaron. De un empujón ya estaba sobre la construcción. Cuando comencé a correr escuché un disparo.
Tenía que saltar de un tejado a otro. Después de varios minutos mis pulmones ardían, mis pies dolían, estaba muy cansada. Me detuve sintiendo que ya no podía más, vi que en un lado la construcción de la pequeña casa sobre la que estaba, era más baja.
Un salto después estaba sobre el piso. Caminé unas cuantas manzanas buscando algún taxi, pero no había nada. Estaba en el lado más pobre y devastado de Seattle —por lo menos sabía dónde estaba—. Como no había trasporte y era de madrugada, tuve que caminar hasta que llegué al departamento. El camino me fue eterno, aún estaba bastante confundida y por momentos me preguntaba si en realidad había pasado lo que yo recordaba. Si me lo preguntaran no sabría decir qué había sido verdad y qué no. Aún así me iba a aferrar a mi única espernza, una loca y desesperada esperanza. Corrí hasta el elevador cuando estuve ahí, presioné los botones desesperadamente. Quería llegar y saber que estaba bien.
—¡¡Alexis, Alexis!! —grité desesperada una y otra vez mientras golpeaba la puerta con los puños. En algún momento había soltado mi botella.
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Hermoso Peligro
ActionDespués de años de entrenamiento para ser la mejor asesina de Nueva York, Alice huye con su madre. Ambas odiando aquel mundo por completo, queriendo olvidar un horrible pasado; las torturas, los asesinatos, las drogas, las armas y todo aquello ilega...