—El FBI... —dije tras un suspiro agónico—. Eso quiere decir que...
Oh, Dios mío...
—Alexis es un infiltrado, Alice.
Quería llorar de rabia, de dolor. Tenía unas inmensas ganas de salir corriendo, gritar y llorar cuanto pudiera. Sabía que él escondía cosas, pero nunca imaginé hasta qué magnitud.
—Pero él tiene años trabajando para mi padre, no creo que el FBI le diera tanto tiempo. —Quería encontrar una excusa, algo que me dijera que lo que él decía era mentira—. Cuando yo me fui de Nueva York Ale...xis comenzó a trabajar con mi padre a los seis meses, Shopie me lo dijo. No creo que el FBI le permita tanto tiempo.
—Ni yo lo creo. Sin embargo... Shopie me ha dicho que te informó sobre las pequeñas bandas de narcotráfico que han sido tumbadas. —Asentí—. Alice, lo más seguro es que Alexis es quien las está tirando. ¿Recuerdas el día de carrera en Nueva York? —Como olvidar ese día si tuve que ir por Scarleth hasta donde David—. Alén nunca había estado por ahí y justo al siguiente día de que él se presenta... ¡pum! Todo se viene abajo y encarcelan a mis socios. Si no hubiera sido porque yo salí del negocio la noche anterior, también me hubieran atrapado después de la pelea. Él fue quien dio aviso de esas peleas, Ali.
Él tenía razón. Demasiada razón para mi gusto.
—Una vez Scarleth me dijo que buscara la verdad sobre Alén...
Saqué el teléfono con prisa de mi bolso y marqué el numero de Scar.
—No me importa qué estés haciendo. Te voy a mandar una dirección y te quiero aquí y ahora —Sin más, colgué. Después de todo sí la volvería a ver.
Scott me miró con una ceja enarcada.
—Verdaderamente te afectó saber esto ¿no es así?
—Algo...
—Él va por el pez gordo, Alice.
Mi padre.
—No puede ser, no puede ser...
Llevé la taza a mis labios y tomé otro trago. Necesitaba whisky.
—¿Quieres que te lo cuente todo o prefieres asaltarlo a él con preguntas?
Cubrí mi rostro con ambas manos. Me sentía tan frustrada, tan desesperada e impaciente.
—Esperemos a que Scar venga y para ver qué tiene que decir.
Así fue, estuvimos en silencio total durante veinte minutos, los más largos de toda mi vida. Maldito fuera Alexis por esconder algo tan grave.
¡Él sólo está cazando a mi padre!
—¿Por qué con ellos, Alice? ¿Por qué no con alguien que valiera la pena?
Bufé molesta. Él no era nadie para pedir explicaciones, aún.
—Tú no tienes derecho a decir eso, Alén. Tú estás metido en lo mismo que ellos ¿quién me asegura que contigo las cosas no van a ser igual o peor? —caminé hacia él—. Por esa razón no quiero nada contigo hasta que salgas de ello.
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Hermoso Peligro
AksiDespués de años de entrenamiento para ser la mejor asesina de Nueva York, Alice huye con su madre. Ambas odiando aquel mundo por completo, queriendo olvidar un horrible pasado; las torturas, los asesinatos, las drogas, las armas y todo aquello ilega...