Capítulo 8

1.1K 112 6
                                    

Miré la carpeta en mis manos con el pensamiento de si estaba haciendo las cosas bien o no.

—¿Estás segura de hacer esto? Sabes que te estás metiendo en problemas con René ¿no?

Lo sabía, claro que lo hacía. En cuanto mi padre se enterara de que ellas ya no estaban en Seattle me buscaría para reclamar el no poderlas tener bajo su mirada. Desde el momento que llamé a Dave supe que esto podría ser un total error, pero tenía que intentarlo. No podía quedarme cruzada de brazos mientras David nos buscaba.

—Sí, pero no puedo dejar que se queden, tú lo sabes. En este momento René no importa. David va a venir y él no esta haciendo nada.

—Si lo que quiere es encontrarlas lo hará, no puedes impedir eso con mandarlas lejos de Seattle o de Nueva York. Mira lo que ha pasado: se fueron al otro lado del país y eso no impidió que mandaran a alguien para tenerte vigilada. René mando a Alén por algo, Alice, no sólo te esta protegiendo (si es que lo hace) también te esta vigilando —aseguró.

Fruncí el ceño al oírlo pronunciar el nombre de Alén. El día que lo llame le conté todo lo que estaba pasando (menos de Dante, claro está), no me quedaba de otra, tenía que contarle si quería su ayuda, pero nunca dije su nombre.

—¿Conoces a Alén? —pregunté.

—Sí, estuve trabajando con él durante un tiempo. Hace más de un año, nunca desobedeció a nada... Tampoco le caía bien.

Al menos eso tenía en común con Alén: a mí tampoco me gustaba la presencia de Dave, pero era mejor tenerlo de aliado. Abrí la carpeta y miré las fotos de mi madre y Scarleth en sus documentos, ahora ya no tenían su nombre, eran otros, nuevas identidades. Falso, pero con un aspecto real.

—Debes estar preparada para lo que venga, Alice. Nada será sencillo a partir de ahora...

—Lo sé. ¿Cuánto es por esto?

—Por ahora nada. —Eso significaba que intentaría cobrar el favor de otra forma.

—No, Dave. No quiero tener deudas y menos contigo...

—Después arreglaremos eso. ¿A dónde las piensas mandar? —cuestionó—. Hace tres años cruzaron todo el país y aún así ahora tienes problemas, no tardarán aen encontrarlas a dónde vayan. 

—Entre menos personas sepan a donde se fueron...

Que Dave me ayudara a conseguir nuevas identidades para Scarleth y mi madre no significaba que confiara en él. Eran pocas personas en las que podía confiar y él no era una de ellas, pero aunque lo fuera no podía decirle. Si decía el lugar a donde se iban no serviría de nada que se  hubieran marchado.

—Está bien. Lo entiendo —aceptó.

—Dave, ¿me podrías prestar tu celular? —pregunté. Él comenzó a buscar en las bolsas de su pantalón hasta que lo entró. Me entregó antes de salir de la oficina, al menos me deba privacidad. Marqué el numero esperando que tuviera el celular a la mano.

—¿Quién habla? —preguntó, cuando hubo respondido.

—Soy Alice. Necesito que pases a las oficina por unos papeles. —Yo no podía llevarlos conmigo ya que Alén sospecharía—. Los dejaré con Tyler.

—Tu mamá esta muy enojada ya que no le dijiste que Dante se iba —replicó desesperada e ignorando lo que anteriormente ya le había dicho. No me esperaba otra reacción de mi madre al saber que Dante y Eleonor se iban—. Quiere hablar contigo, necesita explicaciones también quiere buscar a René.

—Definitivamente no hablará con René. Se pondrá aún más enojada cuando se entere de que ella también se va. —Suspiré —. ¿Compraste lo necesario?

Hermoso PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora