Capítulo 55

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Aquí vamos...
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Ali! -exclamó Dante. ¿En qué momento David había traído a mi madre?

-¡No te muevas! -le gritó David. Miré a mamá de nuevo-. Vete de aquí, Eric.

El chico que estaba detrás de mí pasó a mi lado, lo vi salí por una puerta del lado izquierdo. No podía salir por la puerta en la que yo había entrado si no quería toparse con Alexis.

Miré a mi madre nuevamente, ella bajó la cabeza lentamente mientras cerraba los ojos, eso era un sí. Yo tenía que elegir y ella quería que sacara a mi hermano de ahí, ella quería que la eligiera a ella, pero yo no sería capaz de hacer algo así.

-¿Alice Joyce Reed, sabes qué es curioso? Nunca has matado una persona en tu vida. -Él sabía todo de mí cuando estuve con mi padre-. Y hoy matarás a una sin siquiera usar tus manos, serás la culpable de la muerte de hoy.

Busqué la mirada de mi padre, se veía más que débil, agonizante.

-Elige -escuché decir a David, regresé mi vista a él y después volví a mirar a mi madre-. Haz elegido.

-¡No he elegido nada!

Un disparo llenó el silencio, como si fuese una maldición que me estuviera llenando por completo. Será tu culpa.

-¡¡No!! -Mi gritó desgarró mi garganta, mis ojos se abrieron de manera desmesurada-. ¡¡MAMÁ!! -Un disparo más.

Scarleth apareció detrás de David, había una arma en su mano, se veía horrorizada, sin embargo había disparado. El cuerpo cayó al suelo. Estaba muerto. Por un momento nos quedamos petrificadas hasta que el llanto de Dante nos sacó de nuestra burbuja.

-Mami... -lloriqueó Dante llegando a ella.

Me arrodillé a su lado igual que Scar. La bala estaba sobre uno de sus pulmones.

-Mamá -lamenté, sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas.

Escuchaba el llanto de Dante y Scar. La estaba perdiendo. Perdía a mi mamá.

-Connor... -susurró ella.

-¡Ayuda! -comencé a gritar, era ilógico porque no había nadie ahí, además, por más que me costara aceptarlo era inevitable su perdida.

-Connor...

-Manito -dijo Dante. Él sabía quién era Connor-. Mamá quiele a manito.

Deseé con toda mi alma que él estuviera ahí, conmigo, con su familia.

-Perdónenme, Alice y Connor...

Los ojos de mamá perdieron su brillo y quedaron vacíos.

Mis gritos y los de Scarlet llenaron el lugar.

-Perdóname tú, mamá. -No la había ayudado-. Abre lo ojos ojos por favor. No me puedes dejar. ¡Te prohibo que lo hagas!

Mi cuerpo se acudía con los sollozos, pasé uno de mis brazos sobre los hombros de mi hermano y dejé la cabeza de mi madre sobre mi regazo.

Hermoso PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora