Capítulo 34

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Me separé de él al instante, lo miré con cautela. Intentando descifrar lo que quería. Miré cada una de sus facciones, sus gestos, todo.

—¿Qué quieres a cambio? —pregunté, entrecerrando los ojos.

—Que te quedes. —Fruncí el ceño confundida. ¿Sólo eso? Yo acababa de comprar un departamento cerca de la nueva universidad. Pero claro, él no sabía eso porque en ese momento estaba en su cita con Camila.

—¿Nada más?

—No. —Esperaba esa respuesta. Elevé ambas cejas—. Quiero que me respondas algunas preguntas. Y que respondas con la verdad.

Fruncí el ceño y le miré con fundida.

—¿Qué preguntas? —musité.

—Primero dime si aceptas o no. —Comencé a asentir cuando él volvió a hablar—. Pero me tienes que responder con la verdad.

—Acepto. —Por Dante.

Nos estuvimos mirandonos por algunos segundos. No esperaba que me pidiera algo así, incluso pensé que podría decir dinero o algo de más valor. Respuestas, eso es lo quería.

—¿Qué te parece hacerlas ahora? —suspiré y asentí—. No quiero esperar a mañana para que te arrepientas.

—No me voy a arrepentir —dije. Por un momento fui consiente de la cercanía que había entre nosotros, sus manos aferraban mi cintura y las mías aún estaban a su alrededor—. ¿Me puedo bajar?

—No. —Sonrió—. Ahora seré más precavido. ¿Quién me asegura que no saldrás corriendo?

Rodé los ojos y sonreí.

—No voy a...

Elevó una mano y puso su dedo incide sobre mis labios.

—A las preguntas. —Asentí para que lanzara la primera pregunta—. ¿Cómo murió Connor?

Tomé aire antes de comenzar a hablar. Para mí no era sencillo hablar del pasado, con él venían los recuerdos, las esperanzas que hubo en algún momento, las ilusiones de una joven entusiasta y llena de vida.

—Un diecinueve de marzo... —comencé.

—El día en que murió tu hermano...

Asentí.

—Como ya sabes era mi última pelea —mi vista estaba perdida en el horizonte—, Scarleth llegó a el lugar donde Scott las organizaba, se suponía que ella estaba en casa, pero llegó. Se suponía que no iría porque días atras habíamos tenido una pelea en la cual ella me pedía que lo dejara, que nos marcharamos ya; no hice caso. Cuando llegamos a casa íbamos escondiendonos de mi madre, sin embargo ella ya nos esperaba en la sala, nos contó lo que había pasado: en una persecución Connor manejaba uno de los dos autos que la policía perseguía; Connor iba solo y en el otro mi padre y más hombres. Cuando menos se lo esperaron el auto de mi hermano perdió el control, salió de la carretera... Mi padre no se detuvo por él, cuando regresaron su cuerpo estaba siendo recogido por el FBI y sus forenses  —Mi voz era un susurro.

—¿Cómo es que mantuvieron en secreto a Dante?

—Cuando nos contó cómo había muerto, corrí al despacho de mi padre, lo golpee hasta el cansancio, él decía ser merecedor de todo lo que yo decidiera hacer con él; lo iba a matar, estaba dispuesta a hacerlo. Entre mi madre, Scarleth y un guardia de seguridad lograron sacarme a la sala. Mi madre me rrogó porqué no lo matara, me dijo que ella iba a necesitar a su hija, no a una asesina —suspiré mientras parpadeaba con frecuencia para que las lagrimas no salieran de mis ojos.

Hermoso PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora