Capitulo 3

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Llegué a mi casa temblando de pies a cabeza, mis papás me preguntaron si estaba enferma, si el trabajo con la señora Bravo era demasiado duro, pero yo no podía decirles la verdadera razón de mi extraña actitud.

—Hija, sabes que en cuanto quieras dejar el trabajo con la señora Bravo nosotros te apoyaremos, comprendo que quieres ahorrar para la universidad, pero eso es trabajo de nosotros ¿no crees?

—Papá, en serio no es por el trabajo, simplemente tengo frío, es invierno y esta chamarra no calienta lo suficiente—contesté.

—Pero es una de las más gruesas—exclamó mi mamá preocupada—de seguro tienes un resfriado, por eso sigues temblando.

—¡Sigo temblando porque tengo miedo de esa persona!—pensé para mis adentros.

—Tal vez, es normal enfermarse en invierno...—mentí

—Normal o no, esto puede ser resultado de un trabajo extremo—señaló mi papá—al no descansar lo suficiente tus defensas se bajan, ve a tu cuarto después de cenar, quiero que duermas lo más pronto posible.

—¡No quiero dormir!—grité sin darme cuenta, a lo que mis padres extrañados me miraron bastante confusos por un rato. Sabiendo que ya había revelado demasiado intenté arreglarlo—es que no tengo sueño—sonrí falsamente.

Creí que eso resolvería todo, pero al no haber una razón que justificara que les hubiese gritado de la nada, mis papas tomaron eso como un intento de desobedecer.

—Es una orden, quieras o no—concluyeron.

Fin de la conversación, cuando me di cuenta, estaba acostada en mi cama intentando pensar en miles de cosas para evitar dormir, pero de alguna forma mis papas no se equivocaban: estaba muy cansada por el trabajo y poco a poco caí.

Un perro negro me perseguía, iba detrás de mi, casi pisando mis talones, yo corría lo más rápido que podía, pero mis intentos eran inútiles, cada vez estaba más cerca, sentía sus fauces a milímetros de mi cuerpo y con ello aumentaba mi desesperación, todo esfuerzo fue inútil, porque el perro terminó mordiéndome. Sin embargo, en ese momento pensé:

"¿Por qué no me dolió la mordida?, ¿porqué no estoy sangrando?" así, encontré el error y me di cuenta que estaba soñando, a partir de esa deducción comencé a controlar el sueño y acudí a mi oficina.

Se que suena raro, pero desde que empecé a tener sueños lúcidos busqué siempre explorar el mundo de mis sueños, quería conocerme, encontrarme, y en esa indagación descubrí "la oficina de sueños", que no es exactamente una oficina convencional, pero funciona para mi.

Mi "oficina" es un cuarto muy oscuro en cuyo centro se encuentra una fuente circular llena de esferas color azul brillante, las cuales tienen pequeñas imágenes de lo que está sucediendo en los sueños de las demás personas, no se a cuantas tengo alcance, pero en los últimos años he logrado ver los sueños de más de doscientas personas distintas y aún no acabo. Las que tienen un color más blancuzco son de personas que conozco, y las más oscuras son de personas que están muy lejos de mi, básicamente las personas que probablemente nunca conoceré, por lo tanto mientras más cercana a mi sea la persona, más blanca será la esfera.

Ahí comienza la parte peculiar, esa persona no es cercana a mi en ningún aspecto, jamás la he conocido, no obstante su esfera brilla más que cualquier otra, por eso comencé a entrar en sus sueños, porque no era una esfera común y corriente. Aunque comienzo a creer que tal como los insectos buscan el brillo de la luz y perecen en el intento, eso puede llegar a pasar conmigo.

Estaba asustada, no sabía si él tenía conocimiento de mi oficina, no quería que entrara jamás, ni yo volvería a entrar en sus sueños, entonces tomé una bola al azar, y vaya sorpresa, al parecer terminé en el sueño del hombre al que le vendí el collar de ámbar hoy. Sus sueños no tenían ni pies ni cabeza, eran demasiado absurdos y sin una conexión lógica. He investigado bastante sobre la interpretación de los sueños (o lo que internet me ha revelado), y pude saber rápidamente que el subconsciente de este hombre solo estaba poniendo conceptos al azar de cosas que seguramente vio en el día, no había nada interesante en ellos, pero yo no quería regresar a mi oficina por el momento, tenía miedo de lo que "esa" persona pudiera hacerme.

Al final no ocurrió nada, solo perdí mis preciosas horas de sueño lúcido y él nunca apareció. De esta forma desperté, era un domingo y se suponía que me debía levantar como la gente normal lo hace: hasta el medio día. Pero a pesar de que tenía miedo, sabía que debía enfrentarlo, si no iba, jamás podría darle respuestas a todas mis preguntas, eran las nueve de la mañana, o más bien, una hora antes del momento de la revelación. Resonando en todo mi cuerpo, mi corazón latía fuertemente tal como tambores, estaba aterrada, sin embargo, aunque sabia que mi vida iba a cambiar, nunca hubiera imaginado el giro que tomó desde ese misterioso incidente.

Ilustraciones por @misheru77 (Instagram) http://www.imgrum.org/user/misheru77/2903834459/1340889324761126745_2903834459


Sueño erranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora