Capitulo 4

93 7 4
                                        

Salí rápidamente de mi casa, de manera que no despertara a mis papás, podría inventar alguna excusa luego, como decir que fui a comprar huevos para el desayuno o algo por el estilo, lo que necesitaba era llegar ahí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Salí rápidamente de mi casa, de manera que no despertara a mis papás, podría inventar alguna excusa luego, como decir que fui a comprar huevos para el desayuno o algo por el estilo, lo que necesitaba era llegar ahí.

Tomé el primer transporte público que se me presentó y durante todo el camino no podía dejar de pensar en el rostro que esa persona podría tener, miles de combinaciones pasaban por mi cabeza en ese momento, muchos tipos de narices, bocas y ojos que se mezclaban unos con otros para dar origen a un rostro no definido, a un rostro que yo no podía reconocer. Entonces la iluminación vino a mi, si no conocía su rostro, ¿cómo podría reconocerlo en la calle?, podría ser cualquier persona, incluso podría no ser un "él", si no una "ella", aunque intuitivamente yo sabía que era un hombre.
Muy confundida, pedí mi parada y terminé en esa calle colonial tan conocida en mi ciudad, muy tranquila y llena de construcciones de carácter histórico, el perfecto escenario para crear nuevos acontecimientos que estaban por contarse.
Esperé por unos diez minutos, debido a que llegué antes, y exactamente a las diez en punto visualicé a un hombre que caminaba hacia mi, así que cuando estuvo como a un metro de distancia, le pregunté:
—¿Ha venido para nuestro encuentro? ¿es usted realmente "esa" persona?
Realmente no era lo que esperaba, era un hombre de mediana edad, con el pelo alborotado y un poco encanecido, de nariz muy pequeña y boca demasiado grande para la simetría de su rostro, sinceramente un hombre poco agraciado, sin embargo yo necesitaba respuestas.
—¿Es usted?—repetí mi pregunta debido a que guardó silencio cuando le pregunté la primera vez
—Lo siento, la verdad no se que impresión tenga de mi, pero yo no arreglo citas a ciegas, y le sugiero que usted tampoco lo haga, es muy joven como para andar buscando parejas en sitios web. Si me disculpa tengo asuntos que atender—y el hombre siguió su camino dejándome atrás muy confundida y bastante indignada, ya que todo pasó muy rápido, y no tuve tiempo de defender mi orgullo de mujer.
De repente pensé que tal vez no era tan buena controlando mis sueños después de todo. ¿Y si el ver los sueños de esta persona solo fue un eso?, ¿un sueño?, ¿y si solo era un engaño de mi mente?, tal vez a pesar de todo "él" no existía y solo me hice una idea estúpida donde alguien por fin me atrapaba.
En mi interior yo sabía que no era un sueño común, porque yo estaba consciente de que eso era un sueño lúcido, yo podía controlar mis exploraciones en ese misterioso mundo, sin embargo en ese momento todas pruebas estaban en mi contra, esa persona no aparecía, y si no lo hacía, eso significaba que nunca existió más que en mi mente.
—Brisa.
—¡Ay!—salté de un susto cuando sentí una mano en mi hombro de repente
—Estoy aquí, después de todo si recibiste mi mensaje.

Cuando me recobré del susto alcé la vista y pude ver a un muchacho de mi edad , de ojos oscuros enmarcados por una gruesas cejas rectas que parecían ser incluso más bonitas que las mías. Su rostro era delicado, y a diferencia del hombre anterior su boca y nariz encajaban simétricamente en su rostro. La verdad, al verlo por primera vez me ruboricé, pero eso no era lo importante, lo primordial eran mis respuestas, después de todo, esa bonita cara podría ser el rostro de un criminal.

—¿Cómo sabes quien soy?— le interrogué con desconfianza—¿Y cómo te enteraste de mi intromisión en tus sueños?.

—¿No crees que vamos muy rápido? ni siquiera nos hemos presentado—mencionó con una mirada severa—aunque es cierto, yo ya te conozco Brisa.

—Bien, sabes mi nombre, pero ¿tu eres...?

—Julián Cortés, un gusto conocerte de nuevo

—¿a que te refieres?—clamé bastante enfadada—yo no te conozco, creo que el sueño no cuenta como una primera vez.

—Por supuesto que no lo fue, a diferencia tuya no le doy tanta importancia a los sueños.

—Estás mintiendo, obviamente eres un onironauta, pero no uno común y corriente que solo se reduce al control de sus propios sueños, eres como yo, puedes acceder al mundo de los sueños a tu gusto, por eso estoy aquí ¿cierto? esto es parte de un plan que yo no conozco—le acusé.

—Me impresiona tu capacidad para crear historias complicadas donde hay historias mucho más complicadas—destacó con los brazos cruzados y el ceño ligeramente fruncido, aunque más bien parecía estarse divirtiendo un poco—no soy un onironauta, y si, es cierto que planee que vieras ese mensaje, pero no tengo motivos oscuros, solo necesito algo de ti.

—Espera, antes de que pasemos a tus motivos, ¿cómo es posible que no seas un onironauta si pudiste transmitir ese mensaje?

—¡Que insistente eres! de acuerdo, tuve un sueño lúcido, pero eso no me convierte en un onironauta. Antes de darte más respuestas, respóndeme tú primero, ¿exactamente cuantos sueños viste?

—¿Ah?, ¿c-c-uantos?—tartamudeé, ya que estaba un poco apenada—¿cómo unos c-c-inco?—al decir esto me dio una mirada inquisitiva que me quito el aliento

—Bien, si fueron cinco sueños, ¿no crees que si en realidad fuera un onironauta capaz de acceder de esa forma al mundo de los sueños, te habría contactado desde la primera vez?-

—Si.

—Exacto, yo tenía que contactarte, y como sabía de tu habilidad, durante todos esos días intenté tener sueños lúcidos para poder contactarte. Era un plan bastante ingenuo, porque en ningún momento supe si te llegó o no mi mensaje, pude haber llegado aquí hoy, y tu tal vez pudiste simplemente haber elegido no ver mi sueño. Pero aunque fue una decisión bastante ciega, funcionó, finalmente mis sueños si llamaron tu atención.

—¿Dices que no sabías que yo estaba allí?

—No, creo que esa habilidad solo la tienes tú sobre la faz de la tierra.

—Bueno, digamos que no eres un onironauta, pero dime, ¿cómo me conoces?

—Digamos que tu me buscaste

—¿Yo? ¿buscándote? ¿cuándo?

—En el futuro, en un futuro que ya no existe.

Ilustraciones por @misheru77(Instagram)

Sueño erranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora