Sueño errante

Capítulo 26

Relatado por Amelia

—¡Vaya! Debe de haber un gran secreto del que no quieres que nadie se entere, creo que ya es muy tarde para hacer esa advertencia, por que en este momento acabo de comprobar aquello que me han contado.

—¿Qué es lo que sabes?—me preguntó con los ojos muy abiertos.

—Que tienes una personalidad complicada—concluí.

—¡Ja! ¿a eso te referías? ¿es eso realmente importante?

—Supongo...–balbuceé—¿no es eso lo que quieres que nadie sepa?

Simplemente me volteó la mirada con una mueca de desagrado y continuó.

—Si es eso ¡que bien! no me importa lo que piensen los demás de mi. Sólo deja de inmiscuirte.

—No estaba intentando inmiscuirme, es lo que todos dicen—bramé.

—Si lo dicen o no, no es tu problema ¿cierto? Es por tu propio bien—finalmente se dio la vuelta y caminó hacía su padre casi marchando. ¿Qué le sucede?

¿A que se refería con "es por tu propio bien"? ¿me estaba amenazando? ¡No es mi culpa si todos hablan de él de esa forma!

Es una pena que arruinara mi humor en esa noche tan especial, la conferencia fue magnifica, muchas personas me felicitaron, pero el simplemente se burló de lo que hablé durante toda esa hora "Que raro, hablaste del silencio y ahora nosotros tenemos uno", ¿era acaso una forma de decir que simplemente hablé de cosas sin sentido? Yo también percibí la tensión e incomodidad en el ambiente, pero no tenía que decir eso con tanta ironía.

Había escuchado muchas cosas de él, que no hablaba con nadie más que con su amigo Julián, que tiene una mala relación con sus dos hermanos mayores, que su personalidad es burlona e intimidante. Pero finalmente eso no importa en este mundo, él sabe con quién poner una buena cara, supongo que los billetes hablan por su cuenta.

Salí bastante molesta al jardín a refrescar mi mente por un rato, cuando de repente una mano me frenó.

—Amelia ¡Que bueno verte! Muchas felicidades.

—Hola Bruno, muchas gracias—le estreché la mano.

—¿Qué sucede? Pareces molesta.

—Digamos que tuve el gusto o el disgusto de conocer a tu hermano menor.

—¡Oh! ¿qué hermano? ¿Hugo?

Bruno es una persona amable, sin embargo a veces me pregunto seriamente si no es un tonto. Siendo el hermano de en medio, lo normal es que al decir "hermano menor" estaríamos hablando de Hugo. A decir verdad, después de recién conocer a Hugo, puedo decir que sólo se parecen un poco físicamente, con la diferencia de que Bruno tiene una nariz bastante chata que contrasta con la recta nariz de Hugo. A veces me pregunto si realmente son hermanos, la genialidad y el carácter de Hugo no encajan para nada con la torpeza y fingida amabilidad de Bruno.

—Si, él.

—Ya sabes, él es así, indiferente como mi padre, supongo que por eso él es el favorito.

—Olvidaste lo irónico y burlón que es—mencioné con rencor—se atreve a amenazarme ¿qué le sucede?

—¿Qué dices?—preguntó bastante desconcertado—¿amenazarte?

—No importa, simplemente no me involucraré más en sus asuntos familiares—diciendo esto me despedí de Bruno sin muchas ganas y me dirigí hacía el estacionamiento para manejar hasta mi casa, cuando vi algo que me desconcertó. Era el chofer del señor Humberto hablando con un hombre vestido de negro, cuyo rostro apenas pude distinguir.

—¿Eso dijo Hugo? ¿a su padre? Interesante—rió el hombre.

—Si, yo aún no lo puedo creer, ¡hablándole así al señor Humberto!

—No Xavier, lo más interesante es que hablarán de los difuntos padres del mejor amigo de Hugo.

—Lo se, fue tan extraño. La plática parecía apuntar a que había un asesino o un que no estaban muertos, sinceramente no entendí.

¿Qué? ¿dijo asesino? ¡¿Asesino!? ¿Quién? ¿Por qué? No entiendo nada, debo salir de aquí. Caminé rápidamente hacía mi carro y subí, pero tanto el chofer como aquel hombre de negro se dieron cuenta de mi presencia. ¿Por qué sentía tanto pánico? No lo sabía.

Pero mientras trataba de encender mi auto desesperadamente, en mi cabeza se repetían las amenazantes palabras de Hugo "deja de inmiscuirte", "es por tu propio bien" ¿Qué significaba todo esto?

Cuando por fin encendí el carro logré ver a Hugo en mi retrovisor observándome y de alguna forma esto me aterró. ¿Y si él fuera un asesino? No, no, no, debo calmarme, sólo era una plática sobre dos personas que murieron en un accidente automovilístico, incluso les hicieron un funeral. Sin embargo, no había cuerpos, sólo supuestos restos. ¿Qué son estas sospechas? Sigo teniendo miedo del rostro de Hugo, de su sonrisa burlona, de su advertencia. Olvídalo, no debo pensar en eso.

Después de veinte minutos llegué a mi departamento y por primera vez en mi vida, sentí terror de la oscuridad de la calle, pero eso no importaba ¿cierto? Una vez llegará a casa estaba segura. Abrí mi puerta con la mayor rapidez que pude, me encerré con llave, y respiré. Al fin estaba a salvo. O eso pensé.

Subí a mi cuarto con el corazón más calmado, pensando que tal vez lo que yo había visto y escuchado ese día era un producto de mi imaginación. Tomé un baño y me acosté. Comencé a soñar que alguien me perseguía, corría y corría pero esa persona avanzaba tan rápido como si fuese mi propia sombra. Y en ese momento me atrapó y me empezó a ahorcar. Pero eso no podía estar pasando, jamás en mi vida había estado en peligro, "de seguro es un sueño", pensé. Entonces intenté despertar, pero al abrir mis ojos la sensación de asfixia no desapareció. Por que esto no era una parálisis del sueño, esta persona era real. ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Por qué tengo que morir en manos de un extraño?

Cuando sentía que la vida estaba a punto de abandonar mi cuerpo, lo vi, el rostro de Hugo en la oscuridad.