Frank entró en la casa. La señora Growngry no se encontraba, estaba intentando ligarse al tío de la librería y eso le llevaba tres horas del día. Al menos eso le habían dicho Pete y Brendon.
Tenía tiempo de coger las pocas pertenencias que tenía y salir huyendo.
Sí, desde un principio eso se proponía. Desde que la vieja esa le dijo que iba a asistir a clases obligado, había querido escaparse.
Pero claro, ¿a dónde iría? Él era menor aún, estaba a cargo de la señora Growngry hasta cumplir la mayoría de edad.
Y ¿cómo se iría? Si no tenía coche, ni amigos con los que quedarse, ni padres a los que llamar...
Tampoco tenía dinero... lo único que poseía era una guitarra llamada "Pansy" que le compró la señora Growngry a cambio de hacer las tareas él solo por una semana. Claro está, las clases tuvo que "pagárselas" él solo...
Pete sólo le pasaba información, como por ejemplo cuándo no se encontraba la señora en casa, o cuándo volvería. Estaba solo si quería escapar.
Cogió su guitarra, colgándosela en la espalda y agarrando la desgastada correa para que no se cayese; cogió su mochila con todos los libros y materiales (porque podría venderlos para comprarse unos billetes de tren) y salió corriendo, no sin antes despedirse de Pete y sus demás compañeros.
[...]
Para ser sinceros... no es la primera vez que el castaño intentaba escapar. Lo intentó una vez, pero no salió bien como es obvio.
Pero esta vez tenia la información, y el motivo...
El plan era improvisar; pues no tenía ni dinero, ni a dónde ir, ni con quién.
Todo podía salir bien, sólo tenía que ser prudente.***
Mientras, Camila se dirigía a casa mientras sujetaba el libro roto en las manos. Eso no tenía arreglo.
–maldita estúpida...– murmuró pensando en la chica que se chocó con ella. Se la pagaría... eso es lo único que sabía con certeza.
Estaba casi llegando a la casa, cuando vio una pequeña sombra a lo lejos, con una guitarra a cuestas.
Comenzó a enfadarse pero de verdad.
–Frank...– gruñó por lo bajo, comenzando a caminar a paso rápido hasta el castaño.– ¡Frank!– gritó, llamando la atención del chico, y haciendo que este se asustara y corriera más rápido.– ¡no huyas cobarde!– le gritó acelerando el paso, tirando los trozos de libro al suelo para ir tras él más rápido.
Mientras que Frank era corto de piernas (y de mente), Camila era más rápida, más alta y más cabezota.
El chico acabó tropezando, y Camila logró alcanzarle antes de que se volviese a levantar.
Lo cogió de la oreja y lo obligó a seguirla.
–a ver, maldito hijo de perra, ¿pensabas escapar?– preguntó, sabiendo perfectamente la respuesta.
Caminaban hacia la casa, donde casi todos los niños miraban disimuladamente por la ventana cómo Camila se cargaría a Frank.
–ay, Camila para... no iba a escapar...
–¡mentiroso!– gritó la morena soltándole la oreja al castaño.– eres un imprudente. No puedes irte, no tienes nada, y a demás... ¡ME IBAS A DEJAR SOLA EN ESE INSTITUTO!– comenzó a regañarle, mientras Frank agachaba la cabeza recibiendo su castigo como si fuera un niño pequeño.
–¡bueno vale sí!– gritó Frank.– no soporto ese instituto, llevo ahí metido dos días y ya me quiero morir.– confesó.– las materias son difíciles, hay gente horrible que te pisotean por tu aspecto...
–Frank, relaja.– le interrumpió la morena.– no puedes huir cual cobarde por haberte enfrentado a un par de gilipollas que te hicieron pupita. Supéralo, hay gente mala en el mundo.– le explicó Camila.
–pues todas ellas están en ese maldito instituto.– gritó el castaño señalando en dirección al centro. La morena rodó los ojos. ¿Cómo convencer al cabezota de Frank de que se quedara?
De repente, la vista de Camila se centró en el instrumento que yacía en el suelo, junto a la vieja mochila de Frank.
–¡lo tengo!– gritó de repente, asustando al chico.– la guitarra, sabes tocarla.
–bien Camila, gracias por la información.– dijo Frank con sarcasmo.
–déjame terminar idiota.– dijo la chica enfadada.– puedes ir a clases extraescolares. Hay clases de música donde va gente que hace conciertos y recitales con micro abierto y todo eso... ¿por qué no pruebas a integrarte?– era una buena idea, Frank dejó de tener el ataque de nervios y de pensar en irse, y comenzó a pensar... él siempre quiso ser músico, siempre quiso tocar la guitarra en un grupo o componer... y a lo mejor allí habría otros chicos, otros chicos como él, que compartieran gustos, y tal vez y sólo tal vez... poder tocar en público y ser de una banda...
–joder... es buena idea.– susurró Frank como si hubiera descubierto América.
–genial, todo arreglado. Ya no volverás a intentar escaparte hasta el mes que viene. He cumplido.– dijo Camila. Cogió la desgastada mochila del castaño y se la tiró para que la cogiera.
Ambos chicos entraron a la casa para comenzar a estudiar y ha hacer los deberes.
Pero Frank sólo podía pensar en que esta misma tarde, iría a apuntarse a clases de música.
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Nota:Siento que sea tan cortito, pero bueno, tengo otro preparado que será más larguillo.
Seguimos, que aquí viene lo buenoh.
Long live car crash hearts 💔
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Insignificant.
FanfictionOtra vieja historia cliché. O quizás no tanto. [Frerard/Camren] Para Lauren Jauregui, mudarse junto a su nuevo padrastro fue una verdadera tortura. Sabía que el matrimonio de su madre fue por pura conveniencia, y es que Donald Way y sus dos hijos er...