Frank comenzó a sentir los dedos de las manos. Los tenía helados, y es que llevar una camiseta de mangas cortas debajo de una chaqueta muy fina en pleno invierno... no había sido muy buena idea.Recordaba haberse dormido fuera, recordaba cómo todo se volvió negro y el frío comenzaba a aumentar en su interior hasta quedar helado y desmayarse mientras dormía.
¿Y después qué?
No recordaba nada más.
Se encontraba en una cama, una cama demasiado cómoda para ser la suya propia. No podía abrir los ojos porque le pesaban los párpados y tenía la boca seca. Aún sentía frío.
Su ropa estaba empapada, al igual que su pelo, debido a que la hierba donde se había tumbado estaba húmeda y fría... comenzó a temblar.
Se levantó de golpe notando el calor de la estufa que había a su lado.
¿Dónde estaba?
Estaba confundido, asustado, perdido... muchas cosas al mismo tiempo.
¿De quién era aquel cuarto tan enorme?
Se levantó y se puso delante de la estufa para coger calor. Ahora mismo sólo le importaba calentarse y ya después se encargaría de averiguar de quién era la casa y quién le había traído.
¿Qué hora era? Tampoco lo sabía y le daba miedo mirar algún reloj y darse cuenta del lío en el que seguramente se había metido.
Fuera de la habitación se escuchaban pasos, no sabía de quién exactamente pero a lo mejor era alguien malo, alguien que buscaba hacerle daño o algo parecido... aunque aquella persona le había salvado de morir congelado...
La puerta se abrió, y para su sorpresa, una cabellera pelinegra que bien conocía se asomó.
–Has despertado...– Se alegró de que fuera la voz de Way la que dijera aquello...
–¿Gerard?– Preguntó confundido. Igual tenía muchas preguntas que hacerle.– ¿Qué hago aquí?– Fue la primera pregunta que le salió.
–Pues... había un idiota tirado en el césped mojado de un parque en plena noche de invierno, con la poca ropa que tenía mojada y desmayado por el frío, ¿te suena?– El pelinegro entró en la habitación cerrando la puerta tras de sí.
–Pero... ¿Qué hago yo en tu casa?– Era algo extraño, Gerard Way ayudándole...
–No podía dejarte en medio del parque para que te murieras congelado, no sé qué dirán de mí, pero no soy un monstruo como para dejarte ahí.– Respondió sentándose en la cama.– El que debe explicaciones no soy yo, eres tú. ¿Qué hacías ahí? Podrías haber muerto, imbécil.– Frank rodó los ojos y desvió la mirada del pelinegro.
–Sólo quería estar solo y descansar, no podía volver a casa y no tenía a donde ir...– Se encogió de hombros mientras se explicaba.– ¿Qué hora es?
–Las doce de la noche.– Respondió Gerard mirando su reloj de muñeca.
–Mierda no...– Le harían picadillo en cuanto entrase por la puerta. La señora Growngry lo castigaría haciéndole hacer todas las tareas de la casa él solo por una semana por lo menos.
–Oye, tampoco es tan malo, llama a tus padres y diles que irás mañana, que te quedas en casa de alguien y ya...– Dijo Gerard extendiéndole su móvil.
ESTÁS LEYENDO
Insignificant.
FanfictionOtra vieja historia cliché. O quizás no tanto. [Frerard/Camren] Para Lauren Jauregui, mudarse junto a su nuevo padrastro fue una verdadera tortura. Sabía que el matrimonio de su madre fue por pura conveniencia, y es que Donald Way y sus dos hijos er...