Una semana.
Una jodida semana desde aquello, y Gerard parecía haberse desvanecido en la niebla que inundaba las calles de Nueva Jersey.
Frank seguía confundiendo los sentimientos que tenía hacia aquel pelinegro, entre el odio que le tenía nació algo parecido al afecto.
Era extraño pensar en Gerard Way como lo estaba haciendo, sobre todo en sus labios... Mierda, de nuevo todo se repetía.El castaño soltó algo parecido a un quejido y se refugió en sus brazos cruzados sobre el pupitre. No se podía concentrar en absolutamente nada de lo que la vieja profesora decía del temario de ciencias.
–Frank...– La voz de Jamia fue un viaje de vuelta a la realidad. La pelinegra, con cara de preocupación, le tocó suavemente el hombro por encima de la sudadera (sudadera que, por cierto, no se había quitado en dos días).– Tío, te ves como el culo.– La sinceridad de su querida compañera era suficiente para sacarle una sonrisa, o al menos, una mueca parecida.
–Gracias cariño.– Le respondió el castaño.
Entre los murmullos de los alumnos aburridos, la voz de la profesora resaltó en cuanto dijo: "diseccionar ranas".
Frank se puso pálido, tragó saliva y negó con la cabeza repetidas veces. Lo que le faltaba, abrir en canal a un pequeño ser vivo.
Jamia levantó la mano con rapidez, con las facciones de su rostro endurecidas.
–Disculpe, pero no deberíamos hacer estas prácticas, va contra mis principios matar a un animal vivo, y mucho menos para abrirle e inspeccionar su organismo para, sinceramente, nada.– Explicó la chica levantándose para hablar.
–Señorita Néstor, ¿Está usted diciendo que mi clase no sirve para nada?– Preguntó la mujer acercándose a su asiento.
–Perdone profesora, pero eso no es para nada lo que ella quería decir.– Dijo ahora Frank.– Simplemente creemos que es algo inmoral matar a un animal indefenso para aprender.– Después de su explicación, se formó una nube de murmullos y susurros a su alrededor.
–Si ustedes dos, niños insolentes y desagradecidos, no quieren participar en esta actividad, me temo que tendré que suspenderles y mandarlos a ambos a la sala de castigos durante esta semana.– La profesora, cruzada de brazos, les miraba con superioridad, como si su cargo la hiciera intocable.
Ambos chicos se miraron, y antes de que la vieja volviera a abrir la boca, comenzaron a recoger sus cosas y a meterlas en sus mochilas, dispuestos a cumplir el castigo que se les había impuesto.Más murmullos de sus compañeros. Parecía que esos chicos estirados y ricos nunca habían probado el dulce néctar de la libertad de expresión.
–Si se levantan de sus asientos, tengan por seguro que no podrán echarse atrás y ambos obtendrán mala nota en el trimestre.– La señora alzó la voz para que resaltara entre los murmullos, esperando obtener una reacción positiva por parte de los dos amigos que estaban "estropeando" su clase.
Pero no hubo respuesta, Frank y Jamia le dieron la espalda a la clase y salieron por la puerta del aula sin intenciones de retractarse.Aquello les causaría muchos, muchos, muchísimos problemas...
***
Camila se enteró poco después, gracias a cotillear cerca de la sala de profesores, que Frank suspendería ciencias naturales.
La morena no podía estar más enfadada, juró y prejuró que apuñalaría al castaño en cuanto le viera.
No se podía creer lo irresponsable que podía llegar a ser su "hermano", y es que la señora Growngry les dejó muy claro que no quería suspensos ni tonterías en el expediente académico.
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Insignificant.
Hayran KurguOtra vieja historia cliché. O quizás no tanto. [Frerard/Camren] Para Lauren Jauregui, mudarse junto a su nuevo padrastro fue una verdadera tortura. Sabía que el matrimonio de su madre fue por pura conveniencia, y es que Donald Way y sus dos hijos er...