Mary Jane, the embodiment of the marijuana.

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Frank azotó la puerta para salir del aula. Estaba cabreado, lo admitía, pero es que Gerard había desaparecido durante mucho tiempo, ni siquiera se había molestado en contactar como fuera con él para ayudarle con la canción, o al menos para avisar de que no iba ha hacerlo.

Los capullos nunca cambian, y menos un capullo tan narcisista y engreído como el pelinegro.

Aceleró el paso al ver que Gerard le seguía de cerca, pero al parecer no captó la indirecta de "deja de seguirme" tan clara que le estaba mandando. El pelinegro también aceleró el paso.

Frank rodó los ojos y continuó caminando (casi corriendo) para que no le pillase. Pero sus piernas eran muy cortitas, en cambio las de Gerard eran largas, delgadas y ágiles.

–Frank.– Escuchó que le llamaba desde atrás.– Venga Frank, vengo en son de paz...– Insistía.

–Me da igual, no tengo tiempo, tengo una canción que escribir.– Dijo el castaño sin pararse.

Al final, como era de esperar, Gerard acabó alcanzándole.

–Vamos anda.– El pelinegro le cogió del brazo y le arrastró por el lado contrario hacia donde iba.

–¿Qué? ¿A dónde?– Preguntó Frank resistiéndose un poco.– Tengo que trabajar el la canción y... no puedo volver tarde a casa.

–Pues a eso vamos, a trabajar en la canción.– El pelinegro seguía insistiendo.

–Es que ya tengo con quién hacerlo, gracias.– Frank estaba tan molesto con Gerard que se le escapó un poco aquel "secretillo", incluso dijo "hacerlo" no sólo por la canción en sí, sino por lo que aquello conllevaba, por el tema de su virginidad y eso...

–¿Acaso te has buscado otra pareja en mi ausencia?– Preguntó Gerard parando en seco, su tono era de indignación total.

–Se puede decir... o sea, no del todo pero... ya tengo a alguien que me ayuda, así que no tienes más que practicarla y cantarla conmigo... a demás, ya está casi terminada.– Explicó el castaño nerviosa. Gerard le miró furioso, aunque había algo nuevo en aquellos ojos esmeraldas, algo que no había visto en ellos desde que lo conocía, aunque no podía descifrar exactamente el qué.

–Pues la terminas conmigo, ya que YO soy tu compañero.– Prácticamente le obligaba, le tenía fuertemente agarrado y le miraba con rabia... no había escapatoria.

–Pero trabajo mejor con la otra persona...– Se quejó el castaño. Intentaba (con una mirada de cachorrito) que le soltara y le dejara irse, pero Gerard seguía mirándole, esta vez, apretando más el agarre y mordiéndose la mejilla por dentro.

–Pues tendremos que buscar inspiración.– Murmuró comenzando a caminar de nuevo, sin soltarle el brazo a Frank, claro.

El castaño no entendía una mierda, y eso le hacía ponerse nervioso, sobre todo si Gerard Way se ponía tan misterioso.

***

Camila estaba nerviosa... no, nerviosa no era la palabra, estaba CABREADA, en mayúsculas, con todas las letras y en negrita.

Caminaba por los pasillos con rapidez, decidida ha hablar con Lauren y cantarle las cuarenta.

La vio a lo lejos, ahí parada en su taquilla, riéndose con sus dos amigas descerebradas. Aquella sonrisa burlesca que tenía la pelinegra dibujada en su cara sólo hacía que su estómago se revolviera y le entrara más rabia por el cuerpo.
Ahora mismo, en la cabeza de la morena se reproducía una y otra vez la canción de "I WANNA SEE YOU CRY BITCH" a todo volumen.

Al llegar hasta ella, cerró la taquilla de la chica de un golpe seco, ganándose la atención de las presentes.

–Vamos ha hablar, AHORA.– Le exigió Camila entre dientes. Lauren la miró sin expresión alguna, con los ojos muy abiertos... a ver si funcionaban sus preciosos ojos verdes.– VAMOS.– No, no funcionaban, Camila estaba que echaba humo.

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