It's not a bad song at all...

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Gerard llegó a su casa, dejó su mochila tirada en el suelo y se fue directo a tirarse al sofá. Encendió la televisión y comenzó ha hacer zapping para ver qué pillaba, pero todo el mundo sabe que la tele ya no es lo que era y se había vuelto aburrida y repetitiva.

Llegó al límite en cuanto se puso dos hombres y medio, cuando estaba Walden, cuando Jake había crecido, cuando Charlie había muerto... Esa serie da asco ahora.

Apagó la televisión tirando el mando a un lado y tumbándose en el sofá con cara de amargura.

Sacó su "Iphone 6 plus" y comenzó a jugar a un juego, dado que nunca le habían gustado las redes sociales... tenía Instagram, Twitter, Facebook... pero con subir un par de fotos cada mes iba sobrado.

Gerard dejó el juego en cuanto falló por tercera vez, no tenía la suficiente paciencia para ese juego.

Bloqueó el móvil y comenzó a mover las manos nervioso. Tenía que hacer algo o acabaría muerto de aburrimiento aunque eso sería físicamente imposible.

De repente, le vino a la cabeza la discusión con ese chico molesto de la clase de música. Tenía que escuchar la maldita canción.

No la había escuchado porque simplemente no era fan de Guns n' Roses. Él era más de Pearl Jam, Black Sabbath, Iron Maiden, Scorpions...

En fin, puso en su móvil YouTube y escribió "Don't Cry"... le salió la primera.

Presionó el vídeo y esperó...

***

Frank intentaba escribir, pero no había palabras... ¿Cómo diablos se escribe una canción? ¿Y Sobre qué? Tantas preguntas no eran buenas, se supone que le tenía que salir sin más, así salían las mejores canciones.

A demás, los gritos de los niños de las habitaciones de al lado no le dejaban concentrarse. Su cerebro iba a estallar.

–Si es que en esta casa de locos no hay quién piense.– Murmuró el castaño tapándose los oídos. Se levantó, cogió sus cosas y no dudó ni un segundo en salir de esa casa por patas.

***

No estaba llorando, no estaba llorando, no estaba llorando.... ¿A quién pretendía engañar? Estaba llorando. Gerard Way llorando. Lo nunca visto... y menos mal que nadie estaba ahí para verle.

Esa canción le había tocado la fibra, cosa que pensaba que no tenía.

Dejó su móvil a un lado, dejando la canción puesta, mientras él se tapaba los ojos rojos e hinchados. Odiaba llorar, y odiaba Mucho más llorar porque una canción le haya llegado tanto a la patata.

Quitó la canción y bloqueó el móvil. Tenía que irse a su cuarto para tranquilizarse un poco y para que nadie le vea cuando llegasen.

***

Después de estar pensando durante tres horas, a Frank no se le había ocurrido absolutamente nada que escribir.

Se dirigía a casa de nuevo. Estaba muy cansado y encima ahora le pondrían ha hacer algo, como limpiar los baños o arreglar las camas de las habitaciones una por una.
Odiaba esa casa, y no veía la hora de encontrar in trabajo y un piso para independizarse.

En cuanto entró por la puerta, la señora Growngry le cogió del brazo y lo llevó a la cocina.

–A ver, Frank, tú te encargarás de barrer la parte de abajo, Camila se encargará de la de arriba. ¿Estamos?– La morena estaba apoyada en el umbral de la puerta, parecía cansada al igual que él.

–Sí...– Dijeron los dos chicos a la vez.

–Así me gusta. Ahora a trabajar, tenéis que terminar pronto que mañana hay clases.– Les dijo la vieja.

Mientras barría, comenzó a tararear una melodía que se le vino a la cabeza. Era pegadiza, y no la había oído en ningún sitio, lo que significaba que era suya. Se le había ocurrido.

Rápidamente, soltó la escoba y el recogedor y pilló la primera hoja de papel que encontró. Escribió las notas que posteriormente tocaría en su guitarra. Era una buena melodía.

Lo malo, era escribir la letra.

–¡Iero!– Escuchó el estridente sonido de la voz de la señora Growngry.– ¡A trabajar!– Volvió a gritar.

–Voy, voy...– Se guardó la hoja de papel en el bolsillo y corrió a coger la escoba de nuevo.

***

Lauren llegó a casa cansada. Había caminado hasta esta gracias a que su madre pensó que quitándole el Mercedes aprendería a comportarse en el instituto.

La casa estaba extrañamente silenciosa, tan sólo se escuchaba una leve melodía venir del piso de arriba.

"Give me a whisper And give me a sigh"

"Give me a kiss before you"

"tell me goodbye"

"Don't you take it so hard now"

"And please don't take it so bad I'll still be thinkin' of you"

"And the times we had..."

Esa canción era la de Guns N' Roses. La reconocería hasta debajo del agua.

–¿Mikey? ¿Gerard?– Preguntó subiendo las escaleras.

La música venía del cuarto del mayor. Decidió llamar tres veces y preguntarle si andaba todo bien.

La música paró y segundos después, Gerard apareció por la puerta.

–¿Qué quieres?– Preguntó de mala manera el chico.

–¿Todo bien?– Preguntó la pelinegra.

–Todo genial.– Afirmó el chico.– ¿Por qué?

–Bueno... esa canción la escuchaba yo para deprimirme y... como estabas ahí encerrado, con la música a tope, y tienes los ojos rojos... no sé, a lo mejor te encontrabas mal o algo.– Explicó la chica.

–Mm... No, estoy perfectamente. Es que tenía que escuchar este bodrio de canción para la clase de música. Tengo que cantarla con un idiota la noche del micro abierto.– Le explicó ahora Gerard. La canción en sí le había encantado y emocionado, pero no quería darle la razón a Frank. Eso nunca, antes muerto.

–No es un bodrio de canción, es preciosa.– Le recriminó Lauren. Gerard rodó los ojos.

–¿Algo más?– Preguntó harto de escuchar lo preciosa que era esa canción.

–Sí, cuando mientas sobre esta canción, asegúrate de no tener los ojos rojos de tanto llorar. Apuesto a que la has estado escuchando repetidas veces.

–Cállate, eso no es verdad.– Dijo el pelinegro enfadado.

–No sé por qué mierdas la has tomado con esa canción, ni por qué demonios dices que no te gusta y lo niegas todo, pero hazme el favor de quitar la música porque quiero dormir. Mañana tengo que estar guapa para la foto del carnet de nuestra clase.

–¿Es mañana?– Preguntó Gerard.– Mierda.– Murmuró.

–Sí, es mañana, y quiero salir guapa y sin ojeras.

–Sí, y yo, nadie quiere parecerse a ese Frank.– Rió el pelinegro, haciendo reír a Lauren.

–No sé por qué me río, si no sé quién es Frank.– Lauren se encogió de hombros y se fue para su habitación, dejando a Gerard solo, tarareando la canción que tanto negaba que le gustaría.

Jamás le daría la razón a Frank, jamás le haría saber que esa canción le hacía sentir algo en ese corazón negro que tenía.

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Nota:

Eeeeh. He subido xabales...

Me centraré en este y los demás para dejar un poco atado café libros e invierno.

Mañana subo.

Bye.

Long live car crash hearts 💔

Insignificant. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora