In my house or in your house?

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Frank despertó con esa melodía en la cabeza. Estaba aún adormilado, pero no se le había borrado aquella pegadiza melodía.

La letra aún no se le ocurría, pero estaba seguro de que pronto lo lograría.

Se levantó por fin de la cama y se fue directo a la ducha.

***

El día de la foto era muy importante para los Way, pues su imagen lo era todo.

Aunque ellos siempre iban perfectos, el día de la foto les gustaba hacerse destacar.

Por ejemplo, Gerard se pintaba los ojos con sombra y eyeliner, Mikey se quitaba las gafas y se dejaba el pelo revuelto, y Lauren se ondulaba el pelo y se pintaba los labios de un color oscuro.

Se veían mejor que el resto del año, y la gente del instituto se volvía más loca por ellos.

Salieron de casa para irse al instituto, dispuestos ha hacer que hasta los chicos mojen bragas por ellos.

***

Frank se puso lo primero que encontró, una camiseta de Black Sabbath, una camisa, unos pantalones rotos y unas vans más desgastadas que la señora Growngry.

Mientras que Camila iba más o menos decente, con ropa que mangaron de la parroquia. Una camiseta de rayas negras y blancas, una falda azul marino y una felpa blanca.

Salieron corriendo para el instituto sin desayunar siquiera.

***

En el instituto todos estaban emocionados, el día de la foto era un acontecimiento importante para esas personas tan superficiales.
Claro, que nadie destacaba más que los Way. Ellos eran los típicos que caminaban a cámara lenta por los pasillos, dejando que la gente los mire y admire su belleza. Porque eran ardientes y lo sabían.

Mientras, Frank, Jamia y Camila estaban en las taquillas, mirando a su alrededor y sintiéndose la mugre de ese colegio. Se sentían como los mendigos, los que compraban la ropa en un mercadillo (y no iban muy desencaminados).

–Todos están arreglados, ¿Por qué todos están arreglados?– Preguntó Camila nerviosa.

–No tengo idea, ahora me arrepiento de haberme puesto una sudadera y unos vaqueros negros.– Murmuró Jamia mirando a la gente que pasaba y los miraba mal.

–A mí me la suda. Me gusta cómo voy y no me avergüenza porque estos idiotas vayan hechos unos pinceles y nos miren mal por ir diferentes.– Explicó el castaño.

–Si no digo que sea malo, digo que me siento incómoda ante las miradas de esta gente...– Dijo Camila.

–¿Por qué hoy es diferente a los demás días? Siempre hemos ido así y nadie nos había mirado con tanto desprecio hasta hoy.– Preguntó Jamia.

Frank iba ha volver ha hablar, pero fue interrumpido por unas chicas que murmuraban demasiado alto justo al lado de ellos. Estaban como fangirleando y señalando al final del pasillo.

Los tres chicos miraron en esa dirección, encontrándose con los Way, el centro de atención, los más guapos y ardientes... y hoy estaban aún más sexys.

Frank no se dio cuenta de que estaba con la boca abierta hasta que Jamia se la cerró.
Y es que a Gerard le quedaba muy, muy, MUY bien aquella sombra de ojos. Resaltaba el color esmeralda de sus ojos.

El castaño parpadeó como quince veces seguidas y desvió la mirada. No se podía creer que pensara de esa manera de un chico, y menos si ese chico era Gerard Way. Estaba sonrojado y ligeramente excitado y lo odiaba. Se odiaba por pensar de esa manera, así que simplemente lo ignoró y se hizo el rudo.

Insignificant. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora