Adolescentes; poderes & problemas.

Capitulo 19: La pelea

Se podría escuchar como todo mundo murmuraba cosas como “¿viste eso?”, “no puedo creer lo que acabo de ver” y cosas de ese estilo. Ian había dado un gran golpe pero Brandon logro esquivarlo e Ian fue directo al suelo. Una vez que Ian estaba en el suelo, aun mas enfurecido tomo la pierna de Brandon y lo hizo caer al suelo, dando un estirón. Ian se subió enzima de Brandon y comenzó a dar golpes, Brandon de verdad que era muy ágil, pues esquivaba cada uno de sus golpes. Ian le grito en la oreja a Brandon:

-        ¡¿por qué no me golpeas, débil?!

-        Quiero que primero te canses, estúpido.

Luego Brandon logro girarse, quedando encima de Ian y logrando darle un golpe en la cara, Ian lo lanzo, mientras él agarraba aire, sintió como le salía sangre de la nariz, se toco para confirmar, y al ver la sangre en sus dedos le grito a Brandon.

-        ¡Tu primer y único golpe que me darás!

Mientras Ian corría hacia su oponente, Brandon hizo que una planta se le enredara en su pie lo que causo que se volviera a caer, todos se reían, no se esperaran que alguien le ganará al mejor jugador de americano de la escuela, que gracias a él había logrado que ese instituto fuera el mejor de todos en ese deporte. Brandon se le acerco y le sugirió.

-        ¿y si te rindes? Tengo prisa.

-        Nadie me gana, no puedo perder – se dijo furioso para sí mismo.

-        Cálmate, solo es una pelea.

-        Enserio, voy a ganar

Ian se metió su mano en su bolsillo, saco una navaja y sin pensarlo mucho se la lanzo, Brandon tenía que reaccionar rápido y lo primero que hizo fue hacerse a un lado, eso no fue suficiente, pues la navaja se le quedo encajada en el vise. Todos se quedaron callados y asombrados, veían como tanta sangre recorría todo su brazo izquierdo. Brandon jamás se había asustado tanto, quedo en estado de shock al ver toda esta sangre y la navaja aun clavada. Brandon callo de rodillas y con su otra mano se la estaba sosteniendo, hizo un gran grito de dolor.

El señor John estaba despidiéndose de todos los maestros del instituto, él ya estaba listo para irse a su departamento y Michel lo detiene.

-        Hola, John – lo saluda la maestra de gimnasia.

-        Hola, Mich ¿qué pasa?

-        Nada, solo quería saludarte, no te he saludado en todo el día y no me gusta que pase un día sin saludar a alguien.

-        Ah, bien… oye tienes una integrante nueva en tu equipo de porristas ¿no? – pregunto el Señor John.

-        Si, Alexandra, es realmente buena, ¿la conoces? – pregunto con curiosidad Michel.

-        Si, ella estaba en clase de poesía conmigo, pero pidió un cambio, quito poesía por irse a tu equipo de porristas.

-        Créeme, eso no lo sabía.

-        Sí, pero creo que se cambio de clase porque se enojo conmigo.

-        ¿le hiciste algo?

-        No, no que yo recuerde, pero podrías hablar con ella.

-        ¡que interés por esa chica! – dijo Michel.

-        Era una gran alumna y te lo debería, Michel – le dijo el Señor John sonriendo muy encantadoramente.

-        De acuerdo – dijo Michel, cayendo en los encantos del Señor John – hablare con ella y me invitarás a cenar ¿cierto? Me gustan los mariscos.