Capitulo 38: 9 años, 10 meses y 19 días...

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Alex iba caminando por los pasillos con un objetivo… ir directo a su casillero; últimamente se le dificultaba sonreír mientras caminaba, como solía hacerlo, estas últimas semanas se la pasaba seria, porque no podía evitar sentirse mal, pues caminaba y a su alrededor la gente que estaba allí solo se la pasaba murmurando cosas de ella. Definitivamente ese día no estaba de humor.

-        ¡¿Qué estás diciendo de mí?! – le dijo ella a un chico y lo empujo a los casilleros, toda la multitud se quedaba viendo y no hacía nada al respecto.

-        Na…na… nada, Alexandra – tartamudeaba el chico muerto de miedo.

-        ¡lo qué sea que estés diciendo quiero que me lo digas a la cara! – le dijo ella enojada.

-        Sólo… preguntaba… si tu…

-        ¿si… si yo qué? – lo apuraba Alex.

-        Si tú eras la novia del profesor John, eso… eso es todo… no me hagas daño – le rogaba el pobre chico.

-        No te haré nada… pero odio que hablen a mis espaldas, me gusta que me digan las cosas a la cara…y si tan importante era para ti saber eso me lo hubieras preguntado – le decía ella enojada – me imagino que por las noches ni dormías, digo, con esa duda tan tremenda ¿quién podría dormir? – dijo con sarcasmo.

-        ¡Alexandra! – exclamo la maestra de gimnasia Michel

-        ¿eh? – dijo Alex confundida.

-        Ven aquí y todos ustedes me imagino que deben tener clases a las cuáles ir, así que quiero ver este pasillo despejado – ordeno la maestra y todos se fueron a su paso, cuando todos se fueron la maestra continuo hablando con Alex – Alexandra, has faltado a varias practicas con las porristas y tu para mi eres la principal.

-        Desde que el Señor John se fue a prisión y me prohibió verlo me siento triste – dijo Alex.

-        Si… claro… John – suspiro Michel.

-        Profesora… usted está enamorada de el Señor John se le nota – le dijo Alex.

-        ¿qué? – dijo ella – solo salíamos… no es para que te pongas celosa.

-        Tranquila, maestra, con usted no hay de qué sentir celos – le dijo Alex mientras que la profesora Michel se sintió ofendida.

-        Insinúas que yo no soy competencia – dijo Michel.

-        Ok, Michel, perdóname que me esté dirigiendo a ti de esta manera, pero yo a ti no te tengo respeto. Y la verdad sí, eso pienso, tú no eres competencia para mí, pues la que salió ganando fui yo.

-        John está en la cárcel por tu culpa, y dices que esto es un juego, como para decir “yo gané”, tu solo eres una niña, debiste dejarme a John para mí y nada de esto hubiera pasado, quién sabe… incluso podríamos estando preparando una boda… y tu ni invitada estarías – le dijo Michel enojada.

-        ¡pero qué lástima das! Enserio serás patética, diciéndome a mi tu mayor sueño… tener una vida al lado de el Señor John, enserio te debió haber dolido que él escogiera a alguien mucho más joven que tu, seguramente esas ojeras tuyas no le atraían ni un poco – seguía Alex con su pelea.

-        ¡por favor! Ni siquiera son vieja, estoy en la edad perfecta, con este cuerpo que tengo a cualquiera enamoro.

-        ¿y crees qué yo no enamoro o qué? Pero eso no tiene nada que ver, al fin de cuentas el Señor John terminó enamorándose de mí y yo de él.

-        ¿enserio crees que se enamoró de ti? No quiero provocarte pero… yo lo bese – dijo Michel presumiéndole

-        ¡No! – dijo Alex con sarcasmo - ¡Madre mía! No me lo creo… ¿un beso? ¡dime que fue en la mejilla! – Michel la miraba con maldad por su sarcasmo con tanta burla – y yo creyéndome mucho porque pasé la noche en su departamento, porque dormí a su lado, porque lo bese innumerables veces, por tantas caricias que me dio, palabras hermosas que me decía y un gran poema, pero ¡qué envidia siento! ¡un beso!

-        Mira, niña te lo advierto, no me provoque que en este tipo de cosas te puedo destruir – la amenazo Michel.

-        Pobre e ingenua, Michel, ¿sabes? Tu a mi no me das miedo, yo soy una chica muy fuerte y cualquier cosa que hagas tu, yo lo puedo hacer mucho mejor. Además ¿qué me puedes hacer? Sacarme del equipo de porristas, hazlo, no me importa.

-        Bien, porque quiero que vayas al vestidor de chicas y recojas tus cosas, estas fuera del equipo de porristas. Ahora ¿qué harás para graduarte? Si no me equivoco necesitas los puntos de materias y has dejado clases, según yo te saliste de poesía y ahora estas fuera del equipo de porristas, y muchos maestros ya no dejan que entren alumnos a sus clases, pues el ciclo esta acabando, bueno eso te lo arreglarás tú – dijo Michel, se dio media vuelta y se fue.

Al cabo de unas horas la escuela ya había terminado y Michel decidió pasar a ver al Señor John. Fue a la prisión, la examinaron y la dejaron esperando, sentada y con el teléfono a la mano, donde podrían conversar y con un vidrio que les impidiera tener contacto físico.

-        Hola, John… ¿cómo te encuentras? – preguntó Michel, cuando el Señor John ya había tomado el teléfono.

-        Pues estoy en la cárcel… ¿eso te dice algo? – dijo el Señor John.

-        Al parecer no estás de humor.

-        Es solo que ya me canse de estar aquí, ya quiero salir.

-        Cuando salgas ¿qué es lo primero que quieres hacer?

-        Ir a buscar a Alex, eso es lo qué haré.

-        Pensé que ya no estabas interesado en ella – dijo Michel.

-        ¿por qué dejaría ella de interesarme?

-        Bueno, pues ella fue la culpable de que estés aquí… y me comento que le prohibiste que te visite.

-        Si, se lo prohibí, pero es porque quiero que ella viva la vida, y ella no es culpable, yo también tengo la culpa, pero después podré estar con ella, así que lo vale.

-        ¿enserio la amas? Nunca me imagine que te enamorarías de una estudiante, John.

-        Yo tampoco, pero ella es diferente, te juro que la veo y me pregunto que cómo es posible que esa belleza se enamorara de mí, es un poco ruda, bueno que digo poco… es muy ruda, pero a la vez es tan frágil, todo de ella me encanta, es mi chica ideal…

-        ¡John! Es una niña – lo interrumpió Michel - ¿te das cuenta? ¿si sabes la diferencia de edad que tienen?

-        Si, 9 años, 10 meses y 19 días… Michel… quiero que me hagas un favor – le pidió John.

-        Bien… - dijo ella.

-        Quiero que cuides de ella, que no se meta en problemas, seguramente ahora está peor que antes, pero eso es porque está lejos de mí, por favor, te ruego que la cuides… no le digas que te estoy pidiendo esto.

-        John…

-        Por favor… sé que puedo contar contigo para eso.

-        Está bien… me tengo que ir, adiós, John, cuídate – dijo ella a duras fuerzas.

-        Muchas gracias, Mich. Eres una gran amiga, te lo agradeceré siempre. Cuídate también y…cuida de Alex.

-        Si.

Al decir eso Michel salió con prisa y al subirse a su auto comenzó a llorar con mucho sufrimiento, ella se dio cuenta que de verdad John estaba perdidamente enamorado de Alex y que ahora ella tendría que cuidarla. Michel sólo se pregunta una cosa… ¿algún día ella le confesaría su amor a el Señor John? Ella espera que si… y no solo eso, también espera que el Señor John la ame… al igual como el ama a Alex.

Adolescentes; poderes & problemas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora