Se deslizó por el suelo con la espada en alto, un grito de emoción surgio de la multitud, el arma susurró abriendo limpiamente la armadura del gladiador, el filo alcanzó a tocar la piel azulada y un hillillo de sangre manchó la empuñadura y se escurrió por su brazo manchando su traje, a él no le importo en lo más mínimo, no en ese momento cuando la adrenalina corría por su cuerpo inundándolo de excitación, normalmente la visión de la sangre le produce náuseas, no porque sea sensible de corazón, no, si no porque el hecho de sangrar le parece algo inconcebible, sólo los cobardes y los idiotas sangran, ese era su idea y ¿él? Él era un príncipe, estaba por encima de todos y de aquella absurda y mundana vulnerabilidad, él era invencible.
Casi un dios.Se levantó y miró a su alrededor, su rostro estaba cubierto por una máscara, así le gustaba, le otorgaba anonimato, nadie debía saber que su príncipe estaba luchando de lo contrario lo más probable es que lo dejarán ganar y Lotor no quería eso, quería que se le reconociera por su gran coraje, por su maestría en el arte de la lucha. A su alrededor la multitud estalló en vítores, tal y como él lo merecía, los había vencido a todos y se alzaba orgulloso, victorioso. Se quitó la máscara y agitó su larga melena blanca. El silencio se hizo en la arena. Un silencio respetuoso, el silencio que alguien como él merece, todos miraban al príncipe con absoluta fascinación, alguien se levantó, un hombrecillo de fea piel verde y dientes prominentes, y aplaudió con admiración, lo siguió otro y pronto todos estaban aplaudiendo. A Lotor eso le gustaba, que lo venerarán.
—¿Qué piensas hacer con nosotros? — Shiro lo miraba con una expresión de odio en el rostro.
—Aún no lo sé, estoy pensando en una muerte dolorosa para tu amigo pero aún no encuentro una que me satisfaga por completo. ¿Alguna idea?Lotor realmente disfrutaba aquella tortura psicológica, jugar con la mente de los prisioneros era mucho más lenta que asesinarlo se a sangre fría pero mucho más gratificante, lo había hecho varias veces con resultados magníficos, en una ocasión había logrado que un hombre torturará a su propio hijo después de convencer al hombre de que el muchacho era el asesino de su familia, no había nada más hermoso que ver a alguien descender por la espiral de la locura.
—No ganarás, Voltron te vencerá.
Pobre, pobre Matt, estaba tan convencido de que alguien vendría a salvarlos y lo que era más triste realmente creía que un par de mocosos podían vencerlo. Su padre había gobernado durante milenios,ellos no eran nada comparado con él o su padre, ellos eran dioses, invencibles, claro su padre se encontraba herido pero era algo sin importancia, pronto se levantaría y aplastaría como insectos a esos estúpidos paladines.
—Realmente me conmueve que tengas tantas esperanzas en ellos, aunque no han resultado de mucha ayuda para ti, ¿no es cierto?
Matt se mordió el labio e hizo lo único inteligente que pudo hacer: callarse.
—No te preocupes Matt, saldremos de aquí, pronto— Shiro lo tranquilizó, lo que en opinión de Lotor era absurdo, al menos si consideraban salir vivos.
—Pues si yo fuera ustedes, que es un alivio que no es así, me pondría cómodo, van a pasar mucho tiempo por aquí.Lotor sonrió, su sonrisa era capaz de cortar el metal y él lo sabía, la había perfeccionado. Le hubiera gustado pasar más tiempo ahí, quería saber más sobre ellos para así tener más armas que usar en su contra, pero tenía asuntos que atender primero y con su padre herido tenía que asumir toda la responsabilidad.
—Oh, casi lo olvido, ¿cómo está Allura?— dijo satisfecho de la mueca furiosa de Shiro, salió por la puerta riendo a carcajadas.
Allura. Allura. La recordaba bien, siempre encantadora con una terquedad que la hacia aún más cautivadora, tenía muchos recuerdos de ellos, sus padres grandes amigos, los habían incitado a formar una amistad, una amistad que años después se volvió amor, en aquella época eran muy diferentes, ambos eran soñadores, inocentes casi, con un sentido de la compasión y la justicia muy marcado, eran el uno para el otro, y se habían prometido pasar la eternidad juntos, pero la traición del padre de Allura lo había arruinado todo, y ella necia y tonta había preferido a su padre antes que a su prometido, pues bien, ella se lo perdió hubieran gobernado el universo juntos pero en cambio ella un día desapareció y su padre murió, pasó mucho tiempo para que volviera a saber de ella y todo aquel amor que antes le profesó se había convertido en un odio palpitante que era su motor cada día, en cuanto la tenga, la haría pagar cada burla, cada humillación, la convertiría en su obra maestra, después de que Lotor le modifique la mente, no habrá ningún rastro de la vieja Allura.
Era una promesa.

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Don't Leave Again
FanfictionDespués de la desaparición de Shiro, Keith debe hacerse cargo de liderar a Voltron. Pero antes de enfrentarse a Zarkon y al príncipe Lotor, debe aprender a trabajar en equipo sin querer matar a sus compañeros, en especial al idiota de Lance.