No tocó.
Abrió la puerta casi de una patada, no lo hizo sólo porque aún le dolían las rodillas.
—¡Eres un maldito idiota! —gritó, clavando la mirada en la espalda de Lance.
—Vaya, realmente no me esperaba ese recibimiento —contestó éste sin mirarlo. Estaba acostado viendo hacia la pared, una delgada cobija azul le cubría el cuerpo. Y no parecía tener intención de voltear a mirarlo.
—¿Por qué sigues aquí? Tú, Shiro e incluso Matt no han hecho más que encerrarse en sus cuartos y negarse a salir. Parecen niños malcriados.
Lance se giró para mirarlo, el cabello castaño revuelto.
—¿Quieres oír algo realmente extraño? —preguntó. Su mirada firmemente posada en Keith—. Cuándo te vi ahí parado como un completo idiota insistiendo en quedarte conmigo —Keith lo fulminó con la mirada— mirándome con ojos de borrego degollado, pensé que eras lo más adorable del mundo.
Keith se quedó mudo.
¿Lance lo había llamado adorable? Le habían puesto muchos adjetivos pero nunca uno que estuviera cerca de "adorable".
—¿Me estás tomando el pelo? —preguntó vacilante.
Lance se rió y salió de la cama.
—¿Recuerdas lo que te dije antes de ir por Shiro?
Keith tragó. Por supuesto que lo recordaba, cada minuto desde entonces.
—Sí —su voz sonó estrangulada y esperó que Lance se riera pero no lo hizo, en cambio manipulaba un celular que le había robado a Pidge.
—Mi madre normalmente escucha canciones en español, pero hay una que... —se interrumpió al encontrar lo que buscaba.
Keith sintió un nudo en el estómago. Se mordió el labio para controlar las lágrimas que amenazaban con brotar.
Conocía aquella canción muy bien. Su padre solía ponerla cuando era pequeño, según él, aquella canción era la favorita de su madre, una madre que nunca conoció y que ahora sabía era Galra. (Al parecer Elvis era tan popular que incluso lo escuchaban los Galra)
—¿Estás bien? —preguntó Lance preocupado. Sus ojos se habían oscurecido.
—Sí, estoy bien.
Lance lo rodeó con sus brazos.
—No, no lo estás.
Keith aspiró el ya familiar aroma de Lance, se embriagó de él, sus sentidos se agudizaron. Podía escuchar cada nota de la canción, podía ver cada mota de polvo en el aire, podía oler las minúsculas partículas de sudor de Lance y sobre todo podía sentir cada roce, las manos de Lance recorrieron su espalda consolándolo, ignorante de que en vez de calmarlo no hacía más que enervarlo. Sus dedos trazaban (irónicamente) caminos de fuego que le hacían desearlo más allá de cualquier comprensión.
—But I can't help falling in love with you —susurró Lance en su oído.
Keith se separó, quizá demasiado brusco.
—No, no puedes hacerme eso —dijo Keith casi gritando.
—¿Hacer qué? —Lance estaba perplejo. Quitó la música.
—No puedes abrazarme y decirme esas cosas.
—¡Maldición Keith! ¿No era esto lo que querías?
Era cierto, ¿por qué estaba actuando así? Deseaba dolorosamente estar con Lance así que... ¿Por qué estaba actuando como un completo idiota?
Lo recordó lanzándose a la arena, recordó la desesperación cuando de pronto desapareció, lo recordó peleando él solo contra los soldados, y lo mal que se sintió por no estar luchando con él.
Eso era. La idea de perderlo, pero ¿cómo podías perder algo si ni siquiera es tuyo?
Lance se acercó a él.
—¿Qué es? Ya no me quieres o...
—No seas imbécil, no es eso —replicó Keith fastidiado.
—Ah, ya veo. No crees que yo te quiera. Crees que estoy jugando contigo.
—Sí —dijo Keith, en parte era verdad, no creía ciegamente en que Lance realmente sintiera algo por él.
—Ajá, y eso es porque...
—Allura.
Lance se rió, lo que hizo enfurecer a Keith, ¿qué era tan gracioso?
—Eres un idiota —dijo Lance.
—Me largo.
Lance se movió a la velocidad del rayo interponiéndose entre Keith y la puerta.
—No, no irás a ningún lado hasta que me hayas escuchado —lo tomó de la mano. Keith se resistió.
—¿Y por qué haría eso?
—Sólo cállate y siéntate.
Keith le lanzó una mirada asesina pero hizo lo que Lance le pidió. No podía evitarlo, tenía curiosidad por saber que iba a decirle.
—Cuando llegué a la Academia lo único que escuchaba era sobre el gran piloto Keith, audaz y asombroso, todos hablaban de ti, te admiraban y yo también quise hacerlo. Admirarte, ponerte sobre un pedestal y cantar odas en tu nombre. Pero luego te conocí, todo arrogancia y presunción, con esas greñas que me hacían querer entrar a tu habitación y raparte. Y te odié. Porque eras lo que yo quería ser y yo nunca sería. Y cuando te expulsaron sentí alivio, ya no tenía que ver tu fea cara nunca más. Hasta que ¡bum!, apareces de nuevo y nos vemos metidos en todo esto. Y pensé "de acuerdo esto es genial, pero tendré que arrojar a Keith de la nave y fingir que no sé nada al respecto".
Keith soltó un bufido.—Pero de pronto teníamos un enemigo en común y tuve que posponer mi idea, luego comenzaste a parecerme un poco tolerable. Hasta que un día llegas a mi cuarto y proclamas tu amor por mí a los cuatro vientos.
Keith no podía soportarlo más y se levantó.
—Pues si me odias tanto...
—¿Acaso no ves lo que intentó decir? ¿Crees que si te odiara hubiera venido después de que me dijiste aquellas cosas? ¿Habría entendido que en realidad lamentabas haberlo dicho? ¿Habría bailado contigo? ¿Habría intentado besarte? ¡Hice que Hunk te sacará de ahí porque tenía pavor de perderte!
Porque no podía soportar la idea de verte herido. No te odio, te quiero —su voz se volvió un susurro- y quiero estar contigo —Lance aprisionaba a Keith contra la puerta, éste tenía la boca seca
—Y sobre todo quiero besarte.Lance se agachó. Rozó los labios de Keith con suavidad, podía sentir su corazón luchando por salir de su cuerpo
—Yo nunca...-susurró Keith.
—No importa, yo te enseñaré.
Sus labios volvieron a rozarse. Lance se detuvo por un instante, como si temiera alguna interrupción, y finalmente lo besó, primero un beso casto. Keith lo recibió en su boca.
Fue lento, Lance lo empujó fuertemente contra la puerta, Keith enterró sus manso en el cabello de Lance.
El beso se profundizó, se hizo más violento, sus manos recorrían el cuerpo del otro como tierras inexploradas, se besaban como si no hubiera un mañana, como viejos amantes que no se veían por un largo tiempo. Lance se separó y besó la delicada piel del cuello de Keith, éste gimió al notar el ligero mosdisco y metió las manos bajo la camiseta de Lance, su piel estaba tan caliente bajo su tacto.
El fuego los rodeaba, y ellos se quemaban. Hacía mucho calor y ellos tenían demasiada ropa.
Keith se deshizo de su camiseta e hizo lo mismo con Lance.
Sus cuerpos se amoldaban perfectamente, cada retazo de piel era una hoguera.
Llegaron hasta la cama sin dejar de besarse, Lance se tumbó sobre el chico y le besó la clavícula, Keith ardía en deseo, quería más y más, las manos de Lance se detuvieron en su pantalón y Keith asintió casi desesperado.
《Hazlo,hazlo》—le decía con la mirada.
El pantalón desapareció y...
—¡Lance! ¡Sal ahora mismo! —Keith reconoció la voz de Pidge— ¡hay algo que debes ver!
—¡¿Qué es?! -gritó Lance molesto.
—¡No te lo diré, tienes que verlo por ti mismo! ¡Ahora! ¡Antes de que Shiro te saqué!
Lance suspiró.
—¡Ya voy! Bueno, parece que al universo realmente le gusta jugar con nosotros —dijo a Keith—. Vamos. Veamos que quieren.
Keith se levantó a regañadientes y se vistió, con la mirada de Lance pendiente de cada movimiento.
Lance le tomó de la barbilla y lo besó. Un beso casto que, sin embargo, hizo que Keith se estremeciera. Deseoso de más. Lance lo notó y rió ligeramente.
Salieron.—Muy bien, mas vale que sea bueno. Estaba haciendo algo de gran relevancia para mi vida —anunció Lance al llegar a la sala.
—¿Y eso era...? -preguntó Pidge.
—Estaba estudiando la anatomía humana.
Keith deseo que la trémula luz le permitiera ocultar su rubor.
—Lance, ¿qué pasó realmente con Lotor? —Shiro (siempre al grano) lucía pálido, tenía unas profundas ojeras y parecía haber adelgazado la mitad de su peso. Matt, por otra parte, no lucía mejor. Sabía que Allura los había puesto en "cuarentena" y todos se desvivian por alimentarlos.
—Ya te lo dije.
—No entiendo porqué están ocultando información —soltó Shiro, a su lado Matt se estremeció—. Hay algo que me ocultan y quiero saber qué.
Keith notó a Lance compartir una larga mirada con Matt.
—No sé a qué viene esto. Ya te lo dije.
—¿En serio? —Allura estaba al lado de Shiro, movía las manos nerviosamente—. ¿Lotor sólo entregó a Matt por su buen corazón?
—Sí.
—Lance. ¿Qué sucedió? ¿Qué te dijo?
—¡¿Por qué todos están tan nerviosos?! —gritó Lance despertando una alerta en Keith, lo sabía, había pasado algo con Lotor.
—Llegó esto —dijo simplemente Allura mostrando una caja de color morado.
—¿Un regalo? ¿Qué tiene eso de aterrador? —intervino Keith.
—No es un simple regalo.
Lance lo tomó. Keith, sentado junto a él, soltó un grito ahogado. Miró a Lance con reproche.
—¿Desde cuándo ese bastardo te envía regalos? —gruñó mirando la tarjeta pegada a la caja."Para mi querido Lance.
No puedo dejar de pensar en ti.
Lotor."
---------------------------------------------------Lance nació el 28 de julio, es leo.
Percy Jackson es leo.
Pero Leo Valdez dice que no, que él es Leo y Percy es Percy y Lance es Lance.
Quien entendió, entendió.*Escucha la canción y se pone a llorar en un rincón mientras piensa que no debió haber leído Twist and Shout*
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Don't Leave Again
FanfictionDespués de la desaparición de Shiro, Keith debe hacerse cargo de liderar a Voltron. Pero antes de enfrentarse a Zarkon y al príncipe Lotor, debe aprender a trabajar en equipo sin querer matar a sus compañeros, en especial al idiota de Lance.