Lance se levantó de la cama.
Keith lo observaba paciente mientras el moreno miraba su reloj. Pidge había modificado los relojes para que funcionaran como receptores de señales radiofónicas, es decir, que ahora además de dar la hora eran radios. Habían trabajado día y noche para eso y después de unos cuantos días eran capaces de sintonizar cualquier señal del universo, Pidge creía que podrían interceptar la comunicación de Zarkon y su imperio pero hasta ahora no habían tenido resultados, sólo extraña música alienígena. Lance movió los pequeños cilindros y sintonizó exitosamente una estación de radio terrícola. Su favorita en la Tierra, la que por cierto, su madre no toleraba por tener esa extraña música gringa y de chinos (Lance se había cansado de decirle que en realidad eran coreanos pero a ella le daba igual).
—Pidge es una genio —comenzó Lance—, logró convertir esto en mini-radios. Una vez sintonizó una estación de algún planeta y parecía que estaban trasmitiendo algún evento deportivo —sonrió—, por las voces de fondo era claro que estaba muy emocionante, tanto que nos contagio la euforia a pesar de que no teníamos idea de lo que decían. Pero cuando el narrador grito nosotros lo hicimos. Bien podían estar matándose entre ellos pero no hay que pensar en eso. O en otra de un planeta cercano al sistema solar en donde sólo se escuchaban una especie de gemidos angustiantes que me hicieron pensar en los monstruos bajo la cama, nos dio tanto miedo —se rió— pero a Hunk se le ocurrió que Pidge tradujera ese idioma. Y no era nada horrible. ¡Era una canción de amor!, ¿puedes creerlo? y la letra era tan triste y desgarradora que de pronto los tres estábamos en el suelo abrazados y llorando, y repitiendo "los quiero chicos, los quiero" una y otra vez.
Keith rió ligeramente, sus mejillas tornándose rosadas.
Lance subió el volumen del mini-radio, conocía aquella canción, su padre solía ponerla a todo volumen para que se despertarán por las mañanas, ni a su madre ni a los vecinos les gustaba que lo hiciera, pero a ellos les encantaba, se despertaban con mucha más energía que cuando su madre ponía sus viejas canciones, la mayoría hablaban de amor y en esa época a ellos no les interesaba eso.Tomó a Keith de las manos y comenzó a moverlo al ritmo de la canción aunque éste se resistía ligeramente, recordó de pronto que eso era exactamente lo que hacía con su hermana cada vez que ella se molestaba con él: la obligaba a bailar y segundos después ella comenzaba a reír, incapaz de seguir molesta, siempre terminaba perdonándole todo.
Lance esperaba que funcionará de igual forma con Keith.I'm back on the road again, it's time I leave you now
And maybe I'll see you next time, that I'm around¹Keith comenzó a relajarse en los brazos de Lance, y al cabo de un rato comenzó a reír y a bailar ridículamente junto a Lance. El moreno lo tomó de las manos y lo hizo subirse a la cama, comenzaron a brincar y a gritar por ninguna razón, sólo se dejaban llevar por la música, movían los brazos, agitaban las piernas, se sacudían el cabello, cualquiera que los hubiese visto habrían creído que estaban poseídos o locos.
Hasta que la canción terminó.Se miraron. Ambos tenían la frente cubierta de sudor y tenían los ojos brillantes y las mejillas escarlatas como manzanas. Se quedaron inmóviles, expectantes ambos de lo que podía suceder, de lo que podían hacer.
Lance bajó de la cama de un brinco seguido de Keith.
Había demasiada tensión en la aire y Lance consideró salir de ahí, no quería algún problema.Una nueva canción surgió del reloj y eso le dio la oportunidad a Lance, ¿una que deseaba, que anhelaba en lo más profundo de su ser?
Una parte de él le gritaba que saliera pero otra... Le decía que se quedara.
También conocía aquella canción, pero gracias a Susana que tenía una malsana obsesión con las bandas inglesas. Y lo obligaba a escucharlas con ella.Se acercó a Keith. Notó como el chico se tensaba al acercarse. Lo tomó de la cadera y lo atrajó suavemente hacia él, por un instante creyó que Keith se resistiría pero no fue así, lo dejó hacer como si hubiera perdido la voluntad, era completamente dócil.
Sintió las delgadas y blancas manos de Keith recorriendo su espalda, sentía a través de su camiseta las pequeñas uñas del chico y deseó que no se le ocurriera arañarlo porque si lo hacía lo tiraba de un puñetazo.Decidió dejar de pensar.
Decidió que sólo iba a sentir.
Cerró los ojos mientras los dedos de Keith le acariciaban el cabello y apoyaba su cabeza sobre el hombro de Lance.
Comenzaron a bailar juntos, como uno solo, como si llevarán bailando durante años, cada movimiento era conocido, sus cuerpo se amoldaban perfectamente, habían nacido para ello.
En una parte de la canción Keith se apretó más a Lance dándole a entender, con claridad, que aquellas palabras eran las suyas propias, que era eso precisamente lo que sentía y lo que siempre sentiría por él.I want you
And I always will
I wish I was worth
But I know what you deserveLance se sintió ligeramente culpable, no era la primera vez que alguien le decía aquello. La primera vez había sido en su cuarto en Cuba con lágrimas en los ojos y un suave beso sabor chocolate en los labios.
Se detuvo.
Sentía las lágrimas de Keith resbalar por su hombro. Tal y como él había hecho hacia unos años en un hombro ajeno.
—Keith —susurró suavemente Lance. ¿Había hecho algo mal? ¿Por qué lloraba? ¿Lo había pisado por accidente?
El chico levantó la mirada. Sus ojos brillantes por las lágrimas aún no derramadas. Lance apoyó la frente sobre la de Keith, la canción flotaba alrededor de ellos cubriéndolos como el abrazo de una madre, protegiéndolos del dolor. Podía sentir el pulso acelerado de Keith contra su pecho y su respiración agitada, entrecortada.Sin pensar, Lance acarició la mejilla de Keith con sus labios, suavemente con los ojos cerrados. El cuerpo del otro se tensó bajo sus brazos, sintió el rostro de Keith girar hacia él, su aliento caliente con olor a menta contra su boca. Muy distinto al del chocolate de su vida pasada, esa que permanecía en la Tierra.
Quería besarle, maldición realmente quería besarle.
Ya lo había hecho antes, no a Keith por supuesto, sino a otra persona, alguien que le rompió el corazón sin intención. Y cuyos restos comenzaban a sanar.¿Estaría bien besar Keith?
Decidió que realmente no importaba, había pasado mucho tiempo y en ese momento nada más importaba que ellos dos. Ahí. Juntos. Tan cerca.
Si quería besar a Keith, maldición que lo haría.
Sus labios rozaron los de Keith suavemente y...
Lance cayó inconsciente sobre los brazos del chico.
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¹Fragmento de "Back on the road again" de Reo Speedwagon

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Don't Leave Again
FanfictionDespués de la desaparición de Shiro, Keith debe hacerse cargo de liderar a Voltron. Pero antes de enfrentarse a Zarkon y al príncipe Lotor, debe aprender a trabajar en equipo sin querer matar a sus compañeros, en especial al idiota de Lance.