Keith

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Keith estaba en el cuarto de Lance.

Susana lo había dejado entrar por un momento y esperaba fuera, al lado de la cama había una mesita de noche con una fotografía enmarcada, la tomó, en ella estaba Lance junto a un niño de su misma edad, unos once años calculó, Lance llevaba un disfraz de vaquero, el sombrero le ocultaba parcialmente el rostro, el otro niño tenía un disfraz de caballero medieval, ojos dorados y cabello rizado. Ambos tenían un brazo alrededor de los hombros del otro, parecían tan felices.
-Ese es Javier -dijo Susana a sus espaldas.
Keith miró al niño con más atención. ¿Sería absurdo decir que ya lo odiaba?
-¿Cómo era él?
-¿Javier? -Susana se encogió de hombros- era un gran chico. Amable y educado nada que ver con nuestra salvajidad, intenté odiarlo, Lance y yo éramos inseparables, pero cuando conoció a Javier sólo tenía tiempo para él. Pero era imposible odiarlo, es un ángel. O era, no sé cómo sea ahora.
-Supongo que ésto no es lo que querías mostrarme.
-No, vamos a mi cuarto.
El cuarto de Susana era casi idéntico al de Lance, pintado de azul, cortinas blancas, fotografías en las paredes....
La chica lo hizo sentarse frente a la computadora de escritorio.
-Creo que deberías ver los que Lance me escribía, a veces creo que los utilizaba más como diario que para realmente contarme sobre su vida allá en la Academia.
-¿Por qué debería?
-Habla sobre ti. Un poco. Parecía no soportarte. No son todos, claro, sólo son los que creí que deberías leer.
Keith pensó en el comentario de Susana cuando supo su nombre. Miró la pantalla. El nombre de Lance estaba por todas partes.
-Tómate tu tiempo. Estaré abajo -dijo y salió de la habitación.
Keith abrió el primer correo. ¿En serio quería saber lo que Lance había escrito de él?
Suspiró. La curiosidad mató al gato.

¡Suz!
Ahora mismo estoy considerando comprarme un localizador, éste lugar es ¡enorme! Me perderé tarde o temprano. Hoy conocí a mi compañero de cuarto de la manera mas extraña posible. Entré al salón de clases y ahí estaba, un chico alto y corpulento (ahora entiendo esa palabra) con una bandeja de pastelillos de chocolate, y todos estaban burlándose de él. Idiotas. Tomé uno y... ¡sabían como los de la abuela! Se llama Hunk. Es bastante agradable. ¿Estará bien que lo llevé a pasar Navidad con nosotros?
Me ha estado preparando pastelillos casi todos días. Te juró que sólo esta semana he aumentado al menos tres kilos, jajaja. Así que ya sabes, si en la vacaciones apenas logró entrar por la puerta... Ya sabes a quién culpar.
P.D. Mi única queja es que hace ruidos extraños cuando duerme. Lo he visto, los sonidos no salen de su boca. Por si acaso he estado dejando la ventana abierta...
Sólo por si acaso.

Hola Suz.
Ha pasado ya casi un mes aquí y ya quiero asesinar a alguien.
Su nombre es Keith.
No. Puedo. Soportarlo.
En serio, va por ahí con cara de amargado y esas greñas. ¡Esas malditas greñas! Usa ropa tan rara. Sus pantalones parecen de chica y usa una chaquetilla ¡chaquetilla! Como si fuera un torero o algo así. Cada vez que lo veo me dan ganas de gritar ¡muuuu! Pero creo que no lo captaría. Por cierto, tengo que conseguir una vaca, la leche de aquí es de soya y la detesto. Dile a mamá que en vez de ropa me envíe cartones de leche. ¡Soy un chico en pleno crecimiento, no un conejo!
Ya le bajé a los pasteles, si quiero ligar en la playa necesito estar en forma. Consejo: come, mucho. Tienes que ayudarnos a mantener a raya a los chicos, Suz, tienes que verte espantosa hasta que tengas cincuenta años, si a esa edad consigues un novio, prometo no entrometerme.
Hunk vuelve a hacer sonidos raros.
Te escribo luego.
P.D. Hoy pienso encadenarme a la cama, no quiero que en sueños me levanté con un par de tijeras y le corte ese cabello a Keith. Eso sería muy raro.

Hey Suz
Hunk comienza a desesperarme. Anda por toda la habitación suspirando y diciendo tu nombre. ¡Te prohibo tener novio!
En fin parece que la pasó bien en Navidad. Me alegro. Es un buen chico. Ahora no se quita el suéter amarillo que le regaló mamá. Esta intentando convencerme de usar el mío. No se lo digas a mamá pero ni loco pienso usarlo.
Quería contarte sobre éste chico, Keith, está a un paso de ser expulsado. No sé que le pasa, últimamente está muy nervioso y tenso. Escuche que era huérfano, eso es terrible, quizá por eso es así. Intenté hablar con él, no tiene amigos y creí que podría ayudarlo. No funcionó. Cuando lo toque el hombro se revolvió como si yo fuera una cucaracha o algo así, me dolió, yo sólo intentaba ser amable y él me miró como basura. Me gritó que no volviera a tocarlo o me rompería el brazo. Entonces le grité yo también diciéndole que era un imbécil y que ojalá no volviera a verlo nunca más. Keith parecía querer golpearme pero me fui antes, lo que menos necesitó es un ojo morado.
P.D. Al parecer una nave se estrelló. Hubo un homenaje en honor a Takashi Shirogane, Matthew Holt y Samuel Holt. Es horrible, me hubiera gustado conocerlos.

Don't Leave AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora