Idiota. Idiota.
¿Por qué había dicho aquello? ¿Por qué?
Era un completo idiota.
No se suponía que sucediera de esa manera, sólo quería gritarle un poco, pero todo se había descontrolado, las palabras habían surgido solas, todo el dolor, el coraje, el odio había salido a borbotones y fue incapaz de detenerlo. Lo había herido, lo sabía, había visto los ojos de Lance antes de salir y supo que sus palabras habían llegado hasta él como veneno. Y lo sentía, maldición lo sentía.Alguien comenzó a aporrear la puerta. Una parte de él se emocionó, ¿y si era Lance?, le explicaría por supuesto, le diría que jamás tuvo la intención de lastimarlo que...
No era Lance.
En cuanto abrió la puerta Hunk entró tomándolo de la camiseta y lo empujó contra la pared.—¿Qué rayos te sucede? —bramó Hunk— ¿Qué pensabas lograr diciendo eso a Lance? No tienes idea de lo que...
Hunk dejó de hablar súbitamente al notar las lágrimas de Keith.
—Lo siento, realmente lo siento, no fue mi intención, yo...
—Keith— la voz de Hunk se suavizó— no es a mí a quién deberías pedir disculpas, es a Lance, realmente lo heriste.
—Lo sé, soy un idiota, no...
—¿Por qué lo hiciste?
—No lo sé, supongo que quería que... No lo sé, no sé nada. ¿Cómo está?
—Mejor, esta con Pidge.
—¿Puedo ir a verlo?
—Realmente no creo que sea buena idea.Keith asintió, por supuesto que no era buena idea, ¿en qué rayos estaba pensando? Él era la última persona que Lance quería ver. Y no lo culpaba.
—¿Necesitas algo?— preguntó Hunk. El bueno de Hunk, preocupado por todos a pesar de todo.
—No, nada, gracias.Hunk asintió y salió por la puerta notando al instante que Keith quería estar solo.
¿Algún día se acabaría su dolor? ¿Podría algún día ser feliz? Lo había sido, durante un tiempo. Largas caminatas por el desierto, su pequeña mano aferrada a la de su padre, las risas, la música, las noches de chocolate caliente, todo aquello que perdió. Un día. Sin motivo.
Lo recordaba bien.
Se había levantado temprano como siempre y salió disparado de su habitación hacia la cocina donde su padre debía estar preparando el desayuno. Huevos con tocino y su plato de cereal favorito. Pero él no estaba ahí. Corrió a la habitación de su padre con el ceño fruncido, listo para reclamarle que no estuviera listo, pero él tampoco estaba ahí. Comenzó a llamarlo, primero de manera calmada, luego histéricamente pero no obtuvo ninguna respuesta. Le gritó al seco viento del desierto, a la yerma tierra, a las lejanas montañas y no obtuvo más que silencio. Trató de controlarse, quizás su padre había salido por unos minutos pero volvería pronto, sí, su padre volvería. Se sentó en la mesa a esperarlo, sus pequeñas piernas colgaban de la alta silla y las balanceaba distraídamente. Pero su padre no llegó. No ese día, no el siguiente. Lo abandonó a su suerte.
A los siete años.II
Un ligero toque en la puerta lo hizo abandonar sus recuerdos, se levantó perezosamente esperando ver a Hunk tras la puerta con algún plato de comida. Pero no era Hunk.
—¿Vas a dejarme entrar o sólo me mirarás como idiota?
—Lance... Pero... sí, sí pasa.Lance entró a la habitación, una que ya conocía bien.
—Hunk me dijo que te encontró llorando— la voz de Lance sonaba tranquila, no estaba molesto, o bueno, era difícil saberlo, Lance sabía ocultar muy bien lo que sentía.
—Lance, lo siento, no sé que me pasó, yo...
—No digas nada. Esta bien. En serio.Lance se sentó en la cama.
—Estuve recordando algunas cosas, ya sabes de la Academia. Y recordé algo— Lance inspiró hondo— eres huérfano, y no, no es una pregunta.
—Sí— ¿qué sentido tenía negarlo?— desde los siete años. He estado en orfanatos desde entonces.
—¿Pero...? Olvídalo.Se quedaron callados. Keith sentía el calor que despedía Lance.
—Lo siento. Debió ser duro.
—Lo fue— asintió Keith.
—Escucha. Shiro... él me dijo que... No se cómo seguir.Lance se giró para verlo.
—Extraño a mi familia, mucho. Nunca creí que una persona puede extrañar tanto a alguien. Hasta ahora. Cada vez que pienso en la Tierra me dan ganas de llorar, pero no lo hago,porque sé que volveré algún día y sé que hago esto por ellos.
Keith mantuvo la mirada abajo. ¿A dónde quería llegar con eso?
—¿Sabías que teniamos una banda? Oh, sí, David, el mayor de los cuatro tocaba la guitarra, Scott, por increíble que pareciera tocaba la batería, mi hermanita Suz era la vocalista y yo tocaba el bajo. Éramos buenos, o al menos eso decía mi mamá, pero supongo que lo decía porque somos sus hijos, no sé — se rió— no sé porqué te cuento esto, estoy desvariando.
—No, no, sigue.
—El punto aquí es que es mi familia. Y las familias se apoyan sin importar qué, me he peleado con mis hermanos, les he dicho cosas horribles pero ellos seguirán ahí para mí, lo sé porque yo también estaría para ellos— suspiró— mi madre siempre dice: "La familia no termina en la sangre, pero tampoco empieza por ahí. La familia se preocupa por ti, no por lo que puedas hacer por ellos. La familia esta ahí, para lo bueno, lo malo... todo. Te cubren las espaldas, incluso cuando duele. Eso es familia"— tomó la barbilla de Keith y lo hizo mirarlo— Y tú eres mi familia ahora Keith. No importa lo mal que a veces nos portemos. Yo estaré ahí para ti. Siempre. A pesar de todo. Puedes lastimarme todo lo que desees pero no te abandonaré nunca.Keith sintió las lágrimas amenazando con salir. Lance lo notó y acercó su rostro al de él.
—Sé porque dijiste todo eso. Sé que te herí y lo siento. Nunca fue mi intención hacerlo, pero estaba realmente confundido con eso que me dijiste— cerró los ojos y apoyó la frente en la de Keith— y quiero compensarlo. No se cómo, pero lo haré.
《—Yo sé cómo Lance— pensó Keith— yo sé cómo》
Lance se apartó de pronto.
—Pero primero quiero mostrarte algo— dijo Lance levantándose y mirando a Keith intensamente.
Keith lo supo. Esa noche su vida cambiaría por completo.
------------------------------------------------------
No se porqué pero la canción me parece más que adecuada estos dos chicos.

ESTÁS LEYENDO
Don't Leave Again
FanfictionDespués de la desaparición de Shiro, Keith debe hacerse cargo de liderar a Voltron. Pero antes de enfrentarse a Zarkon y al príncipe Lotor, debe aprender a trabajar en equipo sin querer matar a sus compañeros, en especial al idiota de Lance.