Don't Leave Again

Keith (Parte 5)

Keith estuvo abrazado a Lance durante toda la explicación.

Lance lo había llevado hasta uno de los sillones y pasado su brazo sobre sus hombros.
A veces el chico le acariciaba la mejilla con ternura. 
Javier y Nakir los observaban sentados frente a ellos.
Javier no mostraba ninguna emoción, y Keith admiraba su capacidad de mostrar una cara de póquer aún cuándo Lance lo había besado.
Pero con Nakir el asunto había sido completamente diferente.
Cuándo Lance lo besó frente a todos, Nakir se adelantó, tomó a Keith del brazo alejándolo y dio un puñetazo a Lance que lo hizo sangrar de la boca.
Keith gritó y alejó a Nakir rápidamente tachándolo de idiota. Ayudó a Lance a levantarse y le limpió la sangre con suavidad absorbiendola con su boca.
El resto no importaba.
Nakir los miró furioso pero los siguió hasta la sala para escuchar lo que los recién llegados tenían que decir.

Y ahí estaban.
Javier jugueteaba con un hilo suelto de su suéter gris, aparentemente aburrido y Nakir parecía querer incendiar el lugar.
Pero él se sentía feliz.
Lance estaba con él.

¿Lo está?

Keith trató de ignorar aquella voz.
Pero no era fácil.

¿Y si sólo estás alucinando? ¿No escuchaste a Lance?, Lotor juega con la mente.

No. Nadie jugaba con él. Lance estaba ahí. A salvo.

No es real. Esto no es real. Lotor sabe que lo que más deseas es estar junto a Lance. Esta jugando contigo.

—¡Basta! —gritó.
Lance lo miró preocupado.
—¿Keith?
—No eres real. No lo eres —se separó de él.
Le faltaba el aire. Todo era absurdo. No los habían rescatado. Seguían con Lotor y él jugaba.
Nada era real.
Hasta ahora se daba cuenta.
Quería salir.
Quería despertar.
Lance lo atrapó. 
—¡Sueltáme! ¡No eres real!
—¡Keith escúchame!
—¡No! ¡No! ¡Déjame!
Lance lo inmovilizó en el suelo.
Javier llegó hasta ellos.
Hablaba con Lance y éste gritaba.
—¡Bastardo! —gritó Keith y alejó a Javier de un golpe.
No sabía que estaban diciendo pero no le importaba.
Sólo quería golpear a Javier.
El muchacho lo miró sorprendido.
Utilizó sus piernas y alejó de una patada a Lance.
Se levantó y salió.

Tenía que despertar.
¿Pero cómo?
¡La pared! Si se golpeaba contra la pared despertaría.
Tomó velocidad.
Alguien lo tomó de la cintura y cayeron al suelo.
Lo obligaron a girarse.
—¡Keith! ¡Soy yo! ¡Soy yo!
—¡No!
Lance lo besó.
Keith lo apartó y se levantó de un salto.
Lance lo arrinconó contra la pared.
—¡Es real! ¡Debes creerme!
No. No era real. Ese no era Lance.
Recordó lo que Nakir le contó.
Lotor los "consolaba". ¿A eso se refería? ¿Aparecía ante ellos a mitad de las alucinaciones haciéndose pasar por otros? 
Aquel con el rostro de Lance... ¿Sería Lotor?
¿Qué había visto Lance? ¿Lo vio a él? ¿O a Javier?
Lance lo abrazó.
Quería eso.
Quería rendirse.
Ahora entendía porque era tan difícil de soportar.
¿Cómo poder resistirse a eso?
Cuándo lo que más deseaba era estar con Lance.
—¿A quién vio?
Lance lo miró confundido.
—¿De qué hablas?
—Lance, ¿a quién vio en las alucinaciones?
—Te vi a ti.
—¿Qué piensas hacer ahora conmigo? ¿Vas a llevarme a mi habitación y follarme?
Lotor, bajo el rostro de Lance, pareció escandalizarse.
—¿Quién crees que soy?
—Lotor. Eres Lotor. Así es como los controlas, tortura y sexo.
—¡Dioses! ¿Realmente crees que estás alucinando? ¡No lo estás!
—Mientes. Pero no importa. Hazlo. Me rindo. Quiero que me foll..
Keith recibió la bofetada sorprendido.
—No seas desagradable —gruñó Lance—. ¡No estás alucinando! ¡Te saqué de ahí antes de que Lotor fuera por ti! ¿Por qué crees que lo convencí de que esperará?  ¡Te lo expliqué hace unos momentos!
Keith no lo creyó.
Estaba seguro de que nada era real.
Había sido demasiado fácil.
Se separó de Lance y corrió hacia la pared. 
Despertaría.
Su cabeza chocó contra la dura superficie.
Y todo se desvaneció.

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¿Por qué siempre tienen que pensar mal?