Capítulo 16.

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Ya llegó el lunes, ayer me fui de casa de mamá, pasamos toda la mañana y tarde acurrucadas viendo películas como en los viejos tiempo. Peter me llevó al aeropuerto mientras me daba un discurso recordándome las clases de defensa personal que me enseño de niña, por si Adrián se vuelve a acercar con intenciones de tocarme, luego otro discurso pidiendo que le avise si ocurre algo.

Hago lo de todas las mañanas, me baño y me alisto para el trabajo. Me vestí con un vestido un poco más arriba de las rodillas y de mangas largas, amolda mi figura parece una segunda piel. Con los tacones me veo aún más alta, me maquillo de manera que resalte lo negro del vestido. Le preparo todo a coco y lo dejo en su corral.

Una vez en el auto enciendo el reproductor y me introduzco en el tráfico. Al llegar a mi oficina me encuentro con una nota de Jorsh en el ordenador, diciendo que pase por su oficina.

Toco la puerta y espero, cuando me dice que entre, asomo la cabeza y ahí esta tan fresco como una lechuga como si no fuese temprano, sino es por la existencia el maquillaje yo andaría como zombie.

-Buenos días Jorsh vi tu nota en la oficina.

-Oh sí. Buenos días Ada gracias por llegar temprano. Primera vez que te vienes en vestido, luces bien.

Por algún motivo su comentario hizo que me sonrojara, sé que no tengo mal cuerpo, por alguna extraña razón o milagro del mas allá aun cuando trago como cerda, tengo metabolismo a millón, porque comer sano no es lo mío 

- Gracias, cuéntame qué es tan importante para dejarme una nota hasta con una carita sonriente -dije y reí al acordarme de su cara en la nota.

-Hoy te robare la hora del almuerzo. Es que tenemos reunión hoy con el jefe de arriba sobre el proyecto en el que estuvimos trabajando la semana pasada.

La semana pasada Jorsh y yo estuvimos varios días hasta tarde trabajando y me di cuenta cuán importante es este proyecto para él.

-Tranquilo que son algunas horas sin almorzar.

Él solo soltó una carcajada y me enarco una ceja- Ada te conozco, todos sabemos que si no almuerzas a la hora, estarás trepándote por las paredes.

- No seas exagerado, sé que me recompensaras llevándome a comer después de la reunión ­-le guiño el ojo de una manera exagerada por mi comentario a lo que él se ríe y niega con la cabezas.

- Pasaré por tu oficina a la 1 para subir. Ahí estará el jefe mayor, no por eso te cohibirás de comentar y dar opiniones. Luego vamos por ese almuerzo -le extiendo la mano y él no la toma solo se limita a pellizcarme las mejillas, como detesto eso, soy más cachetes que cara, la gente no entiende que eso duele.

La hora se me pasó rápido, a las 12:40 me encuentro en la oficina terminando algunos planos cuando Jorsh entra.

- Subamos pequeño saltamontes.

- Con que llegamos a ese momento de la relación en donde me pones sobrenombres. Que no te escuche Amy porque me lanza por las escaleras -el frunce su ceño como si no entendiera lo que estoy diciendo -Amy, la recepcionista pelirroja. O crees que no he notado como te mira, o peor aún como me mira cuando estamos hablando, tienes un pequeño problema de psicópata pastelito.

- ¿Pastelito? Ese no es un sobrenombre nada malo. Más bien me siento delicioso.

En el ascensor no dejo de tararear una canción, que por algún motivo no dejo de cantar en mi mente desde que desperté, ¿no odian eso? Yo sí.

What would I do without your smart mouth?

Me encanta la canción pero terminare odiándola.

Dulce Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora