Dulce Infierno

Capítulo 79.

79/83.

Por estas cosas odio beber.

El teléfono vibra y vibra y vibra en la medita de noche.

Y no puedo agarrarlo, primero porque al mínimo movimiento mi cabeza late fuerte, y segundo porque tengo las piernas de David en mi rostro, está durmiendo al contrario.

Estiro mi brazo esperando que salga telaraña de ella, pero nada. La vida de Spider-man es más fácil, no tiene necesidad de moverse.

El teléfono vuelve a vibrar y David se queja.

- Contesta ese aparato del demonio, siento que vibra en mi rostro.

- Contesta tú.

- Es tu teléfono.

- Pero tú estás más cerca.

El muy bastardo rueda encima de mí, quedando del otro lado de la cama.

- Ahora tu estas más cerca.

- No puedes contestar, pero si puedes dar toda esa vuelta.

Les explico:

Estamos en este estado porque anoche, después de mi crisis de llorantina, fuimos a despertar a Holly, se despertó con más energía que un recién nacido en la madrugada.

Salimos. (Sí, en ese estado salimos)

Fuimos a un bar cercano para seguir bebiendo (cabe acotar que le preste ropa a Holly).

Pd: Va a haber muchos entre paréntesis.

Comenzamos a beber de esas peceras, que tienen liga de colores y licor. Perdí una apuesta con David, la apuesta se basaba en que tocara el trasero de un chico que estaba al frente de nosotros. Me acerque, pero me acobarde... (Tuve que pagar el no cumplir la apuesta)

A David se le ocurrió la brillante idea de castigarme bebiendo la mitad de la pecera en fondo blanco.... (Lo hice)

Después de ese fondo blanco todo fue más fácil, fui y le toque el trasero al chico. (Era el hijo del dueño de aquel bar (nos echaron))

Salimos de ahí riendo (ya estábamos más allá que de acá), y llegamos a una discoteca de ambiente. David nos presentó a un par de amigos de el, y pasamos toda la noche riéndonos con ellos. Llego un punto en el que Holly y yo tuvimos que finir ser pareja, por el acoso de las lesbianas, nos tomamos de la mano y no nos soltamos.

Varios shots de tequila después nos fuimos a comer las mejores hamburguesas callejeras, David y yo pedimos gaseosa para pasar la comida, mientras que Holly comía con una vaso de Vodka.

Consecuencia:

La vomitada del siglo en mi baño al llegar.

Como pudimos la duchamos (porque estábamos igual de ebrios), la pobre casi la dejamos ciega de tanto shampoo que le cayó en los ojos. La vestimos y metimos a la cama.

Mientras yo me duchaba David estaba sentado en la terraza viendo el amanecer, Holly se escapó del cuarto y fue a acostarse en el corral de Coco, suerte que soy maniática con la limpieza y ese lugar siempre se mantiene limpio. La movimos para que volviera a la cama, y nada, ahí la dejamos, Coco se puso cómodo a su alado y también se durmió.

David y yo apenas tocamos la cama, caí di recto en el barranco de Morfeo.

Así que... por eso estamos de muerte lenta en estos momentos.

El teléfono vibra por tercera vez, y con el dolor de mi alma lo alcanzo y contesto.

- Hola pequeña London.