Llega el miércoles y la alarma suena más temprano que el resto de los días, así la programe, ni en mis peores pesadillas quiero llegar tarde de nuevo.
Una vez duchada me encuentro parada en mi alfombra suave, frente a mi armario. Tomaré en cuenta el consejo de David, no me vestiré como una perra, pero sí de manera para que no me deje de ver. Escojo un vestido rojo pasión con un escote ovalado de tiras finas, resaltan mis pecas en los senos y hombros, y tan ajustados que saca a relucir mis curvas, el vestido me llega un poco más abajo de las rodillas.
Me dejo el cabello suelto con una raya en el medio, hoy amaneció liso con unas pequeñas ondas, me subo a mis tacones negros y me maquillo de manera que resalten ojos marrones claros.
Una vez en el edificio, me consigo a Izan, quien silba apenas me ve.
- ¿A quién quieres matar tu hoy?
- A ti - rio y lo saludo con un beso en la mejilla, eso es costumbre, no lo hago en modo de coquetear. Soy latina, es normal saludarnos con un beso en la mejilla, a lo contrario de los norteamericanos fríos.
- Lo lograste, estoy en el cielo en este momento.
Llego al último piso y me dirijo a recepción, me encuentro con una rubia que no me inspira nada bueno. Intuición de mujeres, ustedes me entienden.
- Buenos días, soy Ada Woods, hoy empezare a trabajar con el señor Cromwell.
Ella me da una sonrisa y por un momento tengo que pestañear por el exagerado blanqueamiento de diente que se hizo, todo en ella grita "quirófano ambulante"
- Buenos días, me llamo Amanda, soy la secretaria de Aaron
¿Aaron? Creo que no es profesional llamar tu jefe por su nombre. Una vez en el colegio conocí a una Amanda, la odie por haberme quitado a mi noviecito de mentira en ese entonces. En la preparatoria me paso lo mismo, en fin, las Amandas no son de fiar.
Escucho que marca algunos botones del teléfono y espera que contesten.
- Señor Cromwell -ahora si es Señor Cromwell - aquí se encuentra la señorita Ada Woods, dice que trabajara con usted.
Todo eso lo dice mientras se toca el cabello, soy mujer, sé qué significa eso, me dice que vaya hacia su oficina y toque. Ya estoy al frente de la puerta.
«Que empiecen los juegos del jefe»
Toco la puerta y escucho su voz ronca diciéndome que pase. Abro la puerta y solo asomo la cabeza; como cuando hacia alguna travesura y mamá me mandaba a llamar para hablar en su habitación, siempre asomaba primero la cabeza para analizar que tan molesta estaba.
Aaron me mira y veo que le hace gracia mi gesto, me señala que entre y me fijo como me ve de pie a cabeza sin disimulo, luego se percata de lo que hizo y sigue haciendo lo que sea que estaba haciendo en su laptop.
« ¡SI!» grito mentalmente, camino y me siento en la silla de al frente, me cruzo de piernas y dejo mi bolso en el suelo; sé que es de mala suerte para el dinero dejar el bolso en el suelo.
- Buenos días señor Cromwell, el señor Walk me informo que por una semana trabajare en este piso.
- Si así es, por lo rápido que sucedió esta decisión no pude acondicionarte una oficina -oh, oh- así que trabajaras aquí, en aquel escritorio - señala hacia un lado de la oficina y ahí está el escritorio con todos los materiales como en mi oficina - estaba trabajando con Jorsh algunos proyectos, me dejo en claro que podías encargarte de sus ideas y terminarlas. Ahí está todo lo que necesitas y la información de lo que ya hemos adelantado.
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Dulce Infierno
RomanceAda Woods esa mujer sin filtro que dice lo primero que le pase por la cabeza, es torpe como ella sola, habla hasta por los codos y está más dormida que despierta. Pero ante todo es fiel a su familia y a sus seres queridos. A sus 23 años se traslada...