Capitulo 7 : "Contacto"

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"Dellatín "contactus", es la acción y efecto de tocarse dos o máscosas o personas. Para que exista el contacto tiene que haber algúntipo de relación vínculo,enlace o encuentro."


Algunosdías pasaron desde el regreso de Hiroshima, y finalmente Hasebehabía partido como programara. Había dejado a Mitsutada con milrecomendaciónes, pero la más importante había sido que secontrolara cuando el hijo del jefe estuviera cerca. Sabía queMitsutada no intentaría nada sin el consentimiento del chico; lo quele preocupaba era justamente que el chico accediera. Era muy pequeñoy parecía estar muy confundido.

Hasebeno había nacido ayer y había visto a demasiados jóvenes de la edadde Ookurikara, sobreprotegidos o expuestos en exceso, indecisos odecididos en la dirección equivocada. Sólo podía confiar en queShokudaikiri manejaría la situación con la madurez que locaracterizaba para no regresar y encontrar el mundo en llamas.


Fueasí que, dos días después de la partida de Hasebe, Hikoshiro citóa su hijo en su lujosa oficina casera. Tenía que discutir con élacerca del departamento que le había alquilado, sus honorarios y sumensualidad.

—Note demores demasiado, tengo cosas que hacer en el centro.

Ookurikarase encontraba sentado en el sillón de la oficina del hombre, cruzadode piernas mientras se revisaba parte de las escamas pintadas de sudragón. Había sanado con increíble rapidez.

—Tedije que pararas con esa tontería de los tatuajes. Nadie va acontratarte si tienes el cuerpo dibujado.

Reprendióel adulto, cruzando la sala para sentarse frente a su hijo.

—Bien...El apartamento se encuentra en esta dirección.

Dijo,entregándole un papelito.

—Meocuparé de la renta y los servicios, además de la mensualidad queya tienes, y el año próximo te inscribiré en el registro detrabajadores de la agencia para que puedas cobrar un sueldo. Mientrastanto, iré guardando registros para que quede constancia de lostrabajos pagos que hayas realizado.

Hikoshiromiró de reojo al muchacho, buscando la manera de elaborar susiguiente frase.

—¿Entonceses oficial que vas a trabajar con Shokudaikiri-san?

—¿Note lo dijo él o el estirado con el que trabaja?

Respondióel impertinente muchacho, levantando una ceja. Ookurikara tenía lamisma mirada de su madre, sus ojos color ámbar vibraban en esa pieloscura que Hikoshiro le había heredado.

—Siya está todo decidido, no me hagas perder el tiempo.

Lesustuvo la mirada por largo rato al hombre. Su padre le importabapoco y nada, al igual que el trabajo; pero entendía que había genteque tenía que ganarse la vida de formas peores, como Mitsutada, oesforzarse por trabajar. En su idea egocéntrica de la vida cómoda,donde Ookurikara lo tenía planeado pues no viviría más de cuarentaaños, tenía que sobrevivir hasta llegar a ese número. Sin dinero,sería imposible.

—Note preocupes, no te haré quedar mal.

Hikoshirose levantó a servirse un poco de whisky.

—¿Cuáles tu meta en la vida, Ookurikara?

Preguntó,muy severo.

—¿Acasono te tomas nada en serio?

—¿Teimporta?

Elchico se estiró hacia atrás, resoplando.

—Otravez estás bebiendo... Si te vas a poner a darme sermones por asuntosque no tienen que ver con tu cuerpo, entonces haz algo para ser dignode respeto. Siempre que vengo, estás tomando.

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