Capítulo 24: "Concreción"

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" El término procede del vocablo latino concretio.Proceso y el resultado de concretar: lograr que algo se vuelva concreto"

La comida fue pedida; mientras esperaban, Shokudaikiri había procurado hablar de cosas interesantes, consciente de que algo grande iba a ocurrir.

Cuando el delivery ya había llegado y ambos comían enfrente del televisor, el hombre se atrevió a empezar una conversación que ya había aplazado lo suficiente.

—Kuri-chan... Sabes, he pensado mucho en todo esto. En que... si tenemos relaciones, va a ser tu primera vez. ¿Estás asustado por eso...?

—Al principio... lo estaba.

Confesó el moreno, mirándolo de costado.

—Cuando haces algo por primera vez... supongo que es natural sentir miedo o asustarse.

Ookurikara miraba ausente la televisión, ocultando su nerviosismo.

—Pero... todo es así cuando apenas lo conoces. Caminar, andar en bicicleta, quedarte solo en algún lugar, viajar solo a algún lugar.

Sus ojos color ámbar miraron profundamente a Shokudaikiri en ese momento.

—Es normal sentirlo de algo que no conocemos, porque es la naturaleza de las personas. Y yo soy una persona, como cualquiera.

—Es verdad.

Shokudaikiri se limpió los labios con una servilleta de papel.

—Hay algo de lo que... quisiera hablarte. Pero quiero que me prometas algo. Quiero que me prometas que quedará entre nosotros.

Pidió con mucho respeto.

—Nada de lo que dices sale de mí.

Aseguró Ookurikara, girándose suavemente hacia él. Su corazón comenzaba a latir más de prisa.

—Dímelo con toda confianza...

Shokudaikiri se acomodó de costado, subiendo una pierna al sillón. Miraba a Ookurikara con alegre tristeza.

—Hubo una vez en que yo también fui como tú. Yo también tuve tu edad, y también tuve miedo. Tenía tu edad, o un poco más, cuando dejé la universidad y me fui de mi casa.

Hizo una breve pausa, mirándose las manos.

—Conseguí varios trabajos de medio tiempo, que sólo me daban para pagar la pensión y comer medio mes. A pesar de todo, debía tener mi encanto, porque solían regalarme una o dos bebidas en los bares y cafés. Era eso o me veían hambriento...

Rió apenas el hombre, rascándose la cabeza.

—En esa época, aún no conocía a Hasebe, y solía ir mucho a un bar donde me regalaban whisky. Y allí... Allí conocí a un hombre.

Ookurikara pestañeó, mirándolo en respetuoso silencio. En su pecho sentía una presión, como si presintiera que venía algo malo.

—Sí, me han dicho que tuviste momentos duros.

Shokudaikiri apretó los labios.

—Lo que sucedió esa noche es algo que pasé mucho tiempo tratando de superar. Honestamente... no creo haberlo superado aún. Este hombre... era mayor que yo. Mucho mayor. Se sentó a mi lado y...

El ojo de Shokudaikiri había enrojecido.

—No sé cómo describirte lo que ocurrió. No sé cómo pasó... Pero me acosté con ese hombre. Y no caí en cuenta de ello hasta que estuve sentado en la cama de ese hotel, mientras él se vestía sin decir palabra. Todavía hoy no logro entender cómo sucedió, pero... no me negué en ningún momento. Aquello ocurrió con mi consentimiento. Y dolía... Mi cuerpo dolía. Y estaba sangrando.

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