Bar (Epílogo)

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Un año y medio. Un año y medio había pasado desde aquél hermoso encuentro en el que Steve descubrió que era capaz de enamorarse en siete días. Enamorarse de un hombre en siete días. El problema ahora radicaba en que no había visto a ese hombre durante demasiado tiempo, y aún seguía enamorado. Recordaba su voz, su sonrisa, su aroma, sus ojos, su existencia en sí la recordaba perfectamente. Se preguntaba si James se habría olvidado de él, y le dolía pensar en que la respuesta probablemente era sí.

Natasha llegó a un punto en el que pensó que presentarle a Bucky fue una mala idea, ya que a veces estaba triste al recordar a aquél castaño. El rubio lloró varias veces de ira, preguntándose por qué. El por qué no podían estar juntos, el por qué tuvo que conocerlo de esa manera. También se sentía triste por haberlo dejado solo, ya que sabía que necesitaba ayuda y no tenía a nadie en quién confiar. Recordaba el gesto triste que tenía él cuando tuvieron que separarse y se ponía realmente mal.

Wanda ha sido quien ha apoyado a Steve cuando recordaba a James. Wanda todavía tenía fé en que ambos se volverían a ver, pero Steve ya la había perdido. Así que ella, en un intento de que el rubio tratara de olvidar lo que pasó en aquellas vacaciones, le consiguió una cita con una chica, en un lugar elegante dentro de un centro comercial. La chica era la Agente 13, Sharon Carter. La castaña se encargó de vestir a Steve para la ocasión.

—No quiero ir, Wanda. —Dijo Steve peinándose con mala gana.

—Vamos, Steve. Tal vez salga bien.

—Sigo sin olvidarlo... Lo extraño mucho.

—Ah... —Wanda le pasó su chaqueta y bufanda, ya que era invierno y estaba nevando un poco fuerte afuera.— Sé que no, pero al menos trata, ¿sí?

—Ok... —Dijo decaído.

Ambos salieron de la habitación del rubio. Wanda le besó su mejilla en forma de despedida, y le dijo una vez más que tratara de disfrutar la cita. Él le asintió y ella se dirigió a su apartamento ya que ambos vivían en el mismo edificio.

Steve condujo hasta el centro comercial, donde Sharon lo esperaba. Se disculpó por la tardanza, cuando en realidad ni siquiera quería ir.

La cita transcurrió. Según Steve, fue la peor cita que ha tenido y eso que ha presenciado varias citas terribles. No tenían una química lo suficientemente buena, Steve estaba distraído. Pensaba en que si esta cita fuera con Bucky, sería realmente romántica y pegajosa, pero no. Era algo incómodo.

Mientras Sharon terminaba de comer, Steve suspiró y miró a su alrededor, pero su vista rápidamente se fijó en uno de los meseros. Estaba de espaldas, pero su cabello era largo y castaño, y su cuerpo y estatura eran idénticos al de James.

—Disculpa, ya vengo.

Steve se dirigió hacia ese mesero que ahora estaba desocupado. Con los nervios del mundo, tocó levemente su hombro. El muchacho se volvió y Steve sintió tanta ira, tristeza y desilusión al mismo tiempo. Este chico tenía ojos oscuros y piel más pálida.

—¿Sí?

—Eh, disculpe... necesito la cuenta.

—Claro, ¿qué mesa?

—Cinco, por favor.

—De acuerdo.

Steve se devolvió a su mesa. Luego, pagó y se dirigieron afuera, porque a Sharon se le ocurrió salir a caminar, lo cual a Steve le pareció estúpido ya que hacía mucho frío. En realidad, estaba harto y solo quería irse a su casa. Pasaron cerca de un callejón, Sharon solo hablaba y hablaba, y Steve se cansó.

Cuando estuvo a punto de decirle a Sharon que se fueran, alguien jaló de su brazo derecho fuertemente, atrayéndolo a ese callejón. Inmediatamente después, esa persona lo tomó fuertemente y lo apoyó en uno de los muros, para luego besarlo con fuerza. Steve estaba sorprendido, era de noche, no había mucha luz y esa persona tenía puesto el gorro de su suéter. Trató de zafarse empujándolo de su camisa, pero no podía. El hombre era realmente fuerte. El hombre.

Stucky Trash.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora