Buckitty I

7.8K 271 292
                                    

Steve.

Había regresado de la última misión, estaba cansado y apenas podía moverme de lo exhausto que estaba. Dejé la motocicleta en un parqueo que estaba cerca de ahí y me fui a mi casa caminando. Al parecer, había llovido, las calles y los árboles estaban mojados. Ya estaba frente a mi casa, saqué las llaves de mi bolsillo y las introduje en la cerradura de la puerta. Sobre mi pórtico, había algo en la esquina. Me acerqué a ver de qué se trataba y era solo un pequeño gato negro hecho una bola, con su cuerpo totalmente empapado, y su cola, que parecía tener mechones plateados, estaba enrollada debajo su cabeza. Me incliné cerca de éste y toqué suavemente su cabeza provocando que se despertara. Sus ojos no eran como los de todo gato, al menos no como los que alguna vez haya visto. Eran gris claro pero eran brillantes, pero sí tenían la típica raya negra de en medio. Alejé mi mano y éste se levantó y estiró sus patas delanteras abriendo su boca y bostezando. Me miró y ladeó su cabeza levemente. Pensé en llevármelo adentro, así que acerqué mis manos para levantarlo, pero como era un poco arisco, se puso a la defensiva y me arañó con sus garras, pero igual lo tomé de sus costados. Al principió, maulló mucho y trató de zafarse de mi agarre. Para ser un gato, era algo pesado pero igual abrí la puerta y lo puse mi sofá delicadamente, mientras iba a buscar una toalla para limpiar y secar al pobre gato. Me pregunté si era de alguien del barrio, pero en verdad lo dudé, sino lo habría visto antes en la calle. Regresé y lo vi acomodándose sobre el sofá, pero antes de que se echara a dormir, le puse la toalla encima, sacudiéndolo para poder secarlo hasta que estuvo totalmente seco. Dejé que durmiera allí en el sofá, y yo me fui a mi cama, casi muerto.

—Buenas noches, pequeño. Ahora este será tu hogar.—

Le di un pequeño beso en su cabeza recibiendo un leve maullido de su parte y me fui a mi recámara, totalmente dispuesto a dormir como oso.

Bucky.

Había divagado por toda la ciudad buscando un lugar donde descansar un rato. Por fin había salido de ese extraño laboratorio en el que me convirtieron en esto. Escapé por una de las ventanas mientras me estaban revisando o monitoreando más bien. Ya sentía mis piernas (o patas, en realidad) morir, hasta que empezó a llover. Nada podía ir mejor. Me mojé todo, hasta después de una media hora, encontré un pórtico con techo y bueno, decidí descansar allí. Unos minutos después, escuché algo cerca de allí. Abrí uno de mis ojos levemente y pensé -Probablemente solo sea el dueño. Quizá si me quedo aquí quieto no me note y me deje dormir en paz-. Todo lo contrario, me había notado ya que sentí su mano sobre mi cabeza. Decidí levantarme antes de que me empezara a echar de mala manera de su pórtico. Cuando ya había estirado mis patas, lo miré. Era joven, parecía tener mi edad, rubio, algo musculoso, y unos ojos azules, que debo admitir que eran muy hermosos. Ladeé mi cabeza contemplando sus ojos pero él también me estaba mirando a mí. Él trató de levantarme pero yo, por instinto lo arañé, hasta que me pudo levantar. Traté de zafarme pero el rubio no quiso y luego me puso en su sofá y se fue a otra parte de la habitación. El sofá se veía muy cómodo, así que decidí dormirme allí pero él regresó con una toalla y me secó. Puse una cara de Grumpy Cat y me eché a dormir. Luego, el rubio besó mi cabeza y yo, para ser franco, me sorprendí.

—Buenas noches, pequeño. Ahora este será tu hogar.—

Acaso me estaba adoptando? Él se fue a su recámara y yo me quedé allí en el sofá. Cuando él se fue y cerró la puerta de la recámara, yo me transformé en humano. Eso sucede cuando hay alguna alteración hormonal, no sé que sucedió ahora. Yo sí puedo controlar la transformación de humano a gato pero no de gato a humano. Mis orejas llenas de pelo y puntiagudas junto con mi cola larga eran lo único que se quedaba en las transformaciones permanentemente. Seré un gato-humano por el resto de mi vida.

Stucky Trash.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora