Stucky Trash.

Promised II

Pasaron tres días y Bucky no aparecía. A Steve se lo carcomía su ansiedad, se preguntaba si algo malo le había pasado a él.

Ya era pasada la medianoche, el rubio daba vueltas en su cama, como lo usual. Luego, fue por algo de tomar a la cocina y recordó que en la tarde había ido a comprar algo de refresco pero lo dejó en la parte de atrás de la motocicleta. Tomó un abrigo bostezando y salió, pero no contaba con que habría alguien al lado de su puerta, sentado en el piso. Miró hacia abajo y notó que era James. Suspiró, profundamente aliviado y se acercó para mirarlo mejor. Estaba bien dormido, con la cabeza reclinada a un lado. No quería que durmiera tan incómodo, así que se agachó para despertarlo, pero uno de los broches del abrigo chocó en el suelo causando un mínimo ruido pero fue suficiente para alertar al castaño. Lo próximo que sintió fue el filo de una navaja contra su cuello.

—Ah, eres tú. —Dijo sin sorpresa.

—Bucky.

—Conque esta es tu casa.

—Te dije que aquí encontrarías las respuestas que necesitas.

—Hm. No sé para qué saliste, pero estaba durmiendo bien. Buenas noches. —Dijo regresando a su posición.

—Puedes pasar si quieres.

—No, gracias. —Steve se levantó y suspiró, extendiendo su mano.

—Vamos, Buck. Puedo darte comida, ropa y un lugar seguro para dormir. —Bucky lo miró un par de minutos, con algo de fastidio y duda, pero luego tomó su mano para levantarse.

—Una noche, solamente.

—Bien, pasa. —Bucky miró alrededor, se le hacía conocido el lugar, pero no lo suficiente.— Puedo prestarte algo de ropa si quieres, el invierno está cerca. También está el baño, puedes ducharte. Hay agua caliente. Te prepararé la cama para que puedas dormir cómodo también. Puedo hacer algo de comer si tienes hambre. —El castaño estaba sorprendido por tanta amabilidad, era extraño.

—Supongo que... estaré bien con la ducha.

—Genial. —Va al armario y busca ropa para él además de una toalla.— Ten. —El castaño toma las cosas y luego se dirige al baño.— Puedes dejar la ropa sucia en el canasto.

—Bien.

Bucky suspiró y miró la ducha, cerrando la puerta. Se quitó el abrigo negro que había robado y el resto de su uniforme. Tenía una cortada algo profunda en su costado debido a una misión reciente. Puso el agua caliente a como pudo y luego se metió bajo el agua. Se sentía relajante a pesar de su herida. Tomó jabón para pasarlo por su cuerpo al igual que un poco de shampoo para su ya sucio cabello. Al salir, se secó su cuerpo y se miró al espejo. No podía decir que se sentía bien al mirarse, era como ver algo desagradable y sin vida frente a él. No entendía porque el hombre que vivía allí se interesaba tanto por eso que el vidrio reflejaba.
A pesar de ello, suspiró una vez más y pudo notar que físicamente se sentía mejor. Su cuerpo estaba totalmente limpio e incluso relajado hasta cierto punto. Miró el grueso abrigo, camisa y mullido buzo que él le había dado. Se puso las prendas y por primera vez lograba sentirse acogedor. Secó lo más que pudo su cabello y salió del baño.

—Gracias por ello. —Susurra al rubio.

—No es nada. —Sonrió.

—Si... me disculpas, quisiera descansar un poco.

—Claro, allá está la cama.

—Bien. —Steve lo miró ir, suspirando.

—Descansa, Bucky.