Stucky Trash.

Drunk II

Nota: Reproduce la canción cuando salga la nota de reproducir. ;)
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Amaneció.

Steve despertó primero. Abrió sus ojos lentamente y vio el balcón de la habitación. Se volteó y miró a Bucky, lleno de rasguños y chupetones. Se levantó de golpe sin causar ruido alguno, y se fue directo al baño, sin notar que estaba completamente desnudo. Se miró al espejo de cuerpo completo y se espantó. Él también tenía mordidas y rasguños.

—No fue... un sueño... —Dijo tocando sus marcas.— ¿Y ahora... cómo cubro esto? —Se metió a la ducha y se quedó pensando.

Su mejor amigo le hizo el amor y él accedió. Recordó que no le importó sentirse triste después, pero ya se estaba sintiendo de esa manera.

—Bucky solo necesitaba desahogarse... No quiso hacerlo conmigo, solo estaba ebrio.

Salió y trató de olvidar lo sucedido. Se sentía triste, no iba a negarlo. Hubiera preferido un final más romántico, tal como despertar juntos con besos y mimos, cada uno diciéndose 'te amo', pero no fue así. Preparó un poco de desayuno, pero luego Bucky llegó con una sudadera y un bóxer puesto.

—Buenos días. —Dijo Bucky.

—Buenos... días... —Dijo Steve algo nervioso.

Bucky se acercó a él para tomar un huevo y hacerse desayuno también, pero Steve discretamente se alejó al desayunador. Bucky no lo notó y procedió a hacerse su desayuno.

—¿Steve? —Dijo Bucky buscando en el refrigerador.

—¿S-Sí?

—¿Dónde está el tocino?

—Está... en la parte de abajo.

—Ah, sí. Gracias. —Sonrió el castaño.

—“Nada. No ha mencionado nada de lo de anoche... Sabía que no lo recordaría. No debí ser tan estúpido.” —Pensó Steve sintiéndose peor. Bucky puso todo en un plato y se sentó al lado del rubio. Se sentía verdaderamente triste e incómodo, así que decidió ir a hablarlo con alguien de confianza y que supiera de dilemas amorosos. Natasha. —Buck...

—Dime...

—Nat necesita hablar de algo conmigo. Volveré en un rato...

—Hm, ok.

Steve lavó su plato y salió de la habitación. Sacó su smartphone y marcó el número de la pelirroja.

—¿Nat?

—¿Sí?

—Buenos días...

—Buenos días, Steve. ¿Cómo te amaneció el día?

—No muy bien...

—Ah, ¿por qué?

—De eso necesito hablar contigo. ¿Estás desocupada?

—No, estoy desayunando abajo. Ven.

—Gracias, Nat.

—Ok.

Steve bajó al primer piso y fue a la cocina y vio a Natasha, que era la única despierta. Aún era temprano.

—Steve.

—Hola...

—Dime, ¿qué sucede?

—Pues... —Natasha lo miró pero notó algunas pequeñas marcas moradas y rojizas en su cuello. Sonrió. Sabía a dónde iba la situación.— tal vez te sorprenda...

—Hm, —Dijo sarcástica.— lo dudo mucho, Steven.

—Bueno... ya. Bucky y yo... —Eso le tomó por sorpresa. Pensó que había sido con Sharon.