Capítulo 50.

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No he podido conciliar el sueño, deben ser como las cinco de la mañana y lo poco que he dormido me pone de mal humor. No soy de las mujeres que mueren si no duermen ocho horas diarias pero me siento cansada y estoy segura que debo tener unas ojeras gigantes. Lucy sigue dormida a mi lado y al parecer no ha notado que estoy aquí asi que prefiero no arruinar su último día aquí.

Cuando salgo de la habitación veo que James sentado en el sofá con sus brazos sobre su rodillas y su cabeza en medio. Al parecer el tampoco ha notado mi presencia allí, miro para la mesa, hay un vaso y una botella de whisky al lado. No quiero que me vea porque no se que más pueda pasar entre nosotros.

Miro desde el pasillo en su dirección, levanta su mirada y mira hacia la botella para luego servir más. Puedo ver que el tampoco ha dormido mucho, se queda mirando el vaso hace un gesto de dolor y luego bebe. Me duele verlo así pero estos secretos son los que nos separan.

Voy hasta la habitación y todo algo de ropa, no se que planes tendrá hoy James para nuestro último día aquí pero si es por mi me quedaría todo el día en la cama. La habitación esta tal cual la deje hace unas horas. Cuando me doy vuelta para ir al baño me golpeo con algo, siento un aroma mezclado entre whisky y su olor natural.

– ¿Estas bien? – pregunta preocupado rodeándome con sus brazos para que no caiga.

– James – digo su nombre como un susurro –. Suéltame.

El asiente y me libera, cuando por fin lo veo a los ojos siento que mi corazón se parte en mil pedazos. Esos ojos marrones me muestran todo el dolor que esta situación le causa.

– No llores por favor – pone una mano en mi rostro para quitar una lagrima.

No me había dado cuenta que estaba llorando pero como no hacerlo si el hombre que amo tiene secretos. Aparto su mano de todo contacto con mi piel.

– Odio verte así – al parecer todo el licor que tomo no fue suficiente para emborracharse.

– James si no quieres verme asi dime todo lo que te atormenta – el cierra sus ojos.

– No es tan fácil – repite lo mismo que hace unas horas –. Quiero que me sigas mirando igual, llena de amor y admiración.

– Ahora no te puedo mirar de esa manera – le recuerdo –. No cuando entre nosotros hay secretos.

El camina frustrado por toda la habitación, en un par de ocasiones posa sus ojos sobre los míos. No puedo más con esto así que lo mejor es que me vaya a dar una ducha para intentar calmar mis sentimientos.

Me desvisto y sin dudarlo pongo la regadera con el agua helada. Siento como el agua fría cae sobre mi espalda. Mi respiración se entrecorta un poco por el frio del agua y porque estoy llorando. Me da miedo que por mis inseguridades respecto a él todo esto se vaya a la mierda pero al mismo tiempo estoy segura que no podremos seguir si el no confía en mi.

No sé cuánto tiempo más tardo dentro de la ducha intentando aclarar mi mente pero cuando salgo James ya no está en la habitación cosa que agradezco mucho. Me arreglo de forma casual, nada raro, un simple short de jean y una camisa blanca. Cuando salgo para la sala James esta tirado sobre el mueble.

Corro a su lado, con mucho esfuerzo logro ponerlo boca arriba y me puedo cerciorar que está vivo. Miro la botella vacía y me doy cuenta que James se quedó dormido por tanto trago. Gracias a dios no esta completamente dormido ya que con un poco de su ayuda logro llevarlo hasta nuestra habitación.

– No me odios por favor – dice mientras intento ponerlo sobre la cama.

– James es hora de dormir – el asiente como niño pequeño.

Sin LimitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora