Capítulo 58.

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Dejo la caja con el paquete de aluminio abierta mientras salgo del estacionamiento, busqué alguna nota que me explicara la razón del increíble regalo pero no la encuentro. Voy directo al supermercado por las cosas que necesito y cada vez que volteo a ver no puedo evitar reírme por le condón.

Lo más raro del regalo es que nunca hemos usado condón, entonces no me encuentro explicación alguna.

Mientras compro todo lo que necesito paso por el frente de la farmacia y veo los condones en el estante y se me viene a la mente una idea. La lista que me dio la señorita Alex está completa y sin más voy directo a caja para pagar.

La chica de la caja me mira de sorprendida cuando le paso lo que pedí en la farmacia, intento no reírme

por la expresión que tiene su rostro pero se me es imposible. Una vez en el auto voy de camino a casa, mientras espero en uno de los semáforos para que cambie de color veo a un lado un sex shop abierta. Mil cosas se me pasan por la cabeza en este momento y como si mi vida dependiera de eso apenas el semáforo cambia giro para estacionarme al estilo Vin Diesel.

Una chica con el cabello azul me atiende una vez en la sex shop, al principio me dio un poco de vergüenza pero al final la actitud de la chica me hizo relajarme. La sorpresa que le tengo a James se esta extendiendo, cosa que me gusta.

Alex ya esta en casa cuando yo llego y le muestro todo las cosas que me ha pedido y de paso las que yo compre para la noche. La verdad hablar de estas cosas con Alex nunca me ha incomodado así que todo fluye con normalidad el resto de la noche.

Llevo intentado planear todo lo de James pero es que se rehúsa a que salgamos para que Alex, Liam y Harry puedan hacer su parte en el edificio donde vive James. Por a eso de la media mañana accede a ir conmigo hacer un poco de ejercicio, al principio se negó rotundamente ya que él prefiere hacer todas sus rutinas en su gimnasio privador pero con mis encantos lo hice cambiar de opinión y ahora vamos de camino al gimnasio donde yo acostumbraba a ir.

La cara de sorpresa de John al verme llegar es monumental, no me salve de absolutamente nada. James no paraba de reírse de mi cuando me quejaba de las exageradas rutinas que John esta descargando sobre mi. James parece disfrutar de mi dolor, la verdad si sigo asi terminare mañana en una tina con hielo y no celebrando el cumpleaños de mi novio.

Casi al medio día Alex me manda un mensaje diciendo que ya casi todo estaba listo, la verdad no se que haría sin ella. Quedamos de ir a su casa para cambiarnos e ir a comer a fuera junto a Lucy.

– ¿Qué pasa amor? – pregunta James ocultando una sonrisa mientras vamos de camino a su casa.

– No quiero ni una sola palabra – le advierto.

Ambos comenzamos a reír pero de inmediato pare haciendo una mueca de dolor, sin duda alguna mañana será un día muy largo y con mis ideas también será una noche muy larga.

– ¿A dónde iremos a comer? – pregunto mientras cambio la radio ya que no hay nada bueno.

– Es un restaurante Tailandés que abrieron hace poco y pensé que sería buena idea cambiar un poco – pone su mano sobre mi pierna.

– James ¿Qué haces? – pregunto mirando su mano.

– ¿Yo? – me mira con picardía –. Nada.

– Si hágase – le doy una palmada a su mano y él se queja –. ¿Estás seguro que a Lucy si le gusta esa comida?

– La verdad lo dudo pero uno nunca sabe – dice mientras hace muecas de dolor.

– No seas tan exagerado – el ríe.

La verdad la comida Tailandesa no es de mis comidas favoritas pero como le digo no a James, solo espero que Lucy no le guste tampoco y términos en alguna pizzería. Cuando llegamos al su casa Lucy nos recibe pero apena nos ve con la ropa de ejercicio se tapa la nariz con una manu y hace un sonido de asco.

Sin LimitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora