Durante el camino Jame son dice nada, no es mentira que parece un niño pequeño con ese comportamiento. Se me hace imposible no poder reírme un poco por la actitud que ha tomado pero se que algo debe estar tramando para que este así calladito. Estaciono el auto al frente de un restaurante que queda cerca de mi oficina donde generalmente vengo a comer con Liam.
Se baja del auto y sin decirme nada entra en el restaurante, por fortuna hay un par de mesas libres así que no tenemos que esperar. El mesero nos entrega las cartas, y hacemos nuestro pedido. James esta mirando a través de la ventana, creo que me esta aplicando la ley del hielo. No les digo parece un niño pequeño con su ego ofendido.
– ¿Sophie? – alguien me llama.
Giro en dirección a la voz masculina que dijo mi nombre y no puedo creerlo, un Peter diferente al de la última vez está detrás de mi. La última vez que nos vimos no fue nada agradable pero verlo de esta forma me reconforta mucho, esta súper bien arreglado y ya no tiene ojeras, como el Peter de conocí en la universidad. Cuando me voy a poner en pie para saludarlo la mano de James me hace frenar.
– Solo voy a saludar – me mira con el ceño un poco fruncido pero luego me libera.
Le doy un fuerte abrazo a Peter, parece que hace años que no nos viéramos pero la verdad me alegro mucho que este mejor. Peter no solo fue mi novio si no un gran amigo, se que los ojos de James están puestos sobre nosotros.
– Estas radiante Sophi – dice mientras nos abrazamos –. Tu chico nos está mirando como si me quisiera matar – rio ante su comentario.
– ¡Wow! Te ves increíble – digo después de finalizar el abrazo.
– Fue un proceso pero Amanda me ayudó mucho – dice mirando sonriendo –. Al principio tenía en mente que si volvía a ser quien era antes tu regresarías conmigo pero con el tiempo Amanda me hizo abrir los ojos para que me diera cuenta que era lo mejor para mi.
– Tu madre tiene razón – pongo mi mano sobre su brazo.
– Ya me tengo que ir pero fue un placer verte Sophi – me dice mirando su reloj.
– No te pierdas tanto – le regaño.
– No lo hare – me da un beso en la mejilla antes irse.
Al darme vuelta para regresar a la mesa junto a James me doy cuenta que el sigue con la mirada el camino que ha tomado Peter. Muerdo mi mejilla para no decir ninguna locura pero es que la verdad lo que tengo son unas ganas inmensas de reírme por la forma de actual de James.
– Parecía muy feliz de verte de nuevo – dijo sin ni siquiera mirarme.
– Yo también estoy feliz de verle – ahora si sus ojos sobre los míos.
– Se ve muy diferente – señala.
– Ha pasado un tiempo con su madre y el mismo ha querido cambiar – el asiente.
Y todo regresa al silencio entre los dos. Por dios esta actitud ya no me da risa antes por el contrario me está empezando a molestar. No entiendo porque le molesta tanto que pague yo la cuenta de lo que ni hemos comido, o se enoje porque he querido manejar mi carro.
– ¿Se puede saber por qué tu enojo? – pregunto mostrando mi ahora enojo.
– Yo no estoy enojado – dice encogiéndose de hombros.
– Puedes dejar de portarte como un niño por favor – él se auto señala a modo de pregunta –. Si tu.
– Pensé que no te importaba mi opinión – dice como si estuviera negociando algo.
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Sin Limites
RomanceSophie es una mujer exitosa que a sus 25 años esta a punto de iniciar hasta ahora el proyecto más importante de su carrera, donde conocerá a el empresario James Hardy. Él no le tiene miedo a decir lo que piensa provocando en Sophie todo tipo de emo...