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20 de septiembre, 2017

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20 de septiembre, 2017

—Hay dos formas de ver al escéptico —empieza mi profesor la clase de epistemología—. Un escéptico coloquial y un escéptico filosófico —empieza a garabatear en la pizarra haciendo un cuadro comparativo.

No me gusta la filosofía, no la entiendo y realmente me marea. Odio el hecho de que es un curso requisito para mi carrera. ¿Cómo la teoría del conocimiento ayudaría a una psicóloga? Supongo que sabría la respuesta si es que estuviese atenta a la clase, el problema es que no logro atenderlo y no es por el hecho de que no presto atención, es porque el profesor dice tantos términos que termino confundiéndome.

Y sobre todo, detesto cuando...

—Pero, profesor, ¿por qué hacen esa división de términos?

Cuando interrumpen la clase y hacen preguntas que no vienen al caso o que el profesor iba a responder pero dentro de un rato todavía.

—Espera un momento —gruñe el hombre. Por un momento me lo imagino como un monstruo. Ya ven por qué no logro concentrarme—. Estaba diciendo que el escéptico coloquial es la persona poco crédula. La que niega la existencia de ciertos fenómenos. Por ejemplo, las personas que creen en fantasmas o cuando te dice «Ver para creer». Por eso se le dice coloquial, es un aspecto utilizado por la sociedad actual para denominar a estos miembros de la comunidad que les cuesta creer.

Puedo admitir que soy una persona escéptica, la verdad es que busco muchas teorías y suposiciones antes de creer en algo improbable, por ejemplo, la existencia de fantasmas. Y si nos adentramos un poco más, me cuesta creer en las personas, las palabras se las lleva el viento.

— ¿Y el escéptico filosófico vendría a relacionarse con la comunidad filosófica? —preguntó una chica sentada a mi costado.

Creo que el salón entero volteó a observarla, somos sesenta y cinco personas. Sus mejillas enrojecieron ante la atenta mirada de todos y se encogió en el asiento, avergonzada.

—Creo que el mismo término puede responder su pregunta —siguió hablando el hombre rechoncho al frente de la clase—. El escéptico filosófico —demoró en decir cada letra de la última palabra— es aquel que niega que podemos tener conocimiento del mundo exterior.

Y cuando pronuncia las palabras «mundo exterior» es cuando llego a desconectarme de la clase y caigo en la tentación de revisar el celular. Tengo varios mensajes de Mare y uno a uno me pongo a revisar.

***

Via Whatsapp


Acabo de leer un libro buenísimo que no tiene nada de romance

O bueno... quizás un poco pero no es la trama principal.

Cómo me conquista el doctor de mis sueños en 21 semanas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora