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— ¿Y? ¿Te parece?

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— ¿Y? ¿Te parece?

— ¿El reto de las veinte preguntas? —Asiente con la cabeza— Claro, con tal que no preguntes cosas muy debatibles como temas políticos o la religión. —hago un gesto de indiferencia con mi mano y termino con una sonrisa.

Él vuelve a asentir y me da el primer turno a mí.

— ¿Por qué medicina?

Él sonríe de oreja a oreja. Ya que mis mejores amigos acaban de dejarme sin mi bolso, sin mi celular y todas mis cosas, tengo que esperar a que ellos vengan. Así que aquí estoy con Zack hablando como personas civilizadas.

—Bueno, mi mamá enfermó cuando yo era muy pequeño y siempre la ayudaba con sus medicamentos o tratamientos, me gustaba ayudarla. Luego, me interesé mucho en aprender sobre su enfermedad y también sobre otras. Me leía libros y libros de medicina y tan solo tenía ocho años. Terminé amando la medicina y con ello ayudar a las personas que lo necesiten.

— ¿Y tu mamá cómo está? —pregunto, bastante interesada.

—Falleció cuando tenía nueve años.

—Lo siento mucho —digo con una sonrisa reconfortante.

La verdad es que me siento muy afortunada por tener a mis dos papás conmigo, no puedo pensar en que en algún momento ya no estarán a mi lado aunque ese sea el ciclo de la vida.

—El que lo siente soy yo —me devuelve la sonrisa, quiero responderle algo pero él me detiene y se prepara para lanzarme su pregunta—. ¿Cuál es tu apellido?

Lo miro media extrañada y él solo sigue sonriendo.

— Espinoza, soy Leslie Espinoza —digo con orgullo.

— ¿Y tienes segundo nombre?

— ¿Te has dado cuenta que es la primera vez que preguntamos cosas como esa? Así que tampoco sé tu apellido.

—Eso cuenta como pregunta.

—No —me quejo.

—Entonces, pregunta algo —hace un gesto con las manos para darme el pase.

—Pueeeeeeees... —la verdad es que no había pensado la pregunta, piensa, piensa— ¿Cuál es tu apellido?

Enarca una ceja de manera sugerente.

—Solo te pido que cuando te lo diga no vayas escribiendo en tu cuaderno tu apellido y el mío juntos con corazones alrededor.

Tengo nauseas con tan solo imaginarlo.

—Juro que no lo haré —respondo de manera irónica.

—Molina —termina respondiendo después de varios segundos en silencio en los cuales solo estuvimos mirándonos los rostros sin saber qué hacer.

Cómo me conquista el doctor de mis sueños en 21 semanas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora