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21 de noviembre, 2017

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21 de noviembre, 2017

— ¿Con quién estás hablando? —le pregunto a Melissa con curiosidad ya que la señorita está hace rato sonriéndole al teléfono como enamorada.

Ella bloquea la pantalla del aparato antes de voltear su rostro para responderme.

—Estoy viendo unos buenos memes en Facebook.

— ¿En serio? ¿Y por qué no me enseñas? —Señalo su celular— Comparte sonrisas conmigo.

— ¡No! —Chilla alarmada abriendo sus ojos más de lo normal— Son memes algo extraños.

— ¿Cómo es eso? —cuestiono algo confundida.

—Que no quiero compartir los memes que estoy viendo, tal vez tú ya los viste y no te vas a reír, así quitarás todo lo divertido al asunto.

La observo por unos segundos en los que no sé qué decir.

— Eso no tiene sentido —termino respondiendo.

—Para mí, sí —guarda el celular en el bolsillo de su pantalón—. Así que por favor aléjate y deja que yo siga viendo memes y me ría sola.

Las personas que me rodean merecen un premio a la extrañeza.

—Eres muy rara.

—Lo sé —su móvil suena y ella lo saca de su escondite para ver qué ha pasado. Sonríe con malicia ante la pantalla. No creo que tenga una alerta de memes instalada—. Bueno —se pone de pie con rapidez—, voy a salir, luego nos vemos.

Veo como ella sube a su habitación, escucho cosas que se caen, el tintineo de llaves, zapatos siendo arrastrados y luego observo como ella baja las escaleras apresurada. Se despide de mí con un beso volado y sale de inmediato de la casa.

Eso fue realmente raro.

Sin preocuparme más del asunto entro a Facebook para ver algunos videos cuando me aparece una llamada entrante de Renato. Contesto sin pensarlo dos veces.

—Leeeeeeeeees —chilla mi amigo.

— ¡Fusión! —exclamo con emoción. Ahora estoy sola en la casa y soy libre de gritar cuanto quiera.

—Tengo que contarte algo importante —exclama desde el otro lado de la línea bastante emocionado, cabe recalcar.

—Dime —digo con calma.

Después de diez horas en los que estuve durmiendo, el dolor de cabeza se fue y ya no me sentí tan culpable por lo sucedido con Zack al día siguiente de ese suceso. Días después, aquí estoy tranquilamente concentrada en la universidad.

—Como sabes, América iba a hacer la fiesta pero su hermana hizo una tontería.

Suelto un suspiro frustrada. La verdad es que a veces África me saca de mis casillas.

Cómo me conquista el doctor de mis sueños en 21 semanas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora