Especial #2

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18 de noviembre, 2017

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18 de noviembre, 2017

Me encontraba estacionando el carro en el porche de su casa a las ocho de la mañana. Realmente muy temprano. Pero quién me puede culpar de desesperado pues estoy loco por ver a la chica que invade mi cabeza día y noche. Me doy un golpe mental por la frase muy cursi; sin embargo, no puedo evitar decir esas frases cuando pienso en ella.

Mi plan es simple y sencillo: Llevarla a desayunar y pasar todo el día, juntos. Es sábado y tengo toda la fe de que ella no tenga planes con otra persona porque todos sabemos que pasará si es que ella tiene planes con otra persona.

Agarro mi celular y marco su número, al instante me da como apagado. Con un suspiro y un arranque de fe, salgo del carro y me predispongo a tocar el timbre de su casa.

Gracias a Dios y a los ángeles que Melissa se encontraba en casa.

—Hola — sonrío, bastante feliz por encontrarla —, ¿sabes algo de Leslie?

Melissa me saluda mientras sus mejillas se tiñen de un rojo por vergüenza. La prima de Leslie es muy bonita, parece esas modelos de revistas que gustan de modelar ese tipo de ropa que les hace lucir "dulces".

—Mi prima se encuentra dormida — anuncia.

Suelto un gran suspiro, la verdad es que no sé por qué me sorprendo. Leslie me avisó que ella duerme hasta mediodía los fines de semana. Ella ama dormir.

—Si quieres puedes esperarla dentro — sugiere Melissa con una gran sonrisa.

Me doy cuenta que no despega la mirada de mí, siento como sus ojos me observan de pies a cabeza y repite ese proceso varias veces, como si no se cansara de verme. Esto es jodidamente incómodo.

—Claro —digo con un encogimiento de hombros, como si no fuera gran cosa esperar a Leslie dentro—. Quiero llevar a desayunar a tu prima, ¿a qué hora piensas que despertará?

Frunce el ceño como si le enojara la idea de que venga por su prima, pero al instante lo cambia por una sonrisa muy fingida. No sirve para actriz.

—No lo sé —se rasca la barbilla—, pero ¿No es mejor prepararle el desayuno? Es un gesto mucho más bonito que llevarla a algún lugar.

Punto para ella. No había pensado de esa manera, en mi cabeza solo estaba la idea de pasar tiempo con Leslie. No logro pasar todo el tiempo que quiero con ella y me frustra, pero, pronto saldré de vacaciones y le prestaré toda la atención que merezca.

—Tienes razón, ¿me ayudas?

Ella asiente con la cabeza, entusiasmada. Creo que cometí un gran error al preguntarle eso, pero lo hecho hecho está. No puedo revertirlo.

Sigo a una muy ansiosa Melissa hacia la cocina. La mujer divaga más que América y por un momento, me resulta frustrante, pero después, me comienza a dar risas sus divagaciones. Empieza a decir cosas sin sentido y enlazarla con otros temas que no tienen nada que ver.

Cómo me conquista el doctor de mis sueños en 21 semanas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora