capitulo 8

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Por horas, me quedé en una cafetería. No podía estar en la misma casa que él. Estaba muy asustada de lo que yo quería. Así que me puse al corriente con los correos electrónicos y navegué por Internet. Estaba tentada en llamar a Eva al trabajo y llorar en su hombro, pero en cambio, contacté con mi padre y traté de mantener a Justin alejado de mi mente.

Era temprano por la tarde cuando finalmente me dirigí a casa. La lluvia caía suavemente, haciendo las calles resbaladizas y el calor mucho más opresivo. Debería haber prestado más atención mientras conducía bajo la lluvia pero solo había una cosa en mi mente, quién esperaba por mí en casa.

Mi nerviosismo se disparó a un nivel superior ante la idea de enfrentarme a Justin. Sabía que si él me tocaba, estaría perdida. Y a pesar del hecho de que lo amaba, una noche en su cama nunca funcionaría.

Simplemente no era ese tipo de chica.

Tampoco estaba segura de cómo iba a enfrentar a Ben, pero tenía que hacerlo si quería que nuestra relación funcionara. 

¿Pero quería yo que funcionara? Ya no estaba segura.

Para el momento que llegué a casa, decidí ser sincera con ambos. Éramos todos adultos. Podíamos manejarlo. Respirando hondo, abrí la puerta del departamento.

Justin estaba sentado en el sofá con una taza de café en las manos. Él no intentó hablarme. De hecho, ni si quiera me miró. Dolió un poco.

De alguna manera me las arreglé para pasar cerca de él sin desmoronarme. En mi cuarto, me puse una corta falda negra y una blusa rojo oscuro con tacones a juego. De vuelta en la sala de estar, tiré las llaves en el sofá junto a él. Me dio una mirada inquisitiva.

—Si en caso que necesites ir a algún lado, puedes usar mi coche. Tengo quien me lleve a la fiesta. Solo asegúrate de no estar borracho si conduces –le dije.

—__(tn), escúchame…

Me volteé para irme. No podía hablar con él ahora. No confiaba en mí misma a su alrededor. Cerré la puerta del frente cuidadosamente detrás de mí, no queriéndome ir. Cada paso que daba más lejos de él causaba un dolor en mi pecho, un anhelo de quedarme.

A través de la lluvia, vi el coche de Elizabeth estacionado al lado de mi pequeño Honda. La lluvia hizo que caminar bajo la lluvia fuera un desafío, pero yo tenía la intención de irme.

—Hola, __(tn) –me saludó ella mientras subía a su BMW. Era una compañera y una amiga mía, gracias a un semestre de clases particulares en química.

—Gracias por el aventón. No quería dejar a mi amigo sin coche esta noche.

—No hay problema. Vi a Ben más temprano hoy en el campus de gimnasia.

—Oh, ¿en serio? –Murmuré.

—Si… Dijo que sentía muy mal por no llevarte esta noche pero dijo que entendías, con sus responsabilidades  y todo.

Asentí pero no sentí la necesidad de responder. Ben tomaba su fraternidad muy seriamente. Él estaba trabajando en su maestría en finanzas, tuvo una pasantía de verano en una gran firma de contabilidad, y fue presidente de su fraternidad. Había tantas cosas que le esperaban. Tuvo éxito. Él quería una familia. Me quería a mí, solo a mí.

Pero él no era Justin.

Observé los limpiaparabrisas tratando de seguir el ritmo de la lluvia que caía. En la radió sonaba una de las últimas mejores canciones de pop. Cada pocos minutos, Elizabeth trataba de entablar una conversación, pero se rindió cuando yo sólo respondía con respuestas de una palabra.

algunas reglas fueron hechas para romperse (justin bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora