capitulo 14

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Ben me soltó y levantó las manos en un gesto no amenazante. Pero dudaba que se fuera a dar por vencido tan fácilmente.

 

Justin se interpuso entre nosotros, empujándome detrás de él con una mano presionada en mi cadera. No quitó su mano, la mantuvo en mí, manteniéndome detrás de él.

 

Por mucho que odiara admitirlo, me sentía segura ahora que Justin estaba aquí. Podríamos haber complicado las cosas entre nosotros, pero yo sabía que él me protegería a toda costa.

 

―¡La amo, hombre! ¡No la alejes de mí! ―Ben sollozó incoherentemente ―. Te amo, __(tn) ― dijo gimiendo con dolor, balanceándose sobre sus pies.

 

―¡Necesitas meter en tu cabeza de mierda que todo ha terminado entre ustedes dos! ― dijo Justin, dando un paso amenazador hacia Ben pero todavía manteniéndose rígidamente en frente de mí, ocultándome de cualquier peligro.

 

―Hombre, ella no…

 

―Ella es mía ahora, idiota ―gruñó Justin.

 

La tristeza de repente desapareció del rostro de Ben. En su lugar, vi un odio tan terrible que extendí la mano para tirar a Justin por la espalda. Él no se movió ni un centímetro.

 

―¿Así que ella finalmente permite a alguien entre sus apretadas piernas? ―Preguntó Ben, una mueca malvada dividiendo su perfecto rostro.

 

― Cierra la boca ―Justin gruñó entre sus apretados dientes. Podía sentir la flexión de los bíceps de Justin debajo de su camisa, queriendo lanzar un golpe.

 

―Puede que hayas sido el primero, pero yo seré el último ―Ben se burló―. El último. ―Sin mirar hacia atrás, se dio la vuelta y desapareció entre la multitud como una aparición.

 

El puño de Justin se apretó, a punto de explotar. Cuando él comenzó a empujar a través de la multitud, supe que estaba yendo detrás de Ben. Lo que vendría después sería sangre y dejaría algunas contusiones desagradables. O algo peor.

 

Extendiendo la mano, agarré un puñado de su camisa, deteniéndolo.

 

―¡Justin!

 

Dándose la vuelta, sus fríos ojos miraron de cerca mis ojos marrones.

 

―Olvida a Ben. Quédate conmigo ―dije en voz baja, repitiendo sus palabras anteriores. Las palabras que nunca olvidaría desde ese día en el baño―. Baila conmigo.

 

Lanzó una última mirada a la multitud. Vi como la tensión lentamente disminuía en él. La mirada salvaje en su rostro desapareció, reemplazada por una máscara de fría indiferencia. Tomando mi mano, me llevó al centro de la pista de baile.

 

Poniendo sus brazos alrededor de mi cintura, me atrajo cerca. No estaba segura de qué hacer con mis manos. ¿Debería apoyarlas de manera impersonal sobre sus hombros o envolverlas alrededor de su cuello como si quisiera hacerlo? Decidí apoyarlas sobre sus hombros. Este era el mismo hombre que me dijo que nosotros sólo podíamos ser amigos.

algunas reglas fueron hechas para romperse (justin bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora