algunas reglas fueron hechas para romperse (justin bieber y tu)

capitulo 2

Había pasado un mes desde que los hombres regresaron sin él. Dolor desgarraba constantemente mi pecho. Nunca se fue. Llevaba la angustia conmigo en todo momento, se convirtió en una parte de mí, como mi propio brazo o una pierna. La mayoría de los días me sentía como si un gigantesco edificio se hubiera derrumbado encima de mí, y me dejó atrapada y desesperada en busca de aire. Esperé a que alguien me rescatara y me sacara de debajo del peso de un dolor constante, pero nadie vino. Todos los días he intentado arrastrarme fuera de la lucha, cortar mis manos y dejar un rastro de desesperación detrás. Pero nunca podría ver la luz del día, sólo la oscuridad.

 

Nadie sabía lo mucho que me hacía daño. Me escondía bien. Lloraba por la noche, pero no tuve problemas para seguir adelante durante el día. Cada momento sin Justin me erosionaba. Pero quedaba una parte terca en mí. Sigue adelante, susurro. Así que escuche.

 

Pasando por encima de un tronco muerto, Jaxon me rozo, devolviéndome a la realidad.

 

Mire su espalda mientras se alejaba, mi pena olvidada por un segundo. Abriendo la boca, iba a darle un poco de mis pensamientos, pero lo pensé mejor. Él solo estaba herido, justo como todos los demás. Tal vez más, desde que era su hermano quien estaba perdido.

 

Dejando escapar un suspiro, estudie como se alejaba. Jaxon no había sido el mismo desde que regreso a casa. Ninguno de nosotros lo era.  Ya no era el tolerante y bondadoso hermano mayor de Justin. Ahora era casi imposible de tratar. Era duro y enojado, de mal genio y lleno de odio así mismo. Más parecido a Justin cada día. Observar a su hermano siendo disparado y arrastrado había cambiado a Jaxon. Lo endureció.

 

 

Me parecía llevar la peor parte de su ira. No estaba segura de por qué y no le pregunte. Solo trate con él. Todos teníamos nuestras propias formas de lidiar con el dolor. Si abducirlo a mí lo ayudaba, adelante. No me importaba más.

 

—Lo hiciste bien, __(tn)— dijo Kevin, captando mi atención.

 

Bajo las sombras de los árboles, me asome por encima de él. Su postura estaba relajada a pasar de la pistola en su cinturón, el cuchillo atado a su muslo y la escopeta descansando en sus manos. El hombre era un arsenal. Un soldado solitario.

 

—Bueno, no todo el mundo piensa que lo hice bien— Dije sobre mi hombro mientras empecé a caminar por el mismo camino por el que Jaxon había desaparecido.

 

—Ignora a Jaxon— dijo kevin, siguiéndome de cerca—. Yo lo hago.

 

Kevin se pegó a mi lado como pegamento, algo que ha estado haciendo por días. A pesar de que podía disparar como un hombre y golpear lo que quería, estos hombres nunca me dejaron fuera de su vista. Era irritante.

 

—¿Es el primer animal que has matado? — pregunto Kevin con voz tranquila.

 

Trague el nudo en mi garganta, recuerdos invadiendo mi mente.

 

—No, esa no es la primera cosa viva que he tenido que matar.