capitulo 33

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—¿A dónde vamos?

—Solo dando un paseo —dijo Eva, mirando por encima de mí, con una amplia sonrisa en su rostro. Levantando una ceja, invitándome a discutir.

Mire por el parabrisas, sabiendo que era inútil interrogarla aún más. Eva iba a hacer lo que quería hacer. Estaba solo acompañándola a un paseo.

El viento susurro alrededor de la cabina del camión, soplando el cabello en mis ojos. Empuje las hebras, manteniéndolas en la base de mi cuelo con una mano.

—Sabes que Justin va a matarme por salir —dije.

—Oh, que se joda —murmuró, sus ojos pegados a la carretera—. ¿Y desde cuando te importa lo que piensa, de todos modos?

Ella tenía un punto. Hacia lo que quería hacer. Justin podría gritarme todo lo que él quisiera, al final me había convertido en la mujer fuerte que mi padre dijo que seria. Secretamente, sé que Justin me ama por esto.

Emma se movió en mis brazos, sus pequeños puños bombeando en el aire. Eva la miro,  con una sonrisa en su rostro.

—¿Te gusta la manta que le hice? —preguntó, con su voz llena de orgullo.

—Sí, es hermosa —dije.

La manta blanca era elaborada a partir de una vieja sabana que Eva había encontrado atiborradas en el fondo del armario de Justin. Lo que Eva no sabía era que era la misma sabana que Justin y yo habíamos usado cuando éramos niños para construir. Sentados bajo la carpa improvisada, nos podíamos contar historias y reír. Algunas veces pelearíamos con tipos malos imaginarios. Otras veces fingíamos que era nuestro hogar. Éramos solo dos niños divirtiéndose.

Ahora esa sabana estaba envuelta alrededor de nuestra hija.

—Esto significa todo para mí, Eva —dije, pasando una mano sobre la manta. —. No tienes ni idea.

—No me hagas llorar, __(tn). Lo juro, voy a parar este camión y patear tu trasero. Con o sin bebé —dijo, su hermoso rostro tornándose serio.

Sonreí, algo que parecía hacer ahora todo el tiempo

Un silencio lleno el camión. Los rayos del sol entraban a través de la ventana, haces de luz cortando a través de los viejos asientos  de cuero del camión. Nunca pensé que iba a estar en un vehículo de nuevo pero Brody y Kevin lo hicieron posible. Brody con sus retoques de motor y Kevin intercambiando suministros por gasolina.

Acuné a Emma en mis brazos, mirando por la ventana como acres de terreno de rancho se deslizaban lentamente. Al contrario que en el pasado, Eva condujo lentamente, arrastrándose a paso de caracol. El camino estaba casi terminado, el pavimento dando paso al as malezas y la hierba. Pero ella mantuvo sus ojos enfocados hacia adelante, manteniendo las llantas en lo que podía ver de asfalto.

—¿Cuántas veces hemos conducido este camino escuchando música a todo volumen y dejando que el viento alboroté nuestro cabello?— preguntó Eva, su mano descansando sobre el volante.

—Demasiadas veces para contar —respondí, mirando por la ventana.

—Todas las noches que salimos, llegando muy tarde a casa. Todos los partidos de futbol que fuimos —dijo Eva, su mente en otro lugar—. Se ha terminado. Nunca haremos esas cosas otra vez.

—Eva… —comencé a protestar, no queriendo arruinar mi buen humor con los recuerdos de las cosas que nunca experimentaría otra vez.

—Parece que fue ayer que condujimos este camino para recoger a Justin, en nuestro camino de vuelta a la universidad.

algunas reglas fueron hechas para romperse (justin bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora