capitulo 9

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Lentamente me desperté con un dolor de cabeza palpitante. El sonido de un celular irradió dolor a través de mi cabeza. Estaba asustada de que si me estiraba y lo contestaba, mi cabeza explotaría y cada músculo en mi cuerpo gritaría en protesta.

 

Alguien se movió a mi lado, haciendo crujir las sábanas, hundiendo la cama. Mi ritmo cardiaco se aceleró cuando Justin se sentó para inclinarse sobre mí. Su brazo se estiro a través de mi pecho, apagando el celular. Después de que lo silenció, se cernió sobre mí, mirando hacia abajo y estudiándome de cerca. Su cara tenía arrugas de cansancio y preocupación. Me sentí responsable por ponerlas ahí.

 

—__(tn), gracias a Dios estás despierta —dijo, tumbándose junto a mí. Su brazo rozó contra el mío mientras restregaba una mano sobre su cara.

 

Intenté sentarme pero mi cabeza palpitaba, enviando disparos de dolor en todos lados. Eché un vistazo para encontrar a Justin mirando fijamente al techo. 

 

¿Qué estaba haciendo en mi habitación?

 

—¿Qué pasó? —pregunté. Mi voz sonaba ronca, mi garganta estaba en carne viva por vomitar.

 

Justin me echó una ojeada. Sus labios estaban en una firme y dura línea.

 

—Estabas totalmente borracha. Vomitaste alrededor de cien veces. Estaba asustado hasta la muerte de que tuvieras envenenamiento por alcohol. —Sus ojos cayeron a mis labios—. no me hagas eso otra vez __(tn).

 

—¿Por qué estabas en la fiesta? —susurré, haciendo muecas por mi adolorida garganta.

 

Se giró para recostarse en su costado, enfrentándome.

 

—Tenía que asegurarme de que estuvieras bien. —Sus ojos pasaron sobre mi cara lentamente, estudiando cada rasgo—. te encontré a penas consciente con ese idiota reteniéndote. Pasaste la mitad de la noche en el baño, vomitando, antes de que finalmente te cargara hasta aquí.

 

Me sentí enferma mientras todos los recuerdos regresaron rápidamente. Las manos de Ben en mí. Su negativa a detenerse. La sensación de desesperanza. Me sentí abusada, vulnerable. Cuando las lágrimas salpicaron por mi cara, no traté de detenerlas.

 

—¡Mierda! —juró Justin. Estirándose, me jaló hacia él. Fui con ganas. Sus brazos se envolvieron alrededor de mí, sujetándome cerca. Una mano se quedó en mi cintura mientras que la otra acunó la parte de atrás de mi cabeza.

 

—Estás a salvo —dijo tan silenciosamente que casi no lo oí.

 

—Gracias por cuidar de mí —dije, sorbiendo por la nariz.

 

—Siempre cuidaré de ti, __(tn).

 

****

 

Me desperté más tarde en una cama vacía. Me sentí más fría, más sola yaciendo ahí sin él. Un pensamiento prohibido  corrió rápidamente a través de mi mente.

algunas reglas fueron hechas para romperse (justin bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora