capitulo 16

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–Como el infierno, no podemos–gruñó, agarrando la parte de atrás de mi cabeza y tirándome hacia él.

Su boca se posó en la mía mientras sus manos fueron a mi camisa de nuevo. En cuestión de segundos, se había desabrochado él por completo.

Había llegado el momento de decirle.

–Justin, tengo que decirte algo –le dije, alejándose y odiando cada segundo de ella.

–Más tarde. Te necesito ahora –dijo, agarrando mi pelo suelto en un puño y tirándome más cerca.

– ¿Una herida de bala no te detendrá? –le pregunté con una sonrisa.

–No contigo, bebé.

Al oír sus palabras, enrede mis dedos por su cabello, colocando su boca de nuevo a la mía. Él gruñó cuando le di un beso, sus manos fueron a mis caderas.

Cogí una de sus manos. Con mis dedos alrededor de su muñeca, poco a poco empecé a llevarlo a mi estómago. Mi corazón se aceleró y mis manos temblaban. Esto era todo. ¿Qué va a decir?

Él estaba a una pulgada de distancia de tocar el estómago cuando la puerta del dormitorio se abrió.

Su madre estaba en la puerta, con lágrimas en sus ojos. Detrás de ella estaba Jeremy, con una gorra en una mano y pasando de un pie a otro, nervioso.

–Mamá. Papá –dijo Justin, su mano yendo a mi cadera, manteniéndome cerca.

Tan pronto como él dijo su nombre, Pattie se precipitó en la habitación, el sollozo sacudiendo su cuerpo. Me aparté de Justin, dejándole el lugar a Pattie que cruzo la habitación llegando a él. En segundos ella estaba lanzando sus brazos alrededor de Justin, sosteniéndolo como si probablemente lo hacía cuando era un niño.

–Justin, oh cariño– susurró Pattie, alisando su pelo largo, rebelde.

Envolvió sus brazos alrededor de su delgada figura, mirando por encima del hombro a su padre. Jeremy estaba en la puerta, mirando a su esposa e hijo con cuidado.

–Está bien, mamá–dijo Justin con una voz suave.

Pattie sorbo por la nariz y se alejó, manteniendo las manos apoyadas sobre sus hombros. –Creíamos que no lo lograrías. La fiebre subió y…

–Estoy bien, – Justin interrumpió, sus ojos encontrando los míos. –Nunca he estado mejor.

Sus palabras enviaron un escalofrío a través de mí. La necesidad que vivía entre nosotros era tan fuerte ahora como siempre lo había sido. El tiempo no podía cambiar eso. Nada podía.

Pattie le empujó un pelo de la frente. Una imagen de ella haciendo eso cuando él tenía catorce años corrieron por mi mente. Justin siempre se enojaba con ella, diciendo que él no era más un bebé. En respuesta, ella le dice que él siempre seria su bebé. Ahora comprendía que significaba algo más que algo que una madre le dice a su hijo.

Durante diez o quince minutos Justin habló con sus padres, brindándole la seguridad de que se sentía bien. Pattie escuchaba pero sus cejas estaban muy fruncidas por la preocupación. Me di cuenta de que quería decir algo más y, finalmente, lo hizo.

–Estás bien. No podría pedir más. Pero hay algo que necesitas saber, Justin. Algo que debería haberte dicho hace mucho tiempo. Estaba tan asustada de lastimarte y tenía miedo de que te fueras. – Pattie se aclaró la garganta, las lágrimas haciendo sus ojos más brillantes. – Cuando pensé que estabas muerto, casi me muero también. Tenía tanta culpa, tanto que no te había contado. Es hora de que sepas la verdad.

algunas reglas fueron hechas para romperse (justin bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora